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Un frente sindical común en defensa de la educación, al que se han unido la mayoría de las afiliadas a la IE francesas, ha convocado una huelga para el 15 de diciembre. El profesorado protesta contra un plan gubernamental que tiene por objetivo dejar las evaluaciones docentes y la promoción profesional totalmente en manos de la dirección escolar.

Los docentes temen que, en caso de que se aplique esta reforma, se llegue a un sistema discrecional, ya que elimina la evaluación del órgano independiente de inspección escolar y convierte la dirección de las escuelas en la única autoridad encargada de evaluar al personal docente.

En el sistema de evaluación actual, los inspectores escolares son docentes especializados/as que evalúan a sus compañeros/as en el mismo ámbito de acuerdo con el plan de estudios seguido, así como sus métodos pedagógicos, y deciden regularmente sobre la evolución de sus carreras y sus salarios.

De acuerdo con el sindicato SNES-FSU, "las direcciones escolares, debido a su contratación y su formación, no disponen de las competencias necesarias para evaluar los planes de estudio. Tampoco poseen la capacidad de apreciar las elecciones pedagógicas y didácticas del personal docente, tan estrechamente relacionadas con él".

El sindicato ha añadido que esta reforma "muestra que, a los ojos del Ministro, lo que ocurre en el aula no es más que la misión básica de los docentes, mientras que estos últimos lo entienden como una muestra de desprecio hacia su profesión. Parece que el Ministro prefiere exigir al profesorado que se centre en tareas secundarias en lugar de centrarse en lo más importante de la actividad docente".

UNSA-Education, otra afiliada a la IE francesa, también instó al Ministro de Educación a comprometerse "en una negociación real y exhaustiva".

Y destacó que: "Una 'filtración' ha revelado la existencia de un proyecto de ley que modifica fundamentalmente, no sólo los métodos de evaluación del personal educativo, sino también la gestión del desarrollo de sus carreras. Un cambio de tal envergadura no se puede decidir sin una verdadera negociación, particularmente sobre las garantías individuales y colectivas que el personal educativo tiene derecho a esperar". Y añadió que "las evaluaciones irían a cargo del supervisor inmediato en la jerarquía sin, en un nivel secundario, la evaluación transversal necesaria del órgano de inspección pedagógica".

El Director Europeo de la IE, Martin Rømer, ha pedido a las autoridades nacionales que "se comprometan en una negociación inmediata con las federaciones sindicales para debatir la evaluación docente, con vistas a aplicar una evaluación y unos métodos de promoción profesional claros y democráticos".

Asimismo, ha indicado que "ninguna evaluación de la calidad de la educación proporcionada por cualquier institución educativa pública debe basarse únicamente en los resultados de los estudiantes en las pruebas, sino que debe tener en cuenta una serie de factores relacionados con el contexto de la escuela y el aula", expresando así su preocupación sobre el hecho de que "los sistemas de evaluación se conviertan en una herramienta política y económica para promocionar la privatización; las agencias de evaluación privadas utilizan herramientas de evaluación inapropiadas diseñadas para su uso en el mercado, no en las escuelas".