La vía rápida de Suecia para docentes recién llegados al país: la perspectiva sindical, por Patrik Ribe.
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Algo salió mal
En 2015, el número de inmigrantes que buscaban asilo en Suecia alcanzó una cifra sin precedentes. En total, Suecia recibió ese año a 163 000 refugiados en busca de asilo. Para nosotros, como sindicato de docentes, lo natural era contribuir a la creación de un sistema que hiciera buen uso de la competencia docente de los recién llegados.
El Lärarförbundet decidió tratar la crisis de los refugiados de una manera holística. Durante 2015, desarrollamos una plataforma política con el objeto de que nos sirviera de brújula en un período caracterizado por la rápida adopción de decisiones políticas en Suecia. Nuestra plataforma contenía propuestas para todo el sistema educativo, desde la educación preescolar hasta la educación de adultos. La formulación de propuestas concretas nos permitía dar un paso adelante en el proceso.
Nuestras propuestas estaban bien elaboradas, ya que de ellas se encargaron miembros expertos y activos de los grupos de referencia del sindicato para diferentes niveles del sistema educativo. El sindicato también realizó encuestas para comprender la opinión de nuestros miembros acerca de los retos en un momento en el que una cifra insólita de niños y jóvenes recién llegados necesitaban una inclusión rápida en nuestras escuelas. Gracias a nuestra plataforma política, pudimos ser un actor central al que escucharan los responsables de las decisiones. Nuestra agenda contribuyó a informar a la opinión pública de las decisiones políticas que se iban adoptando.
Una vía rápida para el personal docente
Muchos de los refugiados de los últimos años han provenido de Siria, y algunos tenían educación superior y experiencia en la enseñanza. Para nosotros, como sindicato de docentes, era importante que nuestros miembros prepararan bien a nuestros nuevos colegas para enseñar en las escuelas suecas. La experiencia nos decía que los docentes que han ejercido en otros países a menudo tienen mucho que aportar al sistema educativo sueco en cuanto a conocimientos, experiencia y nuevas perspectivas.
El Gobierno de Suecia tomó la iniciativa de crear la denominada “vía rápida” hacia la profesión docente, dado que un grupo relativamente grande de inmigrantes tenían experiencia en la enseñanza. En dicha iniciativa participaron agentes sociales, el Organismo nacional de empleo y universidades que ofrecían formación de docentes en un proceso para desarrollar una vía rápida para el profesorado. Mi función, en calidad de analista sindical, fue la de elaborar propuestas y alcanzar acuerdos que dieran lugar a un modelo razonable para esta vía rápida.
El proceso fue intenso, pero todas las partes interesadas avanzaron en la misma dirección de un modo bastante impresionante. Hubo un amplio consenso entre todas las partes con respecto a que se ofrecieran buenas condiciones a los docentes recién llegados para que pudieran establecerse como profesionales. Cualquier otra cosa se consideraba una pérdida, no solo para los docentes recién llegados, sino también para las escuelas suecas, dado que la escasez de profesorado en el país era, y sigue siendo, considerable, y es previsible que esa carencia continúe aumentando en el futuro.
Algo muy importante para mí, como analista sindical, era que debían bajarse todos los umbrales innecesarios que dificultan la integración de los docentes inmigrantes en el personal docente que ya existía en el país. Los docentes recién llegados debían enfrentarse a un sistema coherente e inteligible. Esto exigía, entre otras cuestiones, que todas las autoridades que se encontraran los docentes en la vía rápida trabajaran juntas para conseguir el mismo objetivo. Mis expectativas en este sentido fueron demasiado altas. Otro aspecto importante fue las posibilidades de evaluar la vía rápida. Esta esperanza también se desvaneció.
Por último, tras seis meses, se alcanzó un acuerdo sobre el modelo y la ejecución de la vía rápida.
El modelo de la vía rápida: tres fases para conseguir un certificado de docente
La vía rápida que se negoció se caracterizaba por actuaciones paralelas cuyo objeto era brindar a los participantes un itinerario individual coherente para conseguir un certificado de enseñanza en Suecia.
