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Mundos de la Educación

Cinco maneras de empoderar a los docentes e impulsar el progreso en el aprendizaje

publicado 5 noviembre 2017 actualizado 21 noviembre 2017
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Con motivo del Día Mundial de los Docentes, hagamos un repaso de lo que necesitan los docentes para ser más eficaces en las aulas

Suwaiba Yunusa es una maestra de veintinueve años que trabaja en la escuela primaria Janbulo Islamiyy de Roni, en el Estado de Jigawa, Nigeria. Ser la única docente mujer presenta una serie de desafíos, entre los que se incluye el tabú social de unirse a sus compañeros varones a la hora del almuerzo. Pero su condición de mujer también le brinda una gran ventaja. El hecho de ser mujer permite a Suwaiba desempeñar un papel fundamental a la hora de garantizar que haya más niñas que asistan a la escuela y se instruyan en un país en el que las mujeres docentes escasean.

Al saber que está ahí, los padres se sienten más cómodos a la hora de enviar a sus hijas a la escuela. Aunque las normas culturales le impiden trabajar junto a sus compañeros varones, ella y otras mujeres docentes como ella pueden ayudar a las niñas de una manera individual y hacer frente a los desafíos relacionados con la menstruación, lo que no sería apropiado para un docente varón. Pero por encima de todo, representa un modelo a seguir para las niñas, a las que da esperanza con respecto a lo que pueden conseguir si reciben educación.

Aunque la historia de Suwaiba no sea excepcional en aquellos países en los que tanto las mujeres como los hombres deben vencer muchos obstáculos para proporcionar una educación de calidad a sus estudiantes, saca a la luz dificultades comunes que pueden superarse. Ésta es la razón por la que la Alianza Mundial por la Educación y la Internacional de la Educación trabajan para empoderar a los docentes de todo el mundo.

Los docentes necesitan más apoyo para poder enseñar de manera eficaz

Hoy, con motivo del Día Mundial de los Docentes, docentes y activistas de todo el mundo se unen en torno al tema de este año –“ Enseñar en libertad, empoderar a los docentes”. Las nuevas estimaciones del Instituto de Estadísticas (UIS) de la UNESCO muestran que más de 617 millones de niños y jóvenes de todo el mundo no adquieren suficientes conocimientos, incluso a pesar de que 400 millones de ellos asisten a la escuela. Es fundamental empoderar a los docentes para mejorar los resultados académicos –son los trabajadores de primera línea sin los cuales no puede conseguirse un aprendizaje de calidad.

Según el UIS, será necesario contratar a 69 millones de docentes de la escuela primaria y secundaria de aquí a 2030 para garantizar que todos los niños tienen acceso a una educación de calidad. Necesitamos más docentes y tenemos que proporcionarles las aptitudes y los recursos indispensables para que puedan enseñar de manera eficaz.

El apoyo internacional destinado a los docentes debe incrementarse

La Alianza Mundial por la Educación (AME) trabaja en estrecha colaboración con todos sus socios principales, entre ellos las organizaciones de docentes, para fortalecer los sistemas educativos. La Internacional de la Educación, la mayor federación mundial de sindicatos docentes, que representa a 32,5 millones de docentes en 171 países, forma parte del Consejo de Administración de la AME y participa activamente en la elaboración de las políticas de la alianza y en la toma de decisiones programáticas. Para ambas organizaciones, los docentes tienen una voz decisiva en la elaboración de las políticas dado que son quienes están más cerca de la realidad del ámbito escolar.

La necesidad de herramientas, tiempo y confianza se encuentran en el centro de los retos con los que se enfrentan los docentes. Los docentes necesitan herramientas y recursos para poder desempeñar correctamente su trabajo; necesitan tiempo para poder preparar adecuadamente sus lecciones; y necesitan la confianza de estudiantes, padres, directores de los centros escolares y gobiernos para tener la certeza de llegar a desarrollar todo su potencial. Su participación en los grupos de educación locales de la AME permite que la profesión docente a la que representan pueda aportar su contribución, así como el desarrollo de una responsabilidad compartida con respecto a los proyectos educativos.

