Países Bajos: Los sindicalistas de la educación se movilizan por una enseñanza primaria de calidad
Las autoridades aún no han tomado la decisión de aumentar los salarios de los docentes ni de reducir su carga de trabajo, por lo que se mantienen las acciones de 'Código Rojo' para la educación primaria; que ahora se han extendido a las provincias del este de los Países Bajos.
A pesar de que la afiliada holandesa de la Internacional de la Educación, Algemene Onderwijsbond (AOb), esperaba que las huelgas del 13 de abril, que se llevaron a cabo en las provincias del sur del país, serían las últimas de la serie y bastarían para que el ministro tomara conciencia de lo urgente que resulta aumentar los salarios y disminuir la carga de trabajo de los docentes, aún no se ha logrado ningún avance en este sentido.
Por ese motivo, se celebró una nueva huelga el 30 de mayo en el este del país. Al igual que ocurrió durante las huelgas anteriores, se mantuvieron cerradas casi todas las escuelas de enseñanza primaria en las provincias de Gelderland y Overijssel, en este caso.
Mientras tanto, prosiguen las negociaciones para alcanzar un nuevo convenio colectivo, sin embargo, por el momento no se han obtenido resultados concretos. Además, todavía no hay indicios de que las autoridades prevean realizar un aumento salarial sustancial en el sector de la educación primaria pública.
Una financiación insuficiente
El único resultado aparentemente positivo deriva de la promesa realizada por el ministro de Educación de elaborar antes de lo previsto un presupuesto que contemple la reducción de la carga de trabajo de los docentes de primaria. Las escuelas de primaria recibirán de media 35 000 euros este año, un importe que se incrementará de forma anual hasta el año 2021/2022. Los centros serán libres de utilizar dicho fondo de la manera que estimen más conveniente. La mayoría de ellos ya han precisado que desean emplear el dinero para contratar a maestros auxiliares o a docentes especializados. No obstante, según afirma el AOb, el presupuesto del que disponen resulta demasiado reducido para poder llevar a cabo cambios sustanciales.
Una carga de trabajo excesiva para los docentes
Desde la entrada en vigor del nuevo sistema para la educación inclusiva, la carga de trabajo se ha incrementado considerablemente. Esta cuarta huelga regional se produce en un momento en que se ha entablado un debate político para determinar si el actual sistema educativo funciona o no. Cuando entró en vigor este nuevo sistema, se cerraron la mayoría de los centros de educación especial, y se despidió a los/as docentes especializados, puesto que se esperaba que las escuelas regulares se hicieran cargo de sus funciones.
El sindicato AOb siempre ha mostrado crítico con esta reforma, no contra la idea de que existan escuelas inclusivas, sino porque los cambios en el sistema se llevaron a cabo sin proporcionar a los docentes regulares una formación aceptable y adecuada y sin disponer de suficiente presupuesto para realizar las obras de mantenimiento y de adaptación de las infraestructuras escolares.
Si bien la huelga de gran alcance organizada por los sindicatos de la educación en 2012, y respaldada por las organizaciones de padres, condujo a que se aplazara la introducción definitiva de los cambios, no consiguió que se cancelaran los planes de reforma. Dichos cambios tuvieron como consecuencia, por un lado, que a muchos niños no se les asignara ninguna escuela, y, por otro, que el número de matrículas en centros especializados no disminuyera como se esperaba.
Los/as docentes siempre han manifestado su preocupación por el hecho de que las clases sean demasiado numerosas, lo que hace que resulte más difícil integrar a alumnos y alumnas con necesidades especiales.
Mientras los salarios sigan siendo bajos y la carga de trabajo se mantenga elevada, el AOb teme que se incremente la escasez de docentes y que, a consecuencia de esto, los/AS docentes actuales se vean aún más sobrecargados, una situación que pone en peligro la calidad de la educación.