América Latina: la educación, en el centro de la transformación social

Alrededor de 700 docentes se reunieron en el segundo encuentro “Hacia un Movimiento Pedagógico Latinoamericano”, celebrado del 19-21 de septiembre en Recife, Brasil. Durante tres días, docentes y sindicalistas de 18 países de América Latina debatieron nuevas propuestas educativas y compartieron la visión de una educación transformadora, esencial para una democracia real.

El movimiento pedagógico surge cuando los educadores empiezan a liderar la construcción de un modelo alternativo al impuesto por el neoliberalismo en América Latina. Tras una exitosa conferencia inaugural en Bogotá, Colombia, en 2011, este segundo encuentro fortalece y consolida el proceso en la región.

Movimiento pedagógico, salto cualitativo Hugo Yasky, Presidente del Comité Regional de la IE para América Latina, dio un vibrante discurso de apertura a la conferencia. Yasky insistió en el profundo compromiso de las y los educadores de la región en la construcción de un proceso de transformación social a través de la educación.

"Nosotros queremos ser maestros como lo fue Paulo Freire. Queremos convertir el acto de educar en un acto político de rebeldía, de rebelión, queremos una escuela que forme ciudadanía. Una escuela que se involucre en la lucha, que piense, y que repase las cuentas de la historia", afirmó.

De lo regional a lo global En su discurso de apertura, la secretaria general adjunta de la IE, Haldis Host, transmitió un mensaje de solidaridad y respeto a los participantes de parte del movimiento sindical global.

“Sepan que sus hermanos y hermanas de la Internacional de la Educación en todo el mundo son muy conscientes de su trabajo, como lo son quienes se oponen a docentes como ustedes, que luchan por el acceso universal a la educación de calidad”, expresó.

Holst aprovechó la ocasión para presentar la campaña Unámonos por la educación pública, que se lanzará oficialmente el 4 de octubre, justo antes del Día Mundial de los Docentes.

Así, invitó a las y los participantes a unir fuerzas y movilizarse con docentes de todo el mundo por una educación de calidad para todos y todas.

“Tenemos una gran oportunidad de ir más allá de nuestras ambiciones, de ser audaces, de reconocer que, trabajando juntos, podemos cambiar el mundo”, afirmó. “Estoy aquí para decirles, con todo mi corazón, que las y los docentes de todo el mundo están más que dispuestos”.

Construyendo escuelas democráticas Uno de los oradores principales fue Emir Sader, eminente educador, sociólogo y cofundador del Foro Social Mundial y del movimiento de democracia participativa.

Sader enfatizó la necesidad de abrir el proceso político a una mayor participación de la juventud. Afirmó que las escuelas públicas deben ofrecer una educación liberadora, que lleve al alumnado a involucrarse y participar plenamente en sus sociedades y adaptarse a un mundo cambiante.

En la era de internet, las y los estudiantes tienen acceso a información ilimitada, pero el papel docente es clave para que interpreten y analicen desde el sentido crítico toda esta información. Para ello, el docente ha de despertar conciencia social y política.

“Estamos perdiendo a la juventud, no porque se vayan a las filas de la derecha, sino al apoliticismo y el consumismo”, sostuvo Sader.

Paulo Freire, modelo de inspiración El 19 de septiembre, los participantes se unieron a la comunidad local en un homenaje al mítico educador brasileño, Paulo Freire, fundador de la llamada pedagogía crítica. Una estatua de bronce del artista Abelardo da Horawas fue inaugurada en la Universidad Federal de Recife, en su nativa región de Pernambuco.

Roberto Leão, presidente del sindicato afiliado a la IE en Brasil, CNTE, recordó que 2013 marca 50 años desde que Freire hiciera historia en Angicos, Rio Grande do Norte, cuando enseñó a 300 adultos analfabetos a leer en 40 horas. Este fue un momento clave del llamado método Paulo Freire, un revolucionario programa de alfabetización que cambió la vida de miles de brasileños y brasileñas.

“Freire implementó un método de alfabetización de adultos para grupos marginales, ofreciéndoles una manera simple, pero no mecánica, de aprender, un método liberador”, explicó Leão. “No solo les transmitía conocimientos, sino que les ayudaba a convertirse en gente capaz de manejar su propio destino”.