La IE ayuda a reconstruir el sistema educativo tras la devastación del tsunami
Banda Aceh, Indonesia – Niñas con tocados dorados exquisitos y trajes tradicionales de brocados verdes y negros lanzaban flores rosas mientras bailaban para recibir a los invitados a la ceremonia de clausura del proyecto post-tsunami de la Internacional de la Educación en Aceh, la región del norte de Sumatra más devastada por el catastrófico tsunami del 26 de diciembre de 2004.
Nancy Knickerbocker
Estas niñas están entre los miles de niños que se están beneficiando del proyecto de cooperación más complejo y ambicioso jamás emprendido por la IE. El secretario general, Fred van Leeuwen, y Aloysius Mathews, coordinador regional principal para Asia-Pacífico, viajaron a Aceh justo 10 días después del tsunami como respuesta a una petición urgente de la delegación local de la organización afiliada a la IE en Indonesia, la Persatuan Guru Republik Indonesia (PGRI).
Las escenas de muerte y destrucción que presenciaron quedarán selladas en sus mentes para siempre: franjas enteras de la ciudad destrozadas; miles de cadáveres flotando entre desechos en las aguas tóxicas, incluso entre las ruinas inundadas del salón del sindicato PGRI; las caras angustiadas de los supervivientes buscando desesperadamente a sus seres queridos. “Esto es algo que me llevaré a la tumba”, dijo Aloysius.
“Para mí, quedó claro enseguida que teníamos que proporcionar más ayuda humanitaria de la habitual", dijo Fred. “El alcance de este desastre era tan inmenso que nunca se habría podido lograr una Educación para Todos sin la ayuda significativa del exterior”.
El total de víctimas mortales como consecuencia del tsunami se estimó en más de 225.000 personas en 11 países. Indonesia y Sri Lanka fueron los más afectados. La devastación fue tan sobrecogedora que millones de personas de todo el mundo abrieron sus corazones y sus carteras en una enorme ola de solidaridad.
La IE trabajó principalmente en asociación con Oxfam-Novib de los Países Bajos, que suministró los fondos para la reconstrucción de escuelas y la rehabilitación de la comunidad.
En total, el programa IE-Oxfam Novib invirtió cerca de 7 millones de euros en Aceh, y más de 4 millones de euros en Sri Lanka. También contribuyeron la OIT, la CSI y la ICM.
Inicialmente algunas organizaciones miembro se mostraron muy escépticas porque la construcción de colegios públicos es responsabilidad de los gobiernos, no de los sindicatos. Sin embargo, la IE planeó no solamente construir edificios sino implementar una respuesta integral a las necesidades físicas, psicológicas y profesionales de docentes, alumnos y comunidades.
“Es verdad que nos estábamos saliendo de la labor tradicional del sindicato”, dice Nicolás Richards, coordinador principal de Cooperación para el Desarrollo en la IE. “Pero ¿cómo se puede proporcionar ayuda a los maestros y maestras si sus escuelas han sido arrastradas por el agua? ¿Si no tienen trabajo? Así que estábamos poniendo los cimientos de la labor sindical en el futuro… y estábamos estableciendo un nuevo punto de referencia para una educación de calidad".
Jerome Fernández, un profesor malayo sindicalista, fue designado coordinador del proyecto. Él admite abiertamente que cuando se trasladó a Aceh en mayo de 2005 no sabía nada de construcción. “Ni siquiera puedo poner un clavo recto”. Lo que sí sabía era que la IE quería un buen trabajo y un proceso ético. Esto no era fácil, dada la caótica situación, la entrada masiva de dinero del extranjero y la omnipresente corrupción.
De acuerdo con el Barómetro Global de la Corrupción 2009 de Transparency International, Indonesia es el séptimo país más corrupto de los 69 analizados. TI ha observado que la reconstrucción después de grandes desastres es propensa a la corrupción, debido a que se tiende a evitar los procedimientos normales para asegurar una reconstrucción rápida.
Jerome tuvo que rechazar a un montón de contratistas de dudosa reputación, rechazar sobornos e incluso hacer frente a amenazas. Pero la IE incorporó un eficaz sistema de controles y balances, de manera que “no se desviara ni una sola rupia”.
El plan IE-Novib incluía construir escuelas de calidad a prueba de terremotos equipadas con mobiliario apropiado para niños, bibliotecas bien surtidas, recursos de aprendizaje adecuados incluyendo ordenadores, oficinas y viviendas para los directores de las escuelas y becas para alumnos necesitados o huérfanos. Además, se encargaba del desarrollo profesional, incluyendo la formación en el nuevo currículo para ayudar a superar la escasez de profesores en ciertas áreas, el desarrollo de capacidades para líderes sindicales y cursos de orientación psicopedagógica para permitir a los docentes afrontar su propio trauma psicológico y el de sus alumnos.
Desde luego, la evidencia física y psicológica de la tragedia nunca estuvo lejos de la superficie. Jerome recuerda: “He recogido huesos humanos con mis propias manos en el lugar donde estábamos construyendo”.
La IE recurrió a la experiencia de sus afiliadas. Por ejemplo, miembros del sindicato Australian Education Union fueron a impartir formación a directores en dirección y administración escolar, mientras que miembros del sindicato japonés de docentes (Nikkyoso) que tenían experiencia previa en terremotos fueron a compartir sus aptitudes y conocimientos en asistencia postraumática. Esto resultó ser un elemento esencial del proyecto, dado que tanto en Aceh como en Sri Lanka el conflicto civil agravaba el impacto del desastre natural.
Aproximadamente 15.000 personas fueron asesinadas durante treinta años de guerra entre los separatistas de Aceh y el ejército indonesio. Sin embargo, a consecuencia del tsunami los dos bandos acordaron trabajar juntos por el bien del país y firmaron un acuerdo de paz en 2005. Por el contrario, en Sri Lanka el conflicto entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil continuó hasta 2009, lo que impidió a la IE construir todas las escuelas que había planificado.
De todas formas, con 35 nuevas escuelas en Aceh y 8 en Sri Lanka, no hay duda de que la IE ha cambiado notablemente las vidas de miles de niños, abriendo puertas al aprendizaje en lugares donde su acceso había siendo denegado.
Los miembros que trabajaron en el proyecto están de acuerdo en que los retos clave del futuro son la sostenibilidad y el mantenimiento de las escuelas a pesar de los escasos fondos destinados a la educación pública, y continuar fortaleciendo la capacidad del sindicato para abogar por salarios y condiciones de trabajo decentes para los maestros y por una educación de calidad para los alumnos.
Sofyan Suleiman, que dirige la Consejería de Educación en Banda Aceh, agradeció sinceramente a la IE su contribución a la reconstrucción del sistema educativo en la devastada región. “El enfoque de la IE era totalmente diferente al de otras organizaciones que estaban trabajando en el sector de la educación después del tsunami”, dijo. “Puedo asegurarles que vigilaremos continuamente la situación y mantendremos los valores de las escuelas. Si acaso intentaremos que sean aún mejores”.
Al reflexionar sobre el programa de trabajo sin precedentes llevado a cabo por la IE, Fred van Leeuwen dijo: “Estoy orgulloso del proyecto post-tsunami por una serie de razones. Hemos demostrado que la profesión de la enseñanza es capaz, si es necesario, de construir escuelas, formar a docentes y ayudar a niños. Los docentes no sólo contamos, ¡también podemos marcar la diferencia!”