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Internacional de la educación
Internacional de la educación

Discurso de Jan Eastman durante la discusión de expertos en la CSW de la ONU “Iniciativas políticas clave sobre la financiación para la igualdad de género y la autonomía de la mujer”:

publicado 26 febrero 2008 actualizado 26 febrero 2008

Discurso de Jan Eastman, secretaria general adjunta de la IE durante la discusión interactiva de expertos “Iniciativas políticas clave sobre la financiación para la igualdad de género y la autonomía de la mujer” que tuvo lugar el 26 de febrero de 2008 como parte de la 52ª Sesión de la Comisión sobre la Condición de la Mujer de las Naciones Unidas (CSW de la ONU), Nueva York, celebrada del 25 de febrero al 7 de marzo de 2008.

Gracias, Presidenta, en nombre de la Internacional de la Educación (IE), la Internacional de Servicos Públicos (ISP) y la Confederación Sindical Internacional (CSI) por la oportunidad que nos ha brindado de celebrar esta sesión plenaria.

En el 60 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas observamos que todavía nos queda un largo camino por recorrer, y que nuestro avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se produce lentamente, como ocurre con el objetivo 3: promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer.

Los participantes de la discusión de hoy se han referido a la necesidad de adoptar nuevas leyes, instituciones, políticas y reformas, a la asignación de fondos y a la financiación y, lo más importante, a la voluntad política.

Nuestra pregunta es, ¿qué es lo que estamos dispuestos a hacer exactamente, qué inversión estamos dispuestos a hacer, y cuándo estamos dispuestos a hacerla? Coincidimos con los compañeros que identifican la voluntad política como un factor fundamental, y reiteramos la declaración de Isabella Bakker de que ya es hora de pasar de la retórica a la inversión. Y yo añadiría, que ya es hora de pasar de la retórica a la acción.

Mi intervención se centrará en tres ámbitos: la inversión en la educación, la inversión en un trabajo decente y la inversión en unos servicios públicos de calidad.

Educación

Todos sabemos que la educación es un elemento clave para la autonomía de la mujer, los hombres y los niños, y que además es un derecho humano. Es un medio para erradicar la pobreza y beneficia a las sociedades de forma sostenible.

Ahora sabemos, por ejemplo, que la educación de las niñas es el mejor recurso para prevenir la propagación del VIH/SIDA.

Lo que necesitamos es una educación de calidad accesible a todos, gratuita y obligatoria hasta la edad laboral, no una educación de segunda clase para los pobres y los niños trabajadores.

Necesitamos docentes bien preparados con un salario justo y aulas y profesores que dispongan de los recursos adecuados. Para 2015 necesitaremos 18 millones de docentes cualificados, se trata de una inversión enorme.

Sabemos que invertir en educación es fundamental para lograr la igualdad de género. Y además tiene sentido económico. ¿Qué más pruebas necesitamos? Ya es hora de pasar de la retórica a la inversión, y de la retórica a la acción.

Trabajo decente

Sabemos que la globalización tiene un impacto desproporcionado en las mujeres. Las políticas de ajuste estructural promovidas por las instituciones financieras internacionales han dado lugar a la privatización, que ha obligado a tantas mujeres a entrar en la economía informal y a aceptar un empleo todavía peor remunerado, no regulado e irreconocido.

Sabemos que el acceso a un empleo remunerado es fundamental para la supervivencia de la familia, pero no es suficiente para reducir la pobreza o para lograr la autonomía de la mujer. Nuestro objetivo debería ser un trabajo decente y productivo para todos, porque para erradicar la pobreza y alcanzar los objetivos de desarrollo establecidos internacionalmente, como los ODM, es fundamental contar con políticas de empleo total y empleo decente.

Sabemos que los Programas de Trabajo Decente por País (PTDP) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) nos aportan un importante número de herramientas que deberían (o podrían) ser incorporadas en las estrategias de desarrollo en el ámbito nacional. La agenda sobre trabajo decente, en sus cuatro dimensiones estratégicas (trabajo, protección social, principios fundamentales y derechos en el lugar de trabajo, y diálogo social) proporciona un marco y destaca varias acciones políticas clave que podrían ser efectivas a la hora de apartar a las mujeres de la pobreza y garantizar su bienestar y el de sus familias.

Instamos a la Comisión sobre la Condición de la Mujer de las Naciones Unidas (CSW) a integrar el concepto de trabajo decente en sus Conclusiones Acordadas.

La inversión en trabajo decente tiene sentido. ¿Qué más pruebas necesitamos? Ya es hora de pasar de la retórica a la inversión, y de la retórica a la acción.

Servicios Públicos de Calidad

Sabemos que los servicios públicos de calidad como el agua, la sanidad, la vivienda, la educación y la salud, son fundamentales para aliviar la pobreza y lograr la igualdad de género. Pero también son fundamentales para mejorar la agenda del trabajo decente.

Mujeres de todo el mundo siguen cargando con la responsabilidad del cuidado de los niños, los enfermos y los ancianos, y la falta de servicios básicos limita su entrada y su total participación en el mercado del empleo remunerado y los programas de formación.

El sector público ha sido tradicionalmente una fuente de buenos empleos y pensiones para las mujeres, pero la presión por privatizar los servicios públicos básicos y los recortes en los gastos del gobierno han llevado a las mujeres a perder sus empleos remunerados y seguros. Esto no es lo que nosotros llamamos trabajo decente.

Por eso necesitamos una inversión en servicios públicos de calidad para lograr la igualdad de género y, por extensión, todos los otros ODM.

¿Qué más pruebas necesitamos? Ya es hora de pasar de la retórica a la inversión, y de la retórica a la acción.

Conclusión

Lo reiteramos una vez más, la inversión en igualdad de género es una cuestión de voluntad política. Ya es hora de pasar de la retórica a la inversión. Ya es hora de pasar de la retórica a la acción. Ya es hora de dejar de predicar y actuar.

La inversión en educación, en servicios públicos de calidad y en trabajo decente dará como fruto dignidad, respeto y esperanza para todas las personas del mundo.

Gracias.