Como docentes, abogamos por un marco de derechos de autor que nos permita ofrecer una educación y una investigación de calidad e innovadoras. La educación y la investigación deben estar a la altura del siglo XXI. Los derechos de autor deben reorientarse para potenciar la investigación y la educación pública de calidad, que se extiende a lo largo de toda la vida del estudiante y tiene lugar en diversos entornos formales e informales, tanto en línea como presencial.
Creemos que los acuerdos internacionales en materia de derechos de autor y las legislaciones nacionales deben establecer un equilibrio entre los derechos de los creadores/as y los derechos de los usuarios/as con el objetivo de contribuir al desarrollo y la difusión de la educación, el conocimiento y la investigación.
El acceso a una educación de calidad es un derecho humano fundamental y un requisito indispensable para una economía próspera basada en el conocimiento y para el progreso de la ciencia y la innovación. Nuestro trabajo pretende garantizar que las leyes relativas a los derechos de autor incluyan excepciones para todos los proveedores relevantes de educación e investigación y permitan la diversidad de usos educativos y de investigación —tanto digitales como analógicos— de los contenidos protegidos por los derechos de autor.