Se deterioran las condiciones de trabajo y de aprendizaje
No hay lugar en el mundo donde los docentes no hayan sufrido la degradación de sus condiciones laborales en los últimos años, siendo las principales causas de deterioro los recortes financieros en la educación y el aumento de la carga de trabajo. La crisis económica viene a empeorar la situación.
A esta penosa conclusión ha llegado la IE al término del extenso proceso de recopilación de información llevado a cabo para elaborar el informe dirigido al Comité Mixto OIT/UNESCO de Expertos sobre la Aplicación de las Recomendaciones relativas al personal docente (CEART). Cada tres años, la IE entrega al CEART un texto que recoge información de las organizaciones miembro, resultados de investigaciones de la IE y una serie de informes y estudios secundarios. En la presente edición se insiste en que la insuficiencia de personal docente constituye el reto principal de los sistemas educativos de todo el mundo.
Serán necesarios 18 millones de docentes de primaria adicionales para alcanzar la Educación para Todos en la fecha objetivo de 2015. A pesar del persistente déficit de personal, apenas se han tomado medidas para captar a profesionales cualificados. Lo que sí abunda son docentes no cualificados trabajando en condiciones indignas por unos salarios míseros, contratados no sólo para contener el déficit de efectivos, sino también para reducir el gasto educativo. Los salarios de los docentes suelen ser insuficientes para mantener un nivel de vida decente. En los países en desarrollo, los niveles de ingresos de algunos docentes de primaria se sitúan en torno al umbral de pobreza, cuando no por debajo de ese valor. En los países desarrollados, pueden llegar a ser inferiores a los de profesiones similares.
La IE hace hincapié en la mejora general de las consultas públicas a las organizaciones de enseñanza en varios países de Europa, Norteamérica, Caribe y Asia. En cambio, en algunas regiones de África, como en Túnez y Camerún, el gobierno se niega consultar con los sindicatos de enseñanza.
El profesorado de los países en desarrollo, en particular los docentes con contratos de duración determinada, carece de preparación profesional suficiente. Además, la formación continua es incompleta. A la inversa, la formación docente en varios países de Europa y Norteamérica presenta un alto nivel general, con buenas oportunidades de adquisición de mayores cualificaciones y desarrollo profesional continuo.
En África, con la notable excepción de países como Zimbabue, en los que la represión política está haciendo estragos, se respeta la libertad académica. En Oriente Medio, los conflictos son los que restringen la libertad académica. En algunos países de Europa (entre ellos, Dinamarca) y América Latina (Colombia, por ejemplo), la restricción de la libertad académica tiene su origen en la propagación del neoliberalismo y la gestión empresarial en la educación superior. No sólo eso, sino que la libertad académica de los docentes con contratos de duración determinada viene limitada por la propia precariedad de su actividad laboral.
A esto hay que añadir la creciente violencia a que están expuestos los y las docentes y la inseguridad del entorno escolar. La opresión y los conflictos políticos han desatado olas de violencia contra el profesorado en Colombia y Oriente Medio, con algunos episodios de violencia registrados en zonas de Asia y Europa.
Muchos países, incluidos algunos con una alta prevalencia del VIH, siguen sin incluir sistemáticamente el VIH/SIDA en la formación previa de los docentes y los planes de estudio escolares, y sin desarrollar una política laboral en materia de VIH/SIDA para el sector educativo.
La IE ha insistido ante el CEART en que la Recomendación de UNESCO/OIT relativa a la situación del personal docente (1966) y la Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior (1997) son instrumentos internacionales fundamentales para proteger y defender al profesorado y la educación de calidad. Ahora bien, siendo deficiente la aplicación de ambos textos a nivel mundial, los docentes viven en una lucha constante por reclamar el respeto a los derechos y condiciones de trabajo establecidos en las recomendaciones. La IE mantiene intacto su compromiso con la aplicación de las recomendaciones en los sistemas educativos de todo el mundo.