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Internacional de la educación
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Brasil: Río examina la posibilidad de blindar las escuelas en las favelas

publicado 26 julio 2010 actualizado 26 julio 2010

Las autoridades de Río de Janeiro son objeto de una renovada presión para poner a prueba de balas hasta 200 escuelas en zonas afectadas por conflictos, después de que un niño de 11 años resultó muerto por una bala perdida durante una clase de matemáticas.

Las autoridades municipales estudian planes para introducir paredes reforzadas y ventanas a prueba de balas para proteger a aproximadamente 100 000 estudiantes y 5 000 docentes que estudian y trabajan en "zonas de riesgo".

Estas medidas se están examinando después de la muerte por bala de Wesley Gilbert de Andrade, un alumno de 11 años que recibió un tiro en el corazón por una bala perdida mientras se encontraba dentro de su escuela primaria, el 16 de julio. El tiroteo ocurrió durante una operación policial contra las bandas de narcotraficantes que operan en los barrios pobres cercanos a la escuela, entre ellos una favela que lleva el nombre de “Final Feliz”.

Claudia Costin, secretaria de educación del municipio de Río, dijo que las autoridades estaban examinando una serie de medidas para mejorar la seguridad, incluido blindaje.

"Voy a hablar con el personal de la escuela para ver si esta medida podría ser de utilidad", señaló Costin. "Si creen que es una buena idea, lo haremos". Un portavoz de la secretaría de educación de Río de Janeiro, dijo que Claudia Costin no haría más comentarios sobre posibles cambios en la seguridad escolar.

En un comunicado, el ayuntamiento dijo que su prioridad era ofrecer "una educación de calidad" a los alumnos, sobre todo a los que se encuentran en "escuelas en zonas de riesgo".

"El Ayuntamiento confía en la… política de pacificación, que ha permitido liberar a las comunidades del control de la delincuencia organizada", agregó.

Aunque los políticos y los expertos en seguridad han elogiado una incipiente iniciativa de "pacificación" de las bandas armadas de las 11 favelas aledañas, el tiroteo fue un recordatorio de que la mayoría de los poco más de 1000 barrios marginales de Río siguen estando controlados por bandas armadas o grupos paramilitares.

Edna Félix, una directora del sindicato de docentes de Río de Janeiro, señaló que muchas escuelas necesitan urgentemente medias para ponerlas a salvo de las balas y pidió "la suspensión inmediata de las operaciones policiales durante el horario escolar".

"Cuando hay un enfrentamiento, tan pronto como oímos el primer disparo, tenemos que salir de la escuela, correr hacia el pasillo, el patio, trate de poner a los niños fuera del alcance de los tiros", afirmó Félix, una maestra de enseñanza primaria en la conocida favela Morro dos Macacos, quien lleva enseñando 30 años en algunas de las zonas más desfavorecidas de Río de Janeiro.

"Los niños se asustan mucho y lloran. No solamente por el temor de lo que puede sucederles dentro de la escuela, sino también por sus familiares que se encuentran en el exterior. Muchos de los niños tienen familiares que están involucrados en el tráfico de drogas y les asusta que algo les pase."

Félix afirmó que la amenaza de la violencia en el interior y alrededor de las escuelas de Río de Janeiro ha provocado un aumento de enfermedades relacionadas con el trabajo, como el síndrome de agotamiento profesional (burn-out) y hace muy difícil encontrar docentes para esas escuelas.

"Hacen todo lo que está a su alcance para no ser enviados a una escuela [situada en zona de riesgo]", afirmó.