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La sesión extraordinaria de la Reunión Mundial sobre la Educación ratifica los compromisos con el ODS 4 y llama a una financiación acelerada y la solidaridad mundial

publicado 23 octubre 2020 actualizado 28 octubre 2020

Hoy, 22 de octubre, ha tenido lugar una sesión extraordinaria de la Reunión Mundial sobre la Educación de la UNESCO. El evento estuvo precedido el 20 de octubre por un segmento técnico dedicado a la preparación de políticas. La reunión se centró en las prioridades globales de recuperación en el ámbito de la educación y en la adopción de medidas aceleradas a fin de avanzar hacia el logro del ODS 4. En la reunión se adoptó un proyecto de Declaración de gran alcance.

La Reunión Mundial sobre la Educación, organizada por la UNESCO y coorganizada por los Gobiernos de Ghana, Noruega y el Reino Unido, se ha comprometido a mantener el acuerdo relativo al ODS 4 a pesar del revés que supone la pandemia para garantizar que la educación pueda contribuir plenamente a la recuperación. También se convino proporcionar recursos para la solidaridad mundial.

En el preámbulo del proyecto de Declaración(en inglés), se reconoce la repercusión injusta de la COVID-19, al señalarse que está “exacerbando las desigualdades que ya existían y afectando desproporcionadamente al alumnado y las comunidades vulnerables, especialmente a las personas que viven en la pobreza, a mujeres y niñas, a aquellas personas afectadas por las crisis y los conflictos, y a las personas con discapacidad”. En referencia a los ataques dirigidos recientemente al alumnado, al profesorado y a los centros escolares, se ratifica la función de la educación y el personal docente en aspectos como el desarrollo sostenible, la paz, la no violencia y la ciudadanía mundial.

Los Gobiernos se comprometen, en principio, a “incrementar o mantener el porcentaje de gasto público en educación de modo que se igualen con las referencias internacionales de al menos el 4-6 % del PIB o el 15-20 % del gasto público”. También acceden a destinar recursos adicionales a los grupos marginados y a aumentar la asistencia para el desarrollo y la proporción de esa ayuda que se dedica a la educación.

Durante los próximos 15 meses, se comprometen, basándose en pruebas científicas, a reabrir las instituciones educativas de forma segura y a proporcionar la financiación adecuada con planes que “favorezcan la igualdad, tengan en cuenta el género y sean inclusivos y selectivos”. Prometen apoyar a todo el profesorado, hacer partícipes a sus representantes, abordar la agravada escasez de docentes y facilitar un desarrollo profesional adicional. Acceden a supervisar el progreso, también durante los próximos 15 meses.

La Secretaría General de las Naciones Unidas, dirigentes de las Naciones Unidas y otros organismos, jefaturas de Estado y representación de los Ministerios de Educación, entre otras figuras, expresaron en su mayoría la preocupación de que multitud de jóvenes experimentaran pérdidas en la educación debido a las interrupciones relacionadas con la pandemia. Mencionaron a los grupos marginados, pero especialmente a las niñas, donde existía el peligro de invertirse el lento y complicado avance para mejorar su acceso a la educación. También se habló del regreso del trabajo infantil. Varias intervenciones abordaron la repercusión que tiene la educación durante la pandemia para la salud mental del alumnado, el profesorado y las madres y los padres. Todas estas dificultades exigen esfuerzos adicionales para recuperar el terreno perdido, entre otras cuestiones, a través de la contratación de más docentes y la facilitación de desarrollo profesional.

El Secretario General de la Internacional de la Educación, David Edwards, abordó el segmento de alto nivel. En sus observaciones, habló de los retos de la educación durante las distintas crisis acaecidas en el transcurso de la pandemia, así como en el futuro. Destacó que “el profesorado es el corazón de la educación. La hace posible. Las organizaciones afiliadas de la IE, que son la voz de 32 millones de docentes, asumen un liderazgo activo. Tienen su reconocimiento en el proyecto de Declaración, que recoge la importancia de ‘consultar a los organismos representantes del profesorado en la adopción de decisiones’”.

Edwards señaló que el profesorado participó en la lucha por la decencia y la democracia, y se refirió al reciente asesinato terrorista de un docente en Francia:

“Honremos a Samuel Paty. El trabajo de su vida fue una profesión basada en la comprensión de que el conocimiento y la indagación son el camino hacia la tolerancia, justo como la luz ilumina la oscuridad.

Nuestra lucha colectiva siempre debe librarse contra el odio y los sistemas, algoritmos y aduladores que permiten que se intensifique. No obstante, nuestro trabajo es el de Samuel; abrir cada mente al pensamiento crítico y al liderazgo activo, levantar los cimientos de un futuro sostenible persona a persona, y ser los propios frentes en la lucha por la decencia y la democracia. Él honró su profesión. Nosotros le honramos como uno de los nuestros”.

En el segmento técnico del 20 de octubre, la Secretaria General Adjunta de la IE, Haldis Holst, preguntó: “¿Qué han hecho los Gobiernos con su compromiso con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, especialmente en lo que respecta a la educación para la ciudadanía y el bienestar del alumnado?”. Habló del apoyo prestado por los sindicatos a sus miembros durante esta época tan complicada, instó a que el profesorado estuviera en el centro del debate y recomendó a los Gobiernos que “hablaran con el profesorado, no solo sobre él o a él. Este es el diálogo que puede generar el cambio”.