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Mundos de la Educación

Photo: GPE/Livia Barton
Photo: GPE/Livia Barton

#CRC30 "Poner fin al castigo físico en las escuelas: un camino para proteger el derecho a la educación", por Baguma Filbert Bates.

publicado 22 noviembre 2019 actualizado 22 noviembre 2019
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En Uganda, el castigo físico fue declarado ilegal en las escuelas en marzo de 2016 cuando se modificó la Ley de la Infancia y, además, desde 2006, el castigo físico había sido desaconsejado por unas directrices ministeriales. No obstante, este asunto sigue representando un gran desafío, ya que en muchas escuelas, especialmente en las áreas rurales más remotas, constituye una práctica profundamente arraigada y algunos docentes temen que no serán respetados si no muestran autoridad y disciplina a sus alumnos. Por otro lado, es evidente que un niño tiene más probabilidades de no asistir o abandonar la escuela definitivamente si teme ser castigado físicamente.

En UNATU, hemos tomado una posición clara contra el castigo físico considerándolo como una violación de los derechos del niño. Creemos que las medidas disciplinarias deben respetar la dignidad humana de los niños. Forma parte del enfoque centrado en el niño que hemos adoptado en nuestros programas de desarrollo profesional, que también se recoge en los proyectos destinados a atraer y retener a los niños en las escuelas con el fin de acabar con el trabajo infantil.

En nuestros programas de formación analizamos cómo la disciplina positiva debe ser relevante y proporcional, y nos centramos en corregir el comportamiento, pero no humillando al estudiante. Explicamos que las medidas disciplinarias deben estar dirigidas a ayudar al niño a aprender de sus errores.

Discutimos cómo podemos comunicarnos con un niño sin infundir miedo y cómo tener en cuenta los sentimientos del niño y su situación en el hogar. Por ejemplo, ¿qué hacer cuando encuentras que un niño se adormece en clase? ¿Es su culpa? ¿Deben ser castigados? Si temen llegar tarde a la escuela porque sus padres les han pedido que hagan algún recado, ¿se les debe incitar a que no asistan?

Si castigas, estás traumatizando. Por lo tanto, instamos a los docentes a que encuentren alternativas al uso de la vara. El alumno puede copiar deberes, limpiar alrededor de la escuela o recoger la basura, pero se no debe interferir con la asistencia de los niños a la clase. Podemos convocar a los padres para que acudan si se trata de un grave error de disciplina.

El Ministerio de Educación publicó en 2014 un manual para docentes con el fin de promover la disciplina positiva en las escuelas que resulta muy práctico y útil [1]. También apreciamos la colaboración con la ONG ugandesa SOMERO, pues sus formadores colaboran con nosotros en estos cursos. Pero hemos descubierto que los mejores defensores de los métodos de disciplina positiva son los propios alumnos. Los docentes pueden constatar cómo responden los niños e incluso cómo mejoran los resultados académicos.

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El 20 de noviembre de 2019 se cumplen 30 años de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Para celebrar el aniversario de uno de los tratados de derechos humanos más ratificados de la historia, publicamos una serie de blogs que muestran la labor y el compromiso de los sindicatos de la educación en apoyo de los derechos de los niños, en particular su derecho a la educación. Con muchos niños y jóvenes aún sin escolarizar, nuestro trabajo dista mucho de haber terminado. Lea la Declaración completa de nuestro Secretario General, David Edwards.

[1] Ministry of Education and Sports Creating Safer Schools Series: Volume 1 An Introductory Handbook for Promoting Positive Discipline in Schools for Quality Education Alternatives to Corporal Punishment. Ministerio de Educación, Uganda, enero de 2014.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.