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Internacional de la educación
Internacional de la educación

Chile: la educación librada al mercado

publicado 25 marzo 2011 actualizado 25 marzo 2011

El sistema educacional chileno es el paradigma de un sistema diseñado para transmitir el privilegio. En materia educacional, para el privilegiado, Chile es el mejor de los mundos posibles. Fernando Atria, Profesor de Derecho de la Universidad de Chile.

A principios de los ochenta, la dictadura militar de Augusto Pinochet pone en marcha un proceso imparable de privatización y descentralización del sistema educativo. Se trata de una verdadera transformación ideológica y política, que se desliga definitivamente de las propuestas de educación popular del presidente depuesto, Salvador Allende, y llega hasta nuestros días.  Ello se refleja en la Constitución Política impuesta por el dictador, donde la educación deja de ser una función primordial del Estado.

Como resultado, más del  50% de la población chilena paga hoy por recibir educación. Los sectores  desfavorecidos se concentran en los centros públicos municipalizados, que cubren algo más de la mitad de la matrícula. El resto acude a los centros privados, igualmente financiados por el Estado, pero que además reciben el pago directo de las familias.

Cada centro define su propio proyecto educativo, incluyendo un “estándar de admisión”. Ello les permite seleccionar y discriminar arbitrariamente a los alumnos por rendimiento escolar, condición socioeconómica de la familia, creencias religiosas, estado civil de los padres y cualquier otro criterio.

No es difícil imaginar la profunda brecha que este sistema ha abierto en la sociedad chilena. Cada alumno asiste a la escuela que puede pagar, y la progresiva segregación crea una categoría de estudiantes socioeconómicamente marginados desde la infancia.

El concepto olvidado de lo público

Como explica Fernando Atria en la revista Docencia del sindicato Colegio de Profesores de Chile, la educación pública ha de someterse a un régimen legal conforme al cual “esté abierta a todos como ciudadanos”. Y añade: “en principio, todos tienen el derecho de ser admitidos en igualdad de condiciones. Sólo de ese modo se garantiza la educación como un derecho fundamental”.

Para entender el concepto de educación pública como derecho, puntualiza Atria, es fundamental entender la naturaleza de la relación entre el ciudadano y las esferas de lo público y lo privado: “la posición general de asimetría que el ciudadano tiene frente al Estado hace que el individuo tenga derechos y el Estado no, porque está al servicio del ciudadano. Pero ante el establecimiento privado, el individuo no concurre como ciudadano sino como parte contratante. Y entre las partes contratantes existe la simetría propia del contrato y del mercado: ningún individuo está al servicio de otro”.

Reinventando la educación popular

El llamado Movimiento Pedagógico en Chile aglutina a aquellos docentes comprometidos con la búsqueda de modelos alternativos a las políticas educativas neoliberales. Se trata de reavivar la memoria de aquellos esfuerzos pedagógicos que marcaron la historia del país. Es el caso de las políticas de Allende, que trató de implementar un sistema educativo no elitista, abierto a los sectores populares. Un esfuerzo truncado por el golpe militar. Como escribe Benedetti tras la muerte de Allende: “para matar al hombre que era un pueblo, tuvieron que quedarse sin el pueblo”.

Por Mar Candela

Este articulo fue publicado en Mundos de la Educación, No. 36, diciembre 2010.