Como sindicatos de la educación, desempeñamos una función esencial para impulsar la inclusión y la diversidad en nuestras escuelas y proteger los derechos fundamentales de nuestro alumnado y de las personas afiliadas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y de sexualidad y género diversos (LGBTI+).
Creemos que todas las personas que componen la comunidad docente y el personal de apoyo educativo tienen derecho a trabajar sin sufrir ningún tipo de discriminación ni violencia, independientemente de su orientación sexual, su identidad de género o sus características sexuales.
Los ambientes escolares en los que el alumnado LGBTI+ tiene que enfrentarse a abusos —como violencia física, aislamiento social, humillaciones o amenazas de muerte— dan lugar a inseguridad, absentismo, menos probabilidades de éxito académico y un mayor número de casos de suicidio o conductas autolesivas.
Los sindicatos de la educación podemos y debemos luchar activamente por la igualdad de derechos y la educación de calidad para todas las personas.
Esa tarea empieza por el acceso a la educación, pero va más allá y llega a los contenidos educativos, que deben cuestionar las normas de género y los estereotipos dañinos a través de los planes de estudios, la pedagogía, los métodos y los materiales de enseñanza, incluida una educación sexual completa, adecuada a la edad y basada en la ciencia.
Defendemos unas comunidades escolares y unos sistemas educativos inclusivos en los que el alumnado y el profesorado LGBTI+ y sus familias se sientan bienvenidos, seguros, valorados y respetados. La Internacional de la Educación insta a gobiernos, docentes y sindicatos de todo el mundo a comprometerse con la creación de espacios seguros e inclusivos que contribuyan al pleno desarrollo de todo el alumnado.
La Internacional de la Educación se enorgullece de formar parte del grupo de trabajo LGBTI+ del Consejo de Sindicatos Mundiales (CGU).