NEA lanza una campaña para poner fin a las “pruebas tóxicas”
La campaña a favor de la igualdad y en contra de las “pruebas tóxicas” se prepara para centrarse en las evaluaciones “concluyentes” encaminadas a medir la realización de determinados objetivos y en desarrollar sistemas de rendición de cuentas que realmente sean útiles para mejorar la educación en los Estados Unidos.
La National Education Association (NEA), afiliada de la IE en los Estados Unidos, pondrá en marcha una campaña nacional para llamar la atención sobre la necesidad de que las evaluaciones y las pruebas tengan de nuevo como objetivo asegurar la equidad y afirmar el aprendizaje del alumno y poner fin al sistema de “pruebas destinadas a culpar y castigar” que ha predominado en la educación pública durante la última década. El estudiante y el docente medio estadounidense ocupan alrededor del 30 por ciento del curso escolar en la preparación y presentación de pruebas o exámenes estandarizados. Cerca de 9.000 delegados y delegadas de la NEA votaron hoy en su Asamblea Representativa de 2014 nuevas medidas para impulsar el éxito de los estudiantes.
“Las pruebas impuestas han llegado al absurdo”, afirmó el Presidente de la NEA Dennis Van Roekel. “Toda la información valiosa que pueden aportar las pruebas ha sido completamente eclipsada por el enorme daño colateral causado a muchos estudiantes. En Estados Unidos nuestras escuelas han sido reducidas a meras fábricas destinadas a preparar a los estudiantes para aprobar las pruebas y demasiado a menudo pasamos por alto el aprendizaje y lo que conviene a los estudiantes.”
Las medidas aprueban el uso de recursos de la NEA para lanzar una campaña nacional destinada a poner fin a la utilización de pruebas estandarizadas “concluyentes” encaminadas a medir la realización de determinados objetivos, a reducir drásticamente la cantidad del tiempo dedicado por los estudiantes y docentes a la preparación de las pruebas y a poner en práctica formas más eficaces de evaluación y rendición de cuentas. Las repercusiones de la aplicación excesiva de pruebas son particularmente perjudiciales para muchos estudiantes que se encuentran en situación de pobreza, que pertenecen a las minorías o tienen necesidades especiales.
Las medidas para poner fin a las “pruebas tóxicas” exige la supervisión gubernamental de la poderosa industria del “testing” o pruebas mediante la creación de un “mediador en materia de pruebas”. Este cargo de defensor o guardián serviría para vigilar a la influyente industria de las pruebas y supervisar el impacto que tienen las empresas de “testing” en la legislación relativa a la educación.