En el Día Internacional de la Mujer 2016, celebramos el activismo y los logros de las trabajadoras en los sindicatos de la educación
En la declaración oficial para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el Secretario General de la Internacional de la Educación, Fred van Leeuwen, celebra con orgullo la «magnífica historia del activismo femenino dentro de los sindicatos».
Van Leeuwen destaca que la presencia y la participación de las mujeres en los sindicatos impulsa las contribuciones sindicales al empoderamiento económico de la mujer, así como a la equidad de género dentro de la educación, en el caso específico de los sindicatos docentes.
Asimismo, señala que las estructuras de mujeres y las políticas de igualdad de género dentro de los sindicatos han sido la fuerza impulsora de estos logros. Así lo han reconocido también mujeres sindicalistas con una dilatada historia de participación en redes de mujeres regionales.
La declaración está disponible aquí.
Una reciente evaluación de la Red de las Trabajadoras de la Educación América Latina de la Internacional de la Educación (IE) 1996-2015, las participante observaron el importante impacto estructural y educativo que la red ha supuesto en sus sindicatos y en sus vidas profesionales y personales.
Provocar Cambios dentro del Sindicato
La compañera Rosana Rogalski explicó que en su sindicato (CTERA, Argentina), se había tomado muy en serio la red de mujeres, siendo considerada como una estructura política, no solo como una entidad centrada en el «trabajo de la mujer». De hecho, la red fue reconocida como un marco pedagógico y político, con una estrategia clara para el logro de derechos.
Tal como indicó:
«La red de trabajadoras de la IE en América Latina nos permitió empoderarnos para provocar un cambio real dentro del sindicato; El reconocimiento, por parte de las estructuras, de que la Red no era un “asunto de mujeres”, sino una construcción política —en un marco gremial y pedagógico— para la ampliación de derechos. Siendo además respaldada por la Confederación, tanto a nivel nacional, como en el marco de cooperación Sur-Sur con los países de América Latina».
Para María Paula Giglio, CONADU/Argentina, uno de los cambios observados más importantes en su sindicato, y atribuido a las actividades de la red, fue la enmienda a las disposiciones del convenio de negociación colectiva relativa al permiso por maternidad,. Este permiso se prolongó y se amplió a hombres y, además, se agregó al convenio el permiso para el cuidado de parientes mayores. Siendo victorias muy importantes, la compañera Giglio reconoció que hay ámbitos en los que aun los sindicatos pueden mejorar:
«Uno de los cambios más significativos que experimente fue la modificación del convenio colectivo, con perspectiva de género. La ampliación de licencia por maternidad y adopción, pudiéndose intercambiar entre padres o madres que trabajan en la misma universidad. Y también el cuidado de adultos mayores. Ambos surgidos del trabajo en la Red de mujeres». «Queda aún mucho por hacer, como las licencias por violencia de género, que se oculta en muchos casos con las licencias psiquiátricas». «Para nosotras fue el primer cambios de muchos otros que vendrán. Fue la puerta para que colectivamente, seamos más conscientes y más visibles y poder abordar los asuntos sindicales con perspectiva de género».
El Personal es Político
En El Salvador, la compañera Rosa Alba Calderón (ANDES), compartió un momento clave de su experiencia durante su participación en un taller de capacitación organizado por la red de mujeres. Explicó que gracias al taller sobre pedagogía no sexista y equidad de género se dio cuenta de que inconscientemente había realizado prácticas pedagógicas discriminatorias. Para Rosa Alba, participar en la red de trabajadoras le ha supuesto una gran realización personal, lo que ha tenido implicaciones políticas y profesionales más amplias:
« El proceso de la Red es un proceso de transformación de la educación a través de igualdad y la equidad de género». Antes de participar en los talleres de formación sobre pedagogía no sexista y equidad de género de la Red, sin darme cuenta realizaba prácticas docentes que eran discriminatorias. Al romper con estas y sus paradigmas, mis prácticas educativas se hicieron más efectivas e inclusivas, contribuyendo a generar espacios de convivencia y de confianza en el aula».
A nivel aún más personal, Carmen Rosa Espada Avendaño (Federación de maestros urbanos de Tarabuco, Bolivia), habló de la confianza en sí misma y la fortaleza lograda gracias a la red:
« En la Red de Trabajadoras el cambio personal más relevante es que aprendí a valorarme más que antes, a seguir trabajando por mis sueños, a tener decisiones firmes para alcanzar mis metas, a tener seguridad en lo que haga y saber que todo es posible con perseverancia».
Las experiencias de las mujeres sindicalistas compartidas durante la evaluación de la red de mujeres regional en América Latina son testimonios valiosos para el cambio transformador que puede tener centrarse seriamente en la equidad de género, tanto en los sindicatos, como también en la educación y en la vida diaria de las mujeres.