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Education International
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Latin American educators confront political and economic crises

published 24 September 2009 updated 24 September 2009

Fears of a return to dictatorship and political violence in Honduras are compounding the grave economic crisis facing countries across Latin America.

EI has taken a clear position against the military coup in Honduras because, as General Secretary Fred van Leeuwen said, “History shows that extremism and demagogy of all forms, whether of the right or of the left, will thrive in conditions of crisis.”

Van Leeuwen joined delegates at EI’s Latin American regional conference in Sao Paulo, Brazil, to discuss strategies for sustainable recovery, quality education, and defense of human rights and democracy.

In his opening address, van Leeuwen pointed out that a year ago some observers believed that the countries of the South had succeeded in “decoupling” themselves from the financial crisis gripping North America and Europe.

Today, however, many Latin American countries are facing the spectre of rising unemployment as tax revenues plummet, remittances from North America shrink, and investment flows stop.

Mexico, Central America and the Caribbean were harder hit than South America due to their dependence on the US economy. In Honduras, remittances amount to 26 percent of GDP. Mexico’s remittances fell by 12 percent in January 2009.

But teachers are acutely aware that one cannot look at the financial and economic crisis in isolation. The food crisis, climate change and the HIV/AIDS pandemic confront all societies, van Leeuwen noted.

“And what lies beyond the present crisis? During these coming eighteen months there will be 10 electoral processes in the region, and they could change the political landscape. After the emergence from the years of the military dictators, there are still grave risks,” he said.

“EI has taken a position that is absolutely clear on the recent military coup in Honduras. We cannot allow a return to the past, or to dictatorship of any kind. History shows that extremism and demagogy of all forms, whether of the right or of the left, will thrive in conditions of crisis.”

At the same time, Latin American countries have come to the forefront of the world scene. Van Leeuwen identified Brazilian President Lula as “one of the key figures in the process of building a sustainable and equitable global recovery. Argentina is also playing a key role, having stood up to the IMF successfully three years ago, and showing an alternative to neo-liberal models.”

“But we all know there is a big gap between words and action,” he continued. “There is an enormous contradiction between the calls of the IMF leadership for stimulus through the public sector, and the budget ceilings – including public sector wage ceilings – imposed on countries through IMF conditions.”

And at the upcoming G20 meeting in Pittsburgh EI will be working through its two main coalition partners: the Global Unions and the Global Campaign for Education.

EI has two main messages for world leaders and the international financial institutions: Investing in education and skills development is crucial for sustainable recovery. And: We affirm the right to education for all.

The full text of van Leeuwen’s speech (in Spanish only) is below:

INTERNACIONAL DE LA EDUCACION VII CONFERENCIA REGIONAL DE AMÉRICA LATINA, SAO PAULO (BRASIL) Discurso de apertura de Fred van Leeuwen, Secretario General

Compañeras y compañeros:

Hace exactamente un año, un huracán barrió el planeta. El huracán mundial parece haberse calmado recientemente, pero ahora comenzamos a comprender la verdadera dimensión de los daños. En el pasado América Latina pagó una parte importante de las crisis financieras. También lo hicieron otras regiones. Pero esta es la primera vez desde la Gran Depresión de 1930 que una crisis financiera golpea a todo el mundo. Es la primera gran crisis de la globalización económica neoliberal.

Durante tres décadas hubo un consenso global para favorecer el sector privado y deteriorar el sector público. El ascenso de esta política –o debería decir ideología- “neoliberal” fue promovida en Chile bajo Pinochet en asocio con otros gobiernos dictatoriales de América Latina y con el apoyo de Reagan y Margaret Thatcher.

Ahora sabemos que el boom de Norteamérica en 2001 fue conducido por las deudas y la especulación del capital financiero. Fue un boom del sector privado transnacional y estuvo ligado a la degradación constante de sector público. Lo mismo ocurrió en algunos países de esta región y en otras partes del mundo: un boom del sector privado unido a un estancamiento del sector público. Cuando el boom americano se rompió en mil pedazos y los pedazos se desparramaron rápidamente por todo el mundo, el impacto en las regiones fue muy fuerte. FUE RÁPIDO, DRAMÁTICO Y LAS CONSECUENCIAS ESTÁN LEJOS DE HABERSE TERMINADO. Pero sí estamos seguros de que son los sectores más débiles los más afectados y quienes están pagando el precio de esta crisis.

Existe el riesgo de que los gobiernos continúen cortando los programas sociales más progresistas que buscan reducir la pobreza, que apoyan a las familias más desfavorecidas para que sus hijos vayan a la escuela.

Las exoneraciones fiscales, innecesarias, apoyadas por poderosas élites políticas, están estrechamente ligadas a muchos de los problemas de las finanzas públicas en la región. México, América Central y el Caribe fueron duramente golpeados a causa de su dependencia de la economía norteamericana. La recesión en Estados Unidos y Europa llevó a una drástica disminución del flujo de remesas, sobre todo para las familias más pobres. Las remesas mexicanas cayeron un 12% en enero de 2009.

