Sindicatos reclaman coherencia para el trabajo decente en la Conferencia de Alto Nivel del G20
La Comisión Sindical Consultiva (CSC) ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha solicitado a los líderes reunidos en la Conferencia de Alto Nivel del G20 sobre la consolidación de la coherencia de políticas económicas y sociales, que tomen medidas para que se cumplan las normas de trabajo decente.
La reunión, celebrada el 23 de mayo en París (Francia), contó con la asistencia de representantes de la CSI y la CSC, así como de delegaciones de países del G20, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial del Comercio, la OCDE, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y bancos regionales de desarrollo. Entre los ponentes sindicales del programa se encontraba Richard Trumka, Artur da Silva Santos, Yves Veyrier y la ex Vicepresidenta de la IE y actual Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
Los sindicalistas presionaron por el establecimiento de una Grupo de Trabajo del G20 sobre Empleo y Protección Social que se encargue de “evaluar el impacto de la crisis sobre el empleo en distintos países, analizar la eficacia de los paquetes de estímulo económico en el mercado laboral en los países del G20, y efectuar recomendaciones respecto a paquetes de recuperación coordinados y dirigidos a optimizar el impacto sobre el crecimiento, el empleo, la equidad y la protección social, estableciendo un objetivo para la creación de trabajo decente a fin de lograr un crecimiento inclusivo en cada país”.
El concepto de un piso de protección social universal recibió un amplio apoyo, sobre todo por parte de Brasil y el PNUD, quienes argumentaron que esto podría lograrse con un costo de apenas el dos por ciento del PIB en cada país. Francia, Alemania y la OIT también dijeron estar a favor. La India expresó inquietudes con respecto a cualquier imposición de un modelo para alcanzar una protección social universal; mientras que el Banco Mundial no dijo nada al respecto, optando en cambio por hacer hincapié en medidas a nivel más específico.
La declaración de la CSC establece que “el G20 debe contribuir de manera decisiva con vistas al establecimiento de un piso efectivo de protección social global, tanto a través de sus propias discusiones como en el contexto de la Comisión Bachelet de la ONU y los debates de la Conferencia de la OIT en junio de 2011”.
Mientras que todos los ponentes enfatizaron su compromiso con el respeto de las normas fundamentales del trabajo, la India y China se opusieron a todo vínculo entre las normas del trabajo y el comercio.
Hubo una aceptación casi unánime con respecto al argumento para una mayor coherencia entre las acciones de las diversas organizaciones internacionales y Gobiernos. El Director General de la OIT, Juan Somavia, subrayó la necesidad de contar con unos objetivos de empleo comparables a los objetivos fiscales y demás objetivos macroeconómicos, mientras que Alemania hizo hincapié en el razonamiento de incluir objetivos de empleo en los Procesos de Evaluación Mutua del G20.
La declaración de la CSC solicitó además a los Gobiernos del G20 “aprobar la instauración e implementación conjunta de una Tasa sobre las Transacciones Financieras (TTF) que grave las actividades especulativas no productivas al tiempo que aporta los recursos para poder establecer un piso de protección social, financiar el desarrollo, emprender acciones respecto al clima y garantizar unos servicios públicos de calidad”.
La declaración de la CSC observó asimismo que el G20 debe “retomar impulso mediante acciones urgentes” para apoyar la demanda en la economía mundial y dar prioridad a las políticas del mercado de trabajo que favorezcan la creación de empleo, incorporando unas metas de empleo en los programas económicos nacionales, y promover las normas internacionales del trabajo y el trabajo decente en todas las instituciones internacionales clave a través de la cooperación con la OIT.
La IE apoya estas demandas y reitera su convicción en cuanto a que una TTF permitiría a los Gobiernos de todo el mundo lograr tres objetivos fundamentales: reparar el creciente costo de la crisis financiera y económica mundial por medio de la reducción de las tasas de desempleo que han alcanzado niveles inaceptables; cumplir con la importante asistencia al desarrollo, como la educación para todos los niños y niñas; y amortiguar las burbujas especulativas de los mercados financieros, que plantean grandes riesgos para muchas economías.
La declaración sindical completa está disponible aquí (en inglés)