Nigeria: Los sindicatos de la educación piden la puesta en libertad inmediata de los estudiantes secuestrados tras el último ataque
La Internacional de la Educación condena el secuestro de 140 estudiantes por parte de un grupo de hombres armados en el estado de Kaduna, al noroeste de Nigeria, e insta a las autoridades públicas a garantizar su regreso seguro a sus familias y comunidades. La IE reitera que las escuelas deben ser refugios seguros, libres de violencia e intimidación.
Al menos 140 estudiantes siguen desaparecidos. Se presume que fueron secuestrados después de que un grupo de hombres armados asaltara la escuela Bautista Bethel, en el estado de Kaduna, al noroeste de Nigeria. Los estudiantes, niños y niñas de la nación más poblada de África, sufren una epidemia de secuestros que no deja de aumentar. El objetivo de los secuestradores es reclamar rescates.
Según los medios de comunicación, un líder cristiano local dijo que había 180 estudiantes en la escuela, de los cuales solo han podido contabilizar a 20 hasta el momento. Sin embargo, dijo que algunos de ellos podrían haber escapado. Según la BBC, el pasado 4 de julio, un grupo de asaltantes armados también secuestró a ocho personas, entre ellas dos enfermeras y un niño de 12 meses, en el Centro Nacional de Formación en Tuberculosis y Lepra de Zaria, a unos 80 kilómetros de Kaduna.
Estos presuntos secuestros representan el cuarto ataque armado contra un centro educativo del estado de Kaduna en los últimos cinco meses y el tercero contra el hospital de Zaria. La BBC ha indicado que, desde diciembre, más de 1000 estudiantes han sido secuestrados, al menos nueve han sido asesinados y más de 200 siguen desaparecidos —algunos de ellos de tan solo tres años de edad— a causa de ataques similares.
Además, ha informado de una declaración de las fuerzas policiales de Kaduna en la que se indica que los hombres armados "sometieron a los guardias de seguridad de la escuela y se abrieron paso hasta el albergue de estudiantes, donde secuestraron a un número desconocido de estudiantes y se los llevaron al bosque".
La declaración indica asimismo que desde entonces han regresado 26 personas, entre ellas una profesora, pero se desconoce el paradero del resto de los desaparecidos de la Escuela Bautista Bethel. La policía nigeriana ha declarado que todavía no ha recibido ninguna petición de rescate por el supuesto secuestro en el hospital.
El personal docente africano se une para luchar contra la violencia en las escuelas
"El personal docente, el personal de apoyo educativo y todo el conjunto estudiantil corren peligro por el simple hecho de ir a la escuela porque las fuerzas armadas consideran los centros de primaria y los centros de enseñanza superior como objetivos", explicó el director regional de la Internacional de la Educación para África, Dennis Sinyolo. "Los secuestros que se están produciendo en los centros educativos nigerianos amenazan con socavar la educación de millones de niños y niñas", añadió.
Desde que el grupo islamista Boko Haram (traducido literalmente del idioma hausa como "la educación occidental está prohibida") secuestrara en 2014 a 276 niñas del centro de educación secundaria de Chibok, en el estado nigeriano de Borno, en un incidente del que se informó ampliamente, los secuestros por parte de grupos armados para exigir rescates han ido en aumento en zonas de Nigeria inundadas por la pobreza, el desempleo y la proliferación de grupos criminales y armados. Según un nuevo informe de The Washington Post, el incremento de los secuestros de estudiantes ha llevado a muchas familias a pensar que las escuelas son inseguras.
El Comité Regional Africano de la Internacional de la Educación (CRAIE) ha expresado su profunda preocupación por el hecho de que los centros educativos de muchos países de África, especialmente de Nigeria, no son los refugios seguros que deberían ser.
En una declaración adoptada por el CRAIE el pasado mes de mayo, los sindicatos de la educación de la región reafirman su solidaridad con el sindicato de docentes Nigeria Union of Teachers y piden al Gobierno de Nigeria que garantice la seguridad de los centros educativos de todo el país.
La declaración hace hincapié en que "la educación es un derecho humano fundamental, independientemente de las circunstancias, y debemos hacer todo lo posible para proteger los centros educativos y el derecho de los niños y las niñas a la educación". Asimismo, destaca que "la calidad de la enseñanza y el aprendizaje mejora en entornos de aprendizaje seguros, pacíficos y propicios que garantizan la seguridad y la salud de todo el profesorado y el alumnado", y que "las autoridades educativas de todo el continente deberían garantizar entornos favorables, cómodos y seguros para todas las personas".
Resolución del Congreso Mundial de la Internacional de la Educación
La Internacional de la Educación y sus organizaciones miembros llevan muchos años subrayando la necesidad de considerar las escuelas y otros centros educativos como zonas de paz para docentes y estudiantes, en África y en todo el mundo.
Durante el 8º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación, celebrado en Bangkok (Tailandia) en julio de 2019, los delegados y delegadas adoptaron una Resolución sobre los ataques contra las escuelas en África. El documento pide a la Internacional de la Educación y a sus organizaciones miembros de África que presionen a sus gobiernos para que, en particular:
- ratifiquen e incorporen todos los instrumentos de prevención y lucha contra el terrorismo en África y establezcan mecanismos para la aplicación de estos instrumentos;
- firmen, implementen y apoyen la Declaración sobre seguridad en las escuelas para garantizar que todos los estudiantes y docentes, tanto hombres como mujeres, puedan aprender y enseñar de manera segura;
- investiguen sistemáticamente los ataques contra la educación y sometan a juicio a los perpetradores;
- velen por que la educación promueva la paz y no se suscite el conflicto.
La Declaración "las escuelas deben ser zonas de paz", adoptada en 2009, también incluye siete artículos, cada uno de los cuales articula un llamamiento a la acción de la comunidad mundial. Son los siguientes:
- Reafirmar el compromiso sobre el principio del derecho a una educación segura;
- Adoptar medidas prácticas para garantizar la protección;
- Acabar con la impunidad de los atentados contra estudiantes, docentes y todo personal de la educación, así como las instalaciones educativas;
- Reforzar el control de los ataques y los esfuerzos por acabar con la impunidad;
- Establecer prioridades sobre las acciones a tomar y compartir experiencias sobre la capacidