#16Días | “Respuestas de los sindicatos en Kenia ante el aumento de la violencia de género durante los confinamientos a causa de la COVID-19”, por Alice Tuei (KNUT).
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Los casos de violencia de género han aumentado drásticamente en las comunidades a raíz del cierre de las instituciones educativas y otras medidas adoptadas por el Gobierno de Kenia como consecuencia de la pandemia de COVID-19.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020, fecha en la que se cerraron las instituciones educativas, se ha producido un incremento exponencial del número de casos notificados de abusos contra niños y niñas. El aumento de los casos de abuso infantil ha captado la atención del gabinete del Gobierno de Kenia, que ha aprobado un programa interinstitucional para prevenir la violencia de género en el contexto de la COVID-19 y adoptar medidas para combatirla.
Según el Gender Violence Recovery Centre (GVRC), miles de niños y niñas han sido víctimas de abusos desde que se cerraron las escuelas. Es posible que muchos de ellos no regresen a las aulas y que los que lo hagan sufran traumas que requieran atención urgente. La violencia de género afecta a muchos aspectos de la vida de una persona. Puede llevar a un comportamiento agresivo hacia otras personas (en forma de pelea o haciendo daño) o hacia sí mismo (autolesión y/o comportamiento suicida).
Según los datos del GVRC, entre marzo y el 30 de agosto de 2020, alrededor de 1 145 niñas denunciaron en nueve centros del GVRC que habían sido víctimas de diferentes formas de abuso. Esta cifra representa el 59,6% de los casos de violencia de género notificados a los centros durante los cinco meses. La violencia sexual representaba el 90%, mientras que la violencia física y la desatención representaban el 10%.
Se comunicaron 77 embarazos de adolescentes, 17 de las cuales han sido infectadas por HIV.
Es posible que muchos más niños y niñas hayan sufrido abusos durante el confinamiento, pero que no hayan presentado una denuncia formal o se lo hayan contado a sus padres.
El Kenya National Union of Teachers (KNUT), a través de la Red africana de mujeres en la educación (AWEN) de la IE, sensibilizó a 60 partes interesadas en Nairobi y Mombasa y a 39 dirigentes sindicales, incluidas varias mujeres miembros del Consejo Ejecutivo nacional del KNUT en agosto de 2020.
El KNUT colabora con el GVRC a fin de concebir maneras para eliminar todas las formas de violencia de género en las instituciones educativas y llevó a cabo una labor de sensibilización con otras 110 representantes de secciones sindicales en octubre de 2020. Las sesiones de sensibilización se centraron en:
- dar esperanza a las participantes;
- concienciar sobre cómo se puede responder a la violencia de género durante la pandemia;
- establecer contactos con otras partes interesadas que puedan ayudar y establecer redes de apoyo y respuesta para casos de violencia de género;
- capacitar a las dirigentes sindicales y docentes para ayudar a las supervivientes.
El KNUT ha llevado a cabo una campaña masiva en los medios a través de un comunicado de prensa emitido conjuntamente con el GVRC el 17 de septiembre de 2020 con el objetivo de asegurarse de que la totalidad del alumnado vuelva a la escuela, incluidas las niñas que puedan haberse quedado embarazadas.
LOS RECURSOS QUE NECESITA EL PERSONAL DOCENTE
- Apoyo psicológico para el equipo docente y el alumnado;
- Asistencia jurídica para las supervivientes de violencia de género;
- Sensibilización sobre cómo ayudar a las supervivientes de violencia de género;
- Recursos financieros para traslados, denuncias o tratamientos médicos, entre otras cosas.
En conclusión, el KNUT continúa ejerciendo presión para que el Gobierno dé prioridad al apoyo psicosocial como programa de asistencia posterior urgente para proteger al alumnado cuando planifique las clases y el plan de estudios. El profesorado suele ser el primero en darse cuenta del deterioro de la salud mental del alumnado y les brindan apoyo o los animan a pedir ayuda.Con el apoyo del Gobierno y de la Comisión del Servicio Docente (TSC), las escuelas necesitarán recursos para contratar a especialistas, como psicólogos y psicólogas, que formarán al profesorado sobre el programa de asistencia posterior en todo el país destinado a apoyar a estudiantes vulnerables. Este programa forma a los profesores y las profesoras para que detecten señales que pueden indicar que un niño o niña está teniendo o ha tenido una experiencia traumática, así como otros factores estresantes psicosociales que puedan impedir que los alumnos y las alumnas se beneficien plenamente de la educación. Los equipos docentes formados también pueden observar la dinámica familiar durante la interacción habitual con los padres. Es hora de que todas las partes interesadas del sector de la educación en Kenia se impliquen y se sumen a la lucha para poner fin a la violencia de género en las escuelas y que los entornos educativos sean seguros para todos y todas.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.