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En febrero, la Internacional de la Educación organizó varios coloquios nacionales sobre los problemas que afectan a la efectividad educativa del personal docente en la República Democrática del Congo y en Senegal, como parte de un programa cuyo objetivo es estimular la promoción de la educación de calidad por parte de los sindicatos de docentes.

En febrero, la Internacional de la Educación viajó a la República Democrática del Congo y a Senegal para organizar coloquios nacionales sobre los problemas que afectan a la efectividad educativa del personal docente en el marco de un programa cuyo objetivo es estimular la promoción de la educación de calidad por parte de los sindicatos de docentes.

En cada uno de los países, las organizaciones miembros de la Internacional de la Educación (IE) reunieron a un grupo de más de 50 docentes para reflexionar sobre qué es necesario para conseguir calidad y cómo pueden los sindicatos desempeñar un papel activo en la elaboración de propuestas de políticas educativas en base a sus conocimientos sobre la realidad escolar y su experiencia en el aula. Estos coloquios forman parte de un programa patrocinado por la Alianza Mundial por la Educación (GPE, según el acrónimo en inglés) cuyo objetivo es aumentar el compromiso de los sindicatos de docentes con la promoción de la educación de calidad.

El proyecto surgió de las conversaciones acerca del actual contexto pedagógico, que no propicia en absoluto la efectividad educativa del personal docente.

En la República Democrática del Congo (RDC), se observó una gran preocupación sobre la ausencia de formación continuada, un factor fundamental para obtener calidad en un contexto en el que la formación previa al ejercicio de la docencia se considera ineficaz y de baja calidad. Los docentes afirman que se espera que hagan uso de nuevas metodologías y nuevos enfoques sin haber recibido la formación adecuada. En Senegal, la docencia eficaz es una lucha a contracorriente: las mediocres infraestructuras, la falta de materiales y las insuficiencias de orientación y apoyo están perjudicando a la calidad.

En ambos países los participantes expresaron su preocupación por la relevancia de los planes de estudios, que, según afirman, no están adaptados a las necesidades de los estudiantes y a la realidad de su contexto socioeconómico. Manifiestan que la creciente comercialización de la educación está llevando a una rápida apertura de centros educativos que no cumplen los estándares mínimos de seguridad y calidad.

Hubo un amplio consenso sobre el hecho de que la reforma educativa no ha tenido en cuenta la realidad del aula. El personal docente que analizó los programas nacionales que están actualmente financiados por la GPE mostró su preocupación por la brecha existente entre los resultados que se esperaban de esta reforma y las actividades financiadas.

En Senegal, donde el objetivo del programa era mejorar la calidad de la enseñanza, no se invirtió ni un solo céntimo en formación del personal docente, al que, de hecho, ni siquiera se menciona como beneficiario del proyecto. En la RDC, el personal docente y los directores y supervisores de los centros educativos eran escépticos respecto al impacto de la formación que los profesores recibieron por la radio y pidieron un mayor esfuerzo para reforzar la formación continuada.

Durante los próximos meses, los sindicatos participantes darán un paso más para tratar estos temas con sus miembros mediante un proceso consultivo nacional y un diagnóstico del sistema educativo, elaborando propuestas de políticas para mejorar la efectividad educativa del personal docente y la calidad de la educación. Cuando se presenten estas propuestas al gobierno nacional y a los donantes activos en estas regiones con el objetivo de que se incluyan en el próximo programa patrocinado por la GPE, su contribución hará que la reforma educativa responda a las necesidades de los estudiantes.