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Retrato de un docente: Festo Onencan, director de la escuela de Avuru

publicado 11 junio 2017 actualizado 23 junio 2017

"Antes de poner en marcha este proyecto, algunos padres consideraban a sus hijos como una fuente de ingresos."

"Al sensibilizarlos, al hablar abiertamente con ellos, al darles ejemplos de familias donde se educa a los hijos, conseguimos que comprendan que tienen que llevar a sus hijos a la escuela. El apoyo de los concejales municipales y de los líderes religiosos es fundamental; ellos también han participado en las formaciones de UNATU y transmiten constantemente el mensaje "no al trabajo infantil".

La tasa de matriculaciones en mi escuela ha aumentado un 10 % este año. Se han matriculado 78 niños que nunca habían ido a la escuela, 46 niños y 32 niñas. Otros no habían ido a la escuela desde hacía cinco años y a los 12 años se encuentran en 1º de primaria con niños de 6 años. Conseguimos integrarlos mediante juegos y algunas clases de refuerzo. Los niveles en los que el aumento de niños ha sido mayor han sido 1º y 3º, tanto que hay seis niños sentados por banco y algunos tienen que sentarse en el suelo.

Cuando identificamos a un niño con riesgo de abandono escolar, hacemos todo lo posible para que no se desanime incluyéndolo en un máximo de actividades, como los partidos de fútbol. Si es necesario, incluso le confiamos la tarea de organizar este tipo de evento para que se sienta responsable de algo y tenga menos ganas de abandonar. También organizamos partidos con los padres, para que se interesen por la escuela. En el patio hemos colocado carteles con todo tipo de mensajes contra el trabajo infantil.

Este proyecto de lucha contra el trabajo infantil dirigido por UNATU ha aportado una gran satisfacción al personal docente. Nos ofrece más posibilidades de interactuar con las comunidades locales y hemos entablado más amistades en el pueblo. Algunos padres nos dicen que sin este proyecto, sus hijos nunca habrían permanecido en la escuela".