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, el promedio anual de crecimiento productivo en las 7 economías mayores -Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela- puede caer del 5,8% al 1,9% en el período 2009-2013. Y esto, sólo si las economías más desarrolladas inician su recuperación económica en la segunda mitad del año. Si no, las cosas pueden empeorar.

El Banco Mundial calcula que habrá unos seis millones de pobres más en la región. Y el trabajo infantil continuará creciendo.

Algunos países de América Latina y el Caribe han hecho una importante inversión en educación en los años pasados y la sociedad se sigue beneficiando aún de ese esfuerzo. Derivado de esto la escolarización ha crecido en primaria y secundaria, lo mismo sucede en educación superior.

Sin embargo, no hay que olvidar que todavía hay muchos niños y niñas en edad escolar que no han visto nunca una escuela por dentro, según afirma el Informe UNESCO sobre Educación para Todos y Todas.

En Brasil, se estima que alrededor de 600.000 niños y niñas en edad escolar no fueron a la escuela en 2007. En Perú se realizó un recorte del presupuesto educativo del 2,8 al 3%. Los salarios y las pensiones del profesorado fueron congelados, a pesar de que el costo de la vida se duplicó y hasta triplicó en algunos casos.

Se calcula que más de mil escuelas se quedaron sin docentes y que se les aplica una evaluación para castigarlos y no para permitir su desarrollo profesional.

Compañeras y compañeros, estas han sido las consecuencias de la política exigida y financiada por las instituciones financieras internacionales en educación y por haber acordado con los gobiernos aplicar una reforma educativa para afectar la educación publica y garantizar abrir el comercio en la educación.

El Grupo de los ocho y el Grupo de los veinte

Al mismo tiempo, esta crisis puso a América Latina en primera plana. El presidente Lula es una de las figuras clave en el proceso de construir un consenso global para salir de la crisis y para lograr una recuperación que sea sostenible y justa. Argentina ha jugado también un papel fundamental, al plantarse exitosamente frente al Fondo Monetario Internacional hace tres años, no permitir sus exigencias y mostrar una alternativa al modelo neoliberal. Hace cuatro semanas el gobierno argentino anunció que va a normalizar su relación con el FMI pero “sin aceptar condiciones políticas”.

Compañeras y compañeros, ya no es posible que las economías más grandes se reúnan entre ellas en el Grupo de los ocho para definir los asuntos que pertenece a todo el mundo. Cuando se reunieron en Italia en julio, fueron acompañados por los líderes de otros veinte países. El Grupo de los veinte se ha convertido en el centro de la acción de los asuntos económicos y financieros.

La semana próxima, desde que comenzó la crisis, una nueva Cumbre del Grupo de los veinte se reunirá en Pittsburgh. La IE está trabajando a través de dos grandes coaliciones. Los Sindicatos Mundiales y la Campaña Mundial por la Educación, ambas instancias estarán allí.

Pensamos que tenemos que incidir en este grupo de países y hemos comenzado a hacer algunos progresos. Los líderes del Grupo de los ocho apoyados por otros veinte dirigentes mundiales han retomado dos propuestas de la IE: “Invertir en educación y en el desarrollo de aptitudes es crucial para una recuperación sostenible” y “afirmamos el derecho de todos y todas a la educación”. Esto no ha sucedido por casualidad. Es el fruto de un intenso trabajo con nuestras afiliadas en las dos coaliciones mencionadas.

Pero todos sabemos que hay un gran trecho entre las palabras y la acción. A los gobiernos se les hace fácil firmar acuerdos mundiales en defensa de la educación pública y luego hacer lo contrario en sus países. En enero los dirigentes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional demandaban estímulos a escala mundial. El Director del FMI en particular pidió mayores inversiones en servicios públicos, incluida la educación. ¡Genial!, dijimos. El Fondo parece estar cambiando… Pero en América Latina parece que esto no funciona porque se aplica una política diferente.

Factores sociales y políticos

Por otra parte, estamos convencidos de que no es posible mirar a la crisis económica y financiera de manera aislada, separada de otros desafíos importantes. La crisis alimentaria ya estaba presente y siendo enfrentada en varios países de América Latina y en Haití. El cambio climático es un desafío para todos. A propósito, nosotros lo dijimos hace seis años en el Congreso de Porto Alegre. Lo mismo sucede con la propagación del VIH/SIDA.

Pero hay otros grandes desafíos. En los próximos 18 meses, se desarrollarán en promedio 10 procesos electorales en la región y esto puede cambiar el panorama político de América Latina.

Pensábamos que el período de las dictaduras militares en América Latina había terminado, pero lamentablemente lo que ha sucedido en Honduras indica todo lo contrario. Por eso la IE ha condenado con firmeza el golpe de estado en Honduras y ha exigido la restitución del presidente Zelaya y la recuperación de la institucionalidad democrática. NO PODEMOS ADMITIR EL REGRESO AL PASADO, A DICTADURAS DE NINGUN TIPO.

