Los Estados deben garantizar a los/las niños/as indígenas y de minorías la educación en su propio idioma
La Internacional de la Educación (IE) acoge con satisfacción la declaración del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre cuestiones de las minorías según la cual, en la medida de lo posible, se debe impartir una educación en su propio idioma a los/las niños/as de minorías lingüísticas. Esto contribuirá al logro de una educación inclusiva y de calidad, y al respeto de los derechos humanos de todos/as los/las niños/as.
“La educación en el idioma materno de una minoría, combinada con una enseñanza de calidad del idioma oficial, es más rentable a largo plazo”, dijo Fernand de Varennes, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre cuestiones de las minorías, en un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos el 11 de marzo.
La educación en el idioma materno de una minoría “reduce las tasas de abandono escolar; conlleva unos resultados académicos notablemente mejores, en particular entre las niñas; mejora los niveles de alfabetización y la fluidez tanto en el idioma materno como en el oficial o mayoritario, y genera un aumento de la participación y el apoyo de la familia y la comunidad”, dijo.
InclusiónSegún de Varennes, “existen numerosos estudios que demuestran que un uso apropiado y proporcionado de los idiomas minoritarios como medio de instrucción puede aumentar la inclusión, la comunicación y la confianza entre los miembros de las minorías y las autoridades públicas”.
“Los niños de origen indígena o minoritario tienen mejores resultados académicos y permanecen más tiempo en la escuela cuando se les enseña en un idioma con el que están más familiarizados, generalmente el suyo propio”, señaló. “Cuando esto ocurre, especialmente cuando permanecen más tiempo en la escuela, no solo adquieren una base más sólida y una mejor alfabetización en su propio idioma, sino que también podrán adquirir una mayor fluidez en el idioma oficial/mayoritario”.
Discriminación Asimismo, de Varennes dijo que, en las circunstancias apropiadas, no emplear los idiomas minoritarios podría constituir discriminación o violar las obligaciones de los Estados en materia de derechos humanos, incluido el derecho a la educación. Esto sería incompatible con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de las Naciones Unidas, que preconiza una educación inclusiva y sostenible para todos/as.
“La educación inclusiva y de calidad para los miembros de las minorías lingüísticas significa, en la medida de lo posible, que la educación se imparta en su propio idioma. No utilizar un idioma minoritario como medio de instrucción cuando sea posible equivale a proporcionar una educación, pero no de igual valor o efecto”, insistió.
El Relator Especial ha pedido que se redacten directrices prácticas para ofrecer orientaciones concretas en relación con la aplicación de los derechos humanos de las minorías y el uso de sus idiomas en la esfera de la educación.
Internacional de la Educación: enriquecer el patrimonio cultural de la humanidadDesde su creación, la IE ha reconocido que las diferentes culturas e idiomas de las personas indígenas enriquecen el patrimonio cultural de la humanidad y merecen ser protegidos como vehículos de la cultura e identidad. También destaca la función esencial que desempeñan los/las docentes, el personal de apoyo educativo y sus organizaciones en el sistema educativo para garantizar la promoción y la preservación de la identidad cultural de los pueblos indígenas.
Tolerancia“Somos plenamente conscientes de que la capacidad de cada persona de conocer y acceder a su cultura y de participar en la misma conforma la base para sostener y promover la diversidad cultural”, dijo el Secretario General de la IE, David Edwards. “También creemos firmemente que, enseñando el respeto de la diversidad de las culturas humanas, los/las educadores/as pueden promover entre los pueblos del mundo la tolerancia, el diálogo y la cooperación, que son la mejor garantía de paz”.
Los/las educadores/as de todo el mundo se comprometen a “luchar contra todas las formas de racismo y de prejuicio o discriminación en la educación por motivos de género, estado civil, orientación sexual, edad, religión, opinión política, condición social o económica u origen nacional o étnico”, añadió.