Las escuelas toman acción contra el trabajo infantil, y logran resultado, por Noumoutieba Diarra
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En Malí, el Syndicat national de l’Education et de la Culture (SNEC) viene contribuyendo desde 2014 al desarrollo de zonas libres de trabajo infantil en las regiones de Bougouni, Niono, Macina, Dioila y Bla. Un total de 840 docentes han sido formados/as por este sindicato en el ámbito de la lucha contra el trabajo infantil. De todos ellos, 42 se han convertido en epicentros locales de la lucha contra el trabajo infantil en el seno de sus escuelas y comunidades. Noumoutieba Diarra, punto focal de la escuela del pueblo de Ouroun (región de Bougouni, en el sur de Malí), nos cuenta su experiencia.
He recibido varias formaciones por parte del sindicato de educación y cultura SNEC para convertirme en un punto de apoyo a su proyecto de lucha contra el trabajo infantil en Ouroun. Estas formaciones nos enseñan lo que es el trabajo infantil: se hace una diferencia clara entre el trabajo que promueve condiciones sociales para favorecer el desarrollo integral de la persona y que permite al niño o niña aprender las tareas de la vida cotidiana, y el trabajo infantil como tal, que impide la escolarización del niño/a en unas condiciones adecuadas.
En aquellos talleres fue precisamente donde escuché hablar por primera vez de las diferentes convenciones sobre los derechos del niño, entre ellas las que ha ratificado Malí. Allí nos asesoraron sobre la manera de integrar nuestros conocimientos en la comunidad: en tanto que docentes, tenemos que evitar mostrarnos superiores a los demás; tenemos que comportarnos como un/a miembro más de la comunidad y participar en sus diferentes encuentros y ceremonias, porque así podremos ser aceptados y conseguiremos convencer más fácilmente de los beneficios que conlleva enviar a sus hijos e hijas a la escuela.
Cuando el SNEC inicia un proyecto de zona libre de trabajo infantil en un pueblo, el jefe tradicional del mismo organiza una asamblea general. Convoca a toda la población para explicarle la importancia de la educación. Todo el mundo tiene derecho a expresarse, pero al final de la asamblea el jefe tradicional declara que, a partir de ese momento, el trabajo infantil ya no estará permitido en el pueblo. Este tipo de decisión, tomada por autoridades locales muy respetadas por la población, es una gran ayuda para convencer a todos los padres y madres de que envíen a todos sus hijos/as a la escuela. Para transmitir este mensaje también se organiza un comité de seguimiento compuesto por dirigentes del pueblo y representantes de los empleadores y de la escuela.
A nivel de la escuela, creamos un club de lucha contra el trabajo infantil. El club está integrado por 12 alumnos (seis niñas y seis niños) que están encargados de averiguar dónde se encuentran los niños/as que abandonan las clases y aquellos/as que nunca han estado escolarizados/as, y tienen que intentar convencerles de que vayan a la escuela. En algunos casos yo intervengo ante esos niños/as o ante sus padres para reafirmar los argumentos de los miembros del club. También recibimos apoyo de los miembros del comité de seguimiento.
En el entorno rural, para conseguir un cambio de mentalidad es muy importante estar en contacto con las personas a todos los niveles de la población. En Ouroun hemos querido activar a las madres de los alumnos/as en nuestro proyecto: como mujeres, están en una situación privilegiada para hablar con las otras madres, las de los niños/as no escolarizados/as.
Sus argumentos también tienen mucho peso entre las niñas que han abandonado la escuela o que corren el riesgo de abandonarla. Así que he fomentado la creación de una Asociación de Madres de Alumnos/as (AME, por sus siglas en francés), compuesta por 12 mujeres que ayudan a localizar a los niños/as no escolarizados/as, y a superar las reticencias de los niños/as o de las familias. Tras haber constatado el aporte de la AME de Ouroun al proyecto, el SNEC ha decidido crear asociaciones similares en todas las demás zonas libres de trabajo infantil que el sindicato contribuye a desarrollar.
El matrimonio precoz es una de las principales razones que provoca el abandono escolar de las niñas. Con frecuencia se saca a niñas de la escuela para casarlas, sin que ellas hayan dado su consentimiento. A esta edad el organismo de la niña no está preparado, y carece de la madurez suficiente para vivir en pareja, lo cual provoca muchos divorcios. En el marco del proyecto del SNEC, nosotros intentamos evitar estas situaciones con la ayuda de las AME.
