Democracia y solidaridad, núcleos de la educación
Piensa globalmente, actúa localmente. Esta fue una de las premisas del seminario de la IE, "Educación y crisis", celebrado el 18-19 de octubre en Bruselas. Como señaló el Secretario General de la IE, Fred van Leeuwen, es vital consolidar el apoyo mundial para invertir en servicios públicos de calidad como la educación.
«Tenemos que dar un giro a nuestras ideas, no con un enfoque defensivo, sino proactivo», afirmó. «El documento de Política Educativa de la IE, aprobado en el último Congreso Mundial, es un claro ejemplo de las propuestas concretas de los sindicatos de la educación para construir un panorama mundial post-crisis que sea justo y sostenible».
Los participantes en el seminario subrayaron la importancia de incluir en la lucha sindical a estudiantes, familias y la sociedad civil en su conjunto, para que juntos busquen una respuesta global a los actuales ataques contra la educación pública en todo el mundo.
También se identificaron como elementos clave la lucha sindical internacional y la construcción de un nuevo pacto social.
El núcleo de la crisis «Hay una crisis del ideal democrático en sí», afirmó la ponente Deborah Meier, profesora del Steinhardt School of Education de Nueva York (EE. UU.). «Lo que está en riesgo fundamentalmente es la educación como espacio democrático y las aulas como lugares donde promover valores democráticos».
Asimismo, la profesora Meier explicó que los docentes estadounidenses no tienen voz en las decisiones más importantes que se toman en las escuelas en EE.UU. «Hay estados que ya no tienen el control democrático sobre sus escuelas. La enseñanza se está convirtiendo en un asunto privado y en un beneficio privado».
Al mismo tiempo, la influencia de los sindicatos está mermando rápidamente, poniendo en peligro el futuro de la educación pública. «Necesitamos que los y las docentes se fortalezcan, para lo cual hace falta liderazgo. Este liderazgo tiene que venir de nuestros sindicatos de la educación», añadió Meier.
Avanzar mirando hacia atrás Ante este panorama, los participantes subrayaron la necesidad de volver a los orígenes, y aprender de los valores y principios fundamentales del sindicalismo.
«Los sindicatos de la educación, como instituciones democráticas, son los más indicados para promover y restaurar los valores democráticos de la sociedad», afirmó van Leeuwen.
También se identificaron estrategias a largo plazo, como educar en materia política desde la infancia y forjar alianzas duraderas con la comunidad civil.
«La educación tiene un papel fundamental en el desarrollo de una ciudadanía crítica, no solo de consumidores. Debemos unir los esfuerzos de estudiantes y familias con los de docentes de escuelas y universidades», declaró Daniel Dimitri, del Bureau of European School Student Unions.
La educación pública, clave en la reducción de la pobreza «Invertir en educación es el medio más eficaz de reducir la pobreza», dice Carol Bellamy, presidenta de la Alianza Mundial por la Educación (AME).
La AME reúne a países en desarrollo, donantes, organismos multilaterales, así como organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, para lograr la Educación para Todos (EPT).
La IE también forma parte de la AME y es un aliado fuerte en la consecución de los objetivos de la EPT para 2015, como señaló van Leeuwen.
«La profesión docente no se limita a ir a las reuniones, sino que está presionando activamente para conseguir que los gobiernos cumplan lo que nos prometieron que harían, hace ya muchos años», dijo. «Somos vuestro aliado más fuerte y podéis seguir contando con nuestro apoyo».
Los participantes también se cuestionaron el papel de la comunidad empresarial en el movimiento de la EPT: ¿Puede, la contribución del sector privado, disminuir la influencia de los gobiernos en la educación?
«No se trata de quién proporciona la financiación», puntualizó a este respecto la profesora Meier. «El sector privado tiene una influencia cada vez mayor en la política educativa del sistema escolar público. No es que el sector privado quiera asumir la financiación de la educación pública, sino que quieren convertirse en ‘los expertos’ en políticas educativas».
Hacer campaña por la justicia fiscal Los participantes también reflexionaron sobre los actuales desafíos a los que se enfrentan los sindicatos en un mundo gobernado por las fuerzas del mercado, donde la ‘confianza’ del mercado financiero prima sobre la voluntad pública.
«Las decisiones públicas están sujetas y limitadas al mercado, que no tiene ni rostro ni nombre», expresó Jim Baker, coordinador de la agrupación Global Unions.
La influencia del gobierno en la educación también puede debilitarse a causa de la falta de fondos. «El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, aseguró que el crédito nacional se ha agotado y que el país está en bancarrota, por lo que no hay dinero para invertir en servicios públicos, aunque quisieran», explicó el consultor externo de la IE, David Robinson.
«Es un argumento erróneo. No se trata de estar o no en quiebra, sino de cómo se financian los servicios públicos. Por ejemplo, a través de impuestos u otros medios».
Una de las maneras clave de abordar las desigualdades y caminar hacia la salida de la crisis es reformar los sistemas fiscales. Los participantes acordaron que es fundamental atajar la evasión fiscal, ya que representa una parte enorme de fondos que podrían invertirse, por ejemplo, en la ayuda oficial al desarrollo.
Proteger los derechos laborales El diálogo social también se ha debilitado en Europa como consecuencia de la crisis. «La Troika, compuesta por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional está actuando e imponiendo condiciones en nombre de los acreedores internacionales», declaró Martin Rømer, director de la región europea de la IE, CSEE.
«Este unilateralismo autoritario convierte a los interlocutores sociales nacionales en algo superfluo. Como consecuencia, en la mitad de los países europeos, no existe el diálogo social».
La restricción de la negociación colectiva y la limitación del diálogo social provocan una pérdida de liderazgo, como señala Peter Waldorff, Secretario General de la Internacional de Servicios Públicos. «La Organización Internacional del Trabajo ha asegurado que esto también provocará una mayor desigualdad salarial e inestabilidad social», añadió.
Al respecto, se acordó que hace falta un nuevo pacto social mundial, que debería recoger la normativa financiera, un nivel mínimo de protección social, así como la reforma tanto del sistema fiscal como de las leyes laborales.
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