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Internacional de la educación
Internacional de la educación

Inglaterra: los estudiantes se enfrentan al alza exorbitante de las matrículas

publicado 25 marzo 2011 actualizado 13 abril 2011

Cuando el gobierno británico anunció que deseaba transferir el peso de la financiación de la educación del Estado a los estudiantes, UCU y sus miembros-estudiantes, padres y docentes, se unieron para conformar la primera ola de oposición a los recortes en servicios públicos esenciales.

Estudiantes y académicos llevaron a cabo una sólida resistencia  con manifestaciones contra el aumento de las cuotas, en  medio de una vigilancia extrema y un clima adverso. No obstante, en diciembre  de 2010 el gobierno aprobó con éxito la ley que triplicaba las matrículas universitarias e incrementaba las tasas de interés de las deudas estudiantiles. En un instante, Inglaterra se convirtió en el país más caro del mundo donde estudiar en una universidad pública, cuando ya existe un retraso en cuanto al número de graduados universitarios generados respecto a otras potencias económicas.

El acceso a la educación debería basarse en la capacidad académica, no en la capacidad económica de la persona. El análisis de UCU sobre el impacto de los recortes a los presupuestos de los docentes universitarios reveló que todas las universidades inglesas deberán cobrar una matrícula promedio de casi £7000 por año, sólo para recuperar el dinero que el gobierno le ha quitado al sector de la educación superior.

Un futuro hipotecado

Aumentar la tasa de interés de las matrículas y el costo de vida implica que las personas que se hayan visto obligadas a pedir un préstamo alto no tendrán otra opción que endeudarse. No cabe duda de que algunos estudiantes elegirán cursos más económicos para tratar de mantener las deudas en un nivel bajo. Eso no es bueno. Ni para el estudiante, ni para las universidades, ni para el país. No queremos que jóvenes y brillantes médicos renuncien a la medicina, por ejemplo, porque se trate de una carrera demasiado costosa.

El gobierno tuvo la oportunidad de introducir un sistema justo para financiar la educación superior, pero, en cambio, optó por golpear duramente a los estudiantes y sus familias. Las grandes empresas sacan partido de una gran cantidad de licenciados universitarios y es hora de que comiencen a pagar su parte en los gastos de la educación superior.

Lord Dearing lidera este llamamiento a las empresas, como un beneficiario clave de la educación superior, para que contribuyan a su revisión trascendental de la financiación universitaria. Si tan sólo se incrementara la tasa principal del impuesto sobre sociedades – el impuesto pagado por aquellas compañías que obtienen mayores ganancias– al promedio del G7, podríamos recaudar importantes cantidades de dinero para la educación superior.

Buscando alternativas justas

El 26 de marzo, los miembros de UCU se sumaron a la Marcha por una alternativa a los cortes, organizada por el British Trade Union Congress. Fue una de las mayores demostraciones de oposición al ataque ideológico del gobierno a la educación y los servicios públicos. La demanda de los sindicatos era encontrar una alternativa en la cual los más ricos y las grandes empresas paguen sus impuestos en su totalidad – en lugar de evitar hacerlo– y que los bancos paguen un impuesto a las transacciones financieras, del cual se extraería lo necesario para crear puestos de trabajo e impulsar un crecimiento económico sostenido que genere prosperidad, el único modo de acabar con el déficit y disminuir las deudas del país a largo plazo.

La campaña de resistencia continúa.

Por Sally Hunt, Secretaria General de University and College Union (UCU), Reino Unido

Este articulo fue publicado en Mundos de la Educación, No. 36, diciembre 2010.