Proteger las escuelas de los peligros del conflicto: una prioridad máxima para la comunidad mundial
Treinta y siete países se han sumado a una Declaración Internacional sobre Escuelas Seguras que los compromete a intensificar los esfuerzos para proteger a estudiantes, docentes y escuelas de ataques violentos e impedir que las escuelas sean un blanco en los conflictos.
Según la Coalición global para proteger la educación de ataques (GCPEA, por sus siglas en inglés), en situaciones de conflicto, los ataques generalizados a escuelas y universidades, sus estudiantes y personal, así como el uso de edificios escolares por grupos armados están privando de educación a muchos miles de personas, con resultados devastadores para los individuos y sus comunidades.
El secuestro de alumnas en Nigeria el año pasado y la masacre en una escuela de Peshawar, Pakistán son dos ejemplos claros de cómo las escuelas son víctimas de ataques en conflictos violentos en todo el mundo.
La Declaración, aprobada en una reunión organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores noruego en Oslo el 29 de mayo, es el resultado de un proceso iniciado por la GCPEA en 2012 y encabezado por los gobiernos de Noruega y Argentina desde 2014.
La Declaración también exige que los países registren las muertes provocadas por ataques a establecimientos educativos, asistan a las víctimas y apoyen programas humanitarios que promuevan la continuación de la educación durante los conflictos armados.
Sumándose a la Declaración, los países aceptan apoyar y utilizar las nuevas Directrices para prevenir el uso militar de escuelas y universidades durante conflictos armados, que exhortan a los grupos armados a abstenerse de utilizar edificios de instituciones de enseñanza o convertirlos en blanco de ataques. Las Directrices se aplican tanto a grupos armados no estatales como a las fuerzas armadas gubernamentales.
Entre las personas que asistieron a la ceremonia en Oslo se encontraba Ziauddin Yousafzai, asesor especial de la ONU sobre educación mundial y padre y profesor de Malala Yousafzai, la estudiante paquistaní y activista por los derechos a la educación a la que dispararon los talibanes paquistaníes y que recibió a principios de este año el Premio Nobel de la Paz. Felicitó a los países que habían asistido a la conferencia por anteponer la esperanza generada por la educación a la desesperación provocada por la violencia.
En un estudio publicado en mayo de este año, Lecciones en tiempos de guerra 2015: Uso militar de escuelas y universidades durante conflictos armados(disponible en inglés), la GCPEA también reveló que las escuelas y universidades han sido utilizadas para fines militares por fuerzas gubernamentales o grupos armados no estatales en 26 países desde 2005, la mayoría de ellos con un conflicto armado durante este período. En un estudio anterior, Ataques a la educación 2014(disponible en inglés), la GCPEA reveló un patrón sistemático de ataques a instituciones educativas en 30 países del mundo entre 2009 y 2013.
La Internacional de la Educación (IE), junto con la GCPEA, promueve la contribución de las afiliadas para recabar información para un estudio sobre las respuestas a los ataques a docentes y otro personal educativo durante conflictos armados.
Desde la aprobación de la Declaración de la IE ‘Las escuelas deben ser zonas de paz’, la IE ha participado en iniciativas de promoción para instar a la comunidad internacional a actuar para prevenir violaciones del derecho a la educación, garantizar la seguridad y la protección de estudiantes, docentes, personal de educación y académicos/as en todo el mundo, reforzar el derecho internacional y poner fin a la impunidad.