En la primera fase de la vía rápida, el participante realiza un curso introductorio de 26 semanas que incluye unas prácticas en la escuela dirigidas por personal docente y un curso teórico que ofrece una presentación del modo en que se trabaja en el sistema escolar sueco. En el curso se abordan materias como la historia del sistema escolar sueco, su organización y sus valores, didáctica, etc. Simultáneamente, los participantes estudian sueco en el curso habitual de educación de adultos del país: Swedish for Immigrants (SFI).
En la segunda fase, los participantes únicamente estudian sueco para poder optar a estudios académicos complementarios que, con el tiempo, conduzcan a la obtención del certificado de docente. Para ingresar en la tercera fase académica, los participantes tienen que superar una prueba de idioma.
La longitud de los estudios académicos complementarios —fase tres— depende de la formación de docencia que cada participante ya hubiera recibido en su país de origen. En unos casos, es cuestión de cursar estudios de materias adicionales y, en otros, basta con aprender habilidades pedagógicas complementarias.
¿Cómo se resolvió todo?
De abril de 2016 a febrero de 2019, han participado unas 15 000 en la vía rápida, de las cuales el 60 % eran mujeres y el 40 % eran hombres. Seis universidades han ofrecido esta oportunidad. Aproximadamente el 10 % de los participantes abandonaron, principalmente personas que vieron que necesitaban muchos estudios académicos adicionales. Lamentablemente, solo un número reducido ha sido capaz de ingresar en la tercera fase de la vía rápida.
No fue muy afortunado que, a pesar de las protestas del Lärarförbundet durante las negociaciones, el Gobierno decidiera llamar a este itinerario profesional “la vía rápida”. Nada hasta ahora indica que sea rápida. Como he dado a entender antes, no existe un proceso de evaluación fiable que permita realizar un seguimiento de los participantes, desde la fase 1 hasta la obtención del certificado de docente, algo que, nosotros, como sindicato de docentes, hemos solicitado al Gobierno en numerosas ocasiones. Sin embargo, varios participantes han cumplido los requisitos para ingresar en la tercera y última fase de educación complementaria. Para aprender un idioma de manera que permita ejercer una profesión, se necesita tiempo y, en nuestra opinión, es necesario facilitar ese tiempo.
Como he mencionado antes, un gran problema es generar una buena colaboración entre las autoridades públicas, necesaria para mantener el sistema. Los trámites burocráticos, las tasas administrativas, los mandatos inflexibles, la gestión nacional insuficiente y diversas culturas de agencia han contribuido, por desgracia, a conservar los umbrales que nosotros, como sindicato, queríamos eliminar. Esto coloca a los docentes recién llegados en una situación complicada, lo que ocasiona frustración y desesperación.
El futuro de la vía rápida
El futuro de la vía rápida es incierto. El número de inmigrantes que llegan ha disminuido drásticamente, al igual que la cifra de personas recién llegadas con experiencia en la enseñanza. La vía rápida es una inversión importante y de gran cuantía. No obstante, en nuestra opinión, hay una serie de cuestiones que han de hacerse de otra manera. Es conveniente crear una vía rápida 2.0 para docentes. La colaboración entre autoridades ha de mejorar, deben brindarse más oportunidades —y mejores— para estudiar sueco, y se tiene que establecer un sistema de supervisión a fin de tener una imagen clara de aquello que funciona y de aquello que no funciona, así podremos subsanar las deficiencias sobre la marcha.
A pesar de las imperfecciones, se mantiene el consenso en relación con las necesidades y los objetivos entre las partes que negociaron la vía rápida en un principio. Esperamos que la vía rápida pueda modificarse de modo que los docentes recién llegados se enfrenten a un sistema que sea fiable, inteligible y sostenible con el paso del tiempo. Todos los docentes recién llegados deberán gozar de buenas condiciones para seguir ejerciendo su profesión en su nuevo país de origen.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.