Utilizando ejemplos y consejos concretos se puede conseguir que las mentalidades evolucionen poco a poco. Yo conocí el caso de una alumna muy inteligente que acababa de aprobar los exámenes para pasar a 7º de primaria, y quisieron convencerla de que abandonara la escuela para casarse. Presenté una petición ante la asesora encargada de la escolarización de las niñas en el seno de la autoridad local. Ella me ayudó hasta que el matrimonio fue anulado. Y la niña pudo continuar con sus estudios.
El comienzo del proyecto no fue fácil en Ouroun. Muchos niños/as trabajan en el sector del lavado de oro, lo que les permite llevar pequeñas sumas de dinero a sus padres. Los docentes tienen que pasar mucho tiempo explicándoles que esas sumas son diminutas en comparación con lo que los niños/as podrían llegar a ganar teniendo una educación. También convocamos en el colegio a los padres de los niños que han abandonado la escuela para concienciarlos. A veces nos desplazamos a su domicilio o a los emplazamientos de lavado de oro. En ocasiones tenemos que ir a ver a los padres o a los niños/as dos o tres veces hasta que conseguimos convencerles de la importancia de la escolarización, recurriendo al apoyo de la AME y del comité de seguimiento si hace falta.
La falta de concienciación respecto al valor de la educación es una de las principales causas del trabajo infantil en esta región, al igual que lo es la pobreza. Se dan casos de niños/as que dejan de venir a la escuela porque no tienen lápiz o cuaderno. Si bien en algunos casos es más que nada un pretexto para saltarse las clases, en otros se trata de una pobreza totalmente real. Gracias a unos reducidos fondos de la escuela y a actividades desarrolladas por la AME que permiten generar ingresos, podemos ofrecer a los niños y niñas necesitados el material educativo básico para que eso no vuelva a ser un motivo de abandono escolar.
Desde 2014 he conseguido traer a los salones de la escuela a 44 niños/as (1). Cuando un ex niño/a trabajador/a regresa a la escuela, intentamos hacer todo lo posible para que esté acompañado/a por un miembro del club de lucha contra el trabajo infantil de su barrio, y velamos por que hagan el camino juntos para asegurarnos de que no se desanime. El docente que lo recibe en su clase va a hacer que se sienta cómodo, evitando atosigarle por haber abandonado la escuela, y prepara a los demás alumnos para que le den un buen recibimiento.
Participar en el desarrollo de este tipo de proyecto me aporta mucha alegría y satisfacción. Favorecer la plenitud y el desarrollo de los niños y las niñas evitando que sean explotados por el trabajo es muy reconfortante para un docente. Al principio de este proyecto encontrábamos niños/as de 8 años en los emplazamientos de lavado de oro, a veces en agujeros cavados muy hondo en el suelo. Hoy en día es raro encontrar niños en esos lugares. En 2017, uno de los emplazamientos de lavado de oro se vio afectado por una epidemia de meningitis; el problema habría sido mucho peor si hubiera habido niños presentes.
Mi experiencia como ex niño trabajador convertido en docente me ha ayudado mucho a la hora de convencer a los niños y niñas sobre los beneficios de la educación. Yo tuve que interrumpir mi escolarización en 9º curso porque mis padres no podían seguir pagándome el material escolar. Muchos niños/as no saben cómo resolver este problema, pero como yo he vivido la misma situación, puedo devolverles esa esperanza, enseñarles que cuando se quiere, se puede. Les recuerdo constantemente que han de tener más ambiciones que una vida efímera dedicada al lavado de oro, porque eso no les va a proporcionar ningún futuro.
Además de mi función como punto de apoyo, soy también el representante sindical del SNEC en Ouroun. Los/as docentes de mi escuela están afiliados a diferentes sindicatos, pero todos ellos/as se han implicado en este proyecto de lucha contra el trabajo infantil. Hemos dejado de lado nuestras divergencias sindicales para compartir una visión común sobre la educación. Hay un sindicato de docentes preocupado por todos los problemas encontrados en el ámbito de la educación, así que es imperativo actuar mientras siga habiendo niños y niñas trabajando en lugar de estar en la escuela. Este proyecto ha permitido al SNEC impregnar a la comunidad, que ahora comprende lo que un sindicato puede aportar al conjunto de la sociedad.
La creación de zonas libres de trabajo infantil es un trabajo de base. Los docentes inician un cambio de mentalidad, pero para lograr nuestros objetivos necesitamos la ayuda de toda la comunidad y de sus dirigentes.
Nota: Más información sobre el proyecto del SNEC destinado a la creación de zonas libres de trabajo infantil disponible aquí.
(1)En total, desde el año 2014, los proyectos del SNEC han permitido escolarizar o re-escolarizar a 900 niños y niñas en el conjunto de las regiones afectadas.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.