Los sindicatos de docentes mantienen el equilibrio entre la prevención y el tratamiento del VIH en la respuesta al SIDA
En 2006, los gobiernos de todo el mundo se comprometieron a lograr el acceso universal a los programas integrales de prevención, tratamiento, atención y apoyo contra el VIH y el SIDA para el año 2010. El acceso actual a los tratamientos antirretrovirales apenas satisface la mitad de las necesidades reales y cada día hay cinco infecciones nuevas por cada dos personas que empiezan el tratamiento, por lo que es fundamental lograr una mayor inversión respaldada por estrategias sólidas.
Los sindicatos de docentes que participan en el Programa EPT/SIDA de la IE trabajan sobre cuatro de los ámbitos identificados como prioritarios por UNAIDS: garantizar que las personas con VIH reciban el tratamiento adecuado, acabar con las prácticas punitivas y la discriminación, capacitar a los jóvenes para que se protejan del VIH y mejorar la protección social de las personas afectadas por el VIH.
La Internacional de la Educación considera la educación como una "vacuna social". La educación sobre la prevención del VIH y el cambio de actitud sobre la enfermedad puede invertir el impacto negativo del VIH y el SIDA a escala mundial. Asimismo, la IE reconoce la necesidad de apoyar a los docentes con VIH para que puedan acceder al tratamiento y seguir trabajando en sus escuelas y sus comunidades sin miedo a la discriminación.
Con una terapia antirretroviral efectiva y sostenida, las personas con VIH pueden disfrutar de una esperanza de vida similar a la de las personas no afectadas por el virus. Sin embargo, el cambio social no ha seguido el ritmo del progreso científico; de hecho, el estigma y la discriminación han llegado en ocasiones a dificultar los avances científicos. Este hecho ha sido destacado por Françoise Barré-Sinoussi, galardonada con el Premio Nobel de Medicina en 2008 junto a Luc Montagnier por identificar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) a principios de los 80. En octubre de 2009, Barré-Sinoussi destacó en Bruselas que la realización de un diagnóstico temprano complementado con un tratamiento rápido es la clave de una respuesta eficaz al HIV y el SIDA.
Con una gran voluntad de luchar contra el VIH en numerosos niveles, los sindicatos que participan en el programa EPT/SIDA trabajan con el objetivo de acabar con el estigma asociado al diagnóstico del virus y lograr un acceso ampliado al tratamiento. Según el Namibian National Teachers’ Union(NANTU), más de 20.000 docentes han participado ya en los Días de la Salud del Sector Educativo celebrados en las distintas regiones del país, donde pueden solicitar voluntariamente pruebas y asesoramiento, y donde reciben información fiable sobre el VIH y el SIDA.
En 2009, el Uganda National Teachers’ Union(UNATU) intensificó su campaña sobre el diagnóstico del VIH e instó a sus miembros a: “conocer su estado serológico”. UNATU está creando una base de datos con recursos para acercar a los docentes a los servicios de diagnóstico y asesoramiento de todo el mundo. Otra prueba del compromiso de los sindicatos con el bienestar de los docentes es CTERA, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, que desde Buenos Aires dirige un Centro de Prevención, Asesoramiento y Diagnóstico del VIH.
Para ofrecer la mejor oportunidad posible de que los docentes vivan sanos, el diagnóstico temprano debe ir respaldado por el acceso sistemático a programas de tratamiento efectivos. En Uganda, sólo 1 de cada 5 personas conoce su estado, y menos de la mitad de las personas que requieren tratamiento pueden acceder a él. Los recortes en la financiación están limitando el suministro de medicamentos antirretrovirales y causando la interrupción de los tratamientos, con las subsiguientes consecuencias para la salud de los afectados. Por otro lado, son cada vez más los sindicatos que consideran el VIH y el SIDA como un problema en el lugar de trabajo y están desarrollando políticas y extendiendo sus servicios para defender los derechos de sus miembros.