Nueva Zelanda: una voz para el «ejército silencioso» del personal de apoyo educativo
Junto con Antonia Wulff de la Internacional de la Educación, Jane Porter del New Zealand Educational Institute - Te Riu Roa ha hablado sobre los retos que el personal de apoyo educativo tiene ante sí para que se reconozca su contribución a la educación para todos.
En el último episodio de EdVoices, los podcasts de la Internacional de la Educación (IE), Jane Porter, que dirige la campaña para el New Zealand Educational Institute - Te Riu Roa (NZEI) y forma parte del Grupo de trabajo del personal de apoyo educativo de la Internacional de la Educación (IE), recuerda que, en todos los centros escolares, los equipos de personal de apoyo educativo trabajan codo con codo con los docentes para hacer posible que todos los estudiantes tengan la oportunidad de recibir una educación de calidad, pero, con demasiada frecuencia, su esfuerzo y sus aportaciones pasan desapercibidos.
«En Nueva Zelanda a menudo nos referimos a ellos como el ejército silencioso, ya que se preocupan realmente de que los que están en instituciones educativas puedan trabajar y de que los alumnos reciban apoyo para aprender», asegura.
El personal de apoyo educativo: «demasiadas categorías» de trabajadores de la educación
Porter explica que, debido a que el personal de apoyo educativo abarca «demasiadas categorías» de los trabajadores de la educación, más de 200 categorías solamente en su país, son trabajadores esenciales, pero a menudo pasan desapercibidos cuando se debate acerca de los sistemas de educación pública.
«Todo el mundo sabe que cuando vas a clase, tendrás un profesor», asegura, pero el personal de apoyo educativo es un ámbito que se ha desarrollado ad hoc. «Es un grupo que ha evolucionado porque existía una necesidad, pero sin una planificación previa».
Refiriéndose al «nuevo papel» del personal de apoyo educativo en la ayuda a los estudiantes con necesidades educativas especiales, explica que, mientras que para algunas categorías profesionales —como los psicólogos, los bibliotecarios o las secretarias escolares— es fácil encajar en la comunidad educativa, en otros casos resulta más difícil.
«Nos centramos demasiado en las tareas y deberíamos centrarnos en qué puede aportar el personal de apoyo educativo al aprendizaje», subraya Porter, insistiendo en que el grupo de trabajo de la IE se centra especialmente en cómo enfocar el aprendizaje, más que en los docentes. «El personal de apoyo no está aquí para apoyar a los docentes, sino para apoyar la educación, para apoyar el aprendizaje».