La Alianza Mundial por la Educación pone de relieve cinco maneras a través de las cuales los sistemas que reciben apoyo pueden empoderar a los docentes:

1. La formación y el perfeccionamiento profesional de los docentes. Al igual que en cualquier otra profesión, los docentes cualificados deben estar debidamente preparados para ser eficaces. Deben adquirir las habilidades necesarias para motivar a los niños y gestionar una clase, dominar áreas temáticas esenciales y velar por las necesidades cotidianas y el progreso de sus estudiantes. Del mismo modo, los administradores de los distintos centros y del sistema educativo en general  también deben aprender a ser líderes en la educación y ser eficaces a la hora de crear equipos, realizar presupuestos con escasos recursos, supervisar el aprendizaje de los alumnos y respaldar a sus docentes.

Es por ello que casi todos los países en desarrollo asociados a la AME priorizan el desarrollo profesional de los docentes (el 93% de las subvenciones de la AME contiene aspectos que apuestan por el perfeccionamiento de los docentes). El apoyo de la AME al perfeccionamiento profesional de los docentes se ha duplicado con creces en los últimos años, y se ha pasado de ofrecer formación a 98.000 docentes en 2014 a 238.000 en 2016.

2. Materiales didácticos de gran calidad. Para sacar partido al pleno potencial de los estudiantes, los docentes necesitan disponer de las herramientas adecuadas: libros y materiales didácticos que estén actualizados, elaborados con unos métodos pedagógicos probados y redactados en un lenguaje que los estudiantes entiendan.

Hasta la fecha la AME ha contribuido a la distribución de más de 1,6 mil millones de libros de texto a los países en desarrollo asociados. En Togo, por ejemplo, la AME respalda el desarrollo de un nuevo programa de estudios y la distribución de libros de texto de matemáticas y lectura, así como de las guías didácticas correspondientes para el profesor, para los primeros grados de todas las escuelas primarias.

3. Un tamaño de las clases adecuado. Lógicamente, los estudiantes presentan un mejor rendimiento en clases con pocos estudiantes y los docentes están en mejores condiciones de adaptarse a su nivel.

Muchos países en desarrollo socios de la AME han reducido con éxito el número de alumnos por docente. Mozambique, por ejemplo, redujo de 96 a 61 el número de estudiantes de la educación primaria por docente cualificado. Senegal lo redujo de 79 a 45 y Nepal de 57 a 26.

4. Un mejor seguimiento de los resultados académicos. Hace falta disponer de datos relativos a los resultados académicos, tanto a nivel del aula como del sistema, para entender los niveles actuales de aprendizaje, ya que esto puede ayudar a que se superen los obstáculos con los que se enfrentan determinados grupos a la hora de aprender. Los educadores deben estar familiarizados con una serie de estrategias de formación que les ayuden a adaptar su instrucción y utilizarlas en el aula.

Los modelos de financiación operacionales y basados en los resultados de la AME estimulan a los socios de los países en desarrollo a fortalecer el seguimiento de los resultados del aprendizaje, así como la exigencia de información. En Bangladesh, por ejemplo, la AME apoya las evaluaciones basadas en el aula que se realizan en todo el país, así como las evaluaciones nacionales del aprendizaje a nivel del sistema. La AME ha desarrollado también una iniciativa de evaluación para el aprendizaje (A4L) para fortalecer la capacidad de los sistemas nacionales de evaluación del aprendizaje.

5. Más tiempo para la planificación y la docencia. Para muchos docentes es una lucha cotidiana poder dedicar suficiente tiempo de su jornada escolar a actividades que permitan que los alumnos aprendan. Los datos de siete países del África Subsahariana muestran que de las 5,5 horas que los docentes tienen previstas como promedio de horario de clase diario, solamente dedican alrededor de la mitad a la instrucción y se les requiere a menudo que realicen tareas burocráticas que interfieren también en el tiempo de planificación igualmente importante.

La AME está ahora tratando de recaudar 3,1 mil millones de US$ de 2018 hasta 2020 para apoyar la educación de 870 millones de niños en 89 países en desarrollo. Esta financiación garantizaría que 1,7 millones de docentes recibieran formación, la construcción de 23.800 aulas y la distribución de 204 millones de libros de texto. Será crucial para empoderar a los docentes con las habilidades que necesitan, crear unos sistemas educativos más fuertes y, en última instancia, para que se obtengan unos mejores resultados académicos.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.