Nos complace la visita hecha recientemente por el compañero Hugo Yasky, presidente del Comité Regional a Honduras, para acompañar a nuestras afiliadas que enfrentan el reto de recuperar la institucionalidad democrática en ese país. Compañeras y compañeros, hay que defender fuertemente el regreso de Zelaya como presidente constitucional de Honduras.

En este marco, los temas de esta Conferencia son muy importantes porque tienen que ver con el contexto que enfrenta América Latina, las perspectivas políticas del desarrollo regional, las estrategias sindicales y la defensa de los derechos humanos y la democracia.

Invertir en Educación

El Consejo Ejecutivo de la IE está convencido de que no es suficiente con decir que el financiamiento de la educación debe ser defendido. No es suficiente con resistir a las presiones de los ministros de economía y al complejo juego de los ministerios y agencias como el Fondo, el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo. Tenemos que mandar un mensaje muy claro, la educación es la base del desarrollo, la educación no es una mercancía, es una inversión para el desarrollo social y es por eso un derecho social. La educación es una inversión y es la clave del futuro de cada una de las naciones. Eso significa además invertir en docentes. Los países necesitan empleo, no llevar la gente al desempleo.

Compañeras y compañeros, tenemos grandes argumentos para reclamar inversión en educación. Ha llegado el momento de fortalecer la educación pública de calidad. Tenemos que reafirmar que la inversión en educación primaria, secundaria y universitaria es una inversión para el desarrollo de las generaciones venideras, para el futuro de cada país. Invertir en educación de la primera infancia rendirá como fruto que cada niño tenga un comienzo equitativo y que las mujeres puedan retornar a su lugar de trabajo sin problemas. También tenemos que enfatizar la necesidad de incrementar la inversión pública en Educación Superior.

Valores

Pero hay un mensaje todavía más profundo y que procede de las experiencias vividas en este Continente. Es el mensaje relacionado con los VALORES. Los valores de la educación pública son esencialmente valores que sustentan tanto a la democracia como a la prosperidad. Engloban principios de equidad e igualdad de oportunidades, de no-discriminación y justicia social. Incluyen la responsabilidad colectiva y la libertad individual, la solidaridad y las oportunidades para todos. Se basan en el respeto de los Derechos Humanos. Ese es el espíritu que debe guiar nuestra acción.

Movilización

Asimismo, debemos desarrollar acciones estratégicas y cada organización sindical debe movilizarse con todos los recursos que tienen a su disposición. Tenemos que articular una estrategia desde cada país, a escala regional y mundial. Sólo con una estrategia que relacione lo mundial, con lo regional y nacional podremos enfrentar los desafíos y tener éxito.

Para tener éxito, debemos combinar nuestras ideas con acciones en cada uno de esos niveles. Tenemos que combinar los análisis, la investigación, los argumentos y las propuestas con la acción y la movilización.

Compañeras y compañeros, nosotros sabemos cómo movilizarnos. Los sindicatos de la educación suelen ser muy eficaces. El desafío reside en movilizarnos para tener el mayor impacto en las decisiones políticas y defender la educación pública de calidad. Para lograr eso en la actual economía globalizada reitero que tenemos necesariamente que articular nuestra acción mundial con lo nacional y local y presionar a las instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario y el Banco Mundial.

Tenemos que lograr que los compromisos asumidos en el Grupo de los ocho, el Grupo de los veinte y las Naciones Unidas se apliquen realmente en el ámbito nacional. Y es ahí donde ustedes, los dirigentes nacionales tienen que movilizarse. La coherencia entre la acción mundial y la acción nacional es fundamental. Tiene que ser un proceso de ida y vuelta.

La IE es lo que es cada una de las organizaciones miembro. Juntos debemos marchar hacia adelante, y:

•Defender la educación pública de calidad en el marco de la sociedad que queremos y no permitir la comercialización de la educación. •Continuar presionando para lograr financiamiento público para educación y también para garantizar condiciones dignas para las educadoras y educadores. •Insistimos en que debe haber una gran capacidad de movilización mundial, regional y nacional. •Elaborar propuestas estratégicas para lograr el bienestar de nuestras sociedades y países. •Finalmente, todas las organizaciones deben hacer todo lo posible por fortalecerse y ser eficaces en cada uno de sus países.

Federico Mayor, ex Director General de la UNESCO, escribía hace poco en el periódico El País: “Ha llegado el momento de que los ciudadanos actúen, dejen de ser observadores pasivos y empiecen a participar activamente". Afirmó que sólo entonces los gobiernos serán auténticamente democráticos, actuarán respondiendo al deseo de sus ciudadanos, escuchando y respetando sus opiniones.

¿Son las educadoras y los educadores quienes pueden hacer frente mejor a este desafío? ¿Y quiénes están más capacitados para ejercer el liderazgo, las organizaciones sindicales? Nuestro desafío, compañeras y compañeros, es ejercer todas nuestras capacidades formulando propuestas, negociando y movilizándonos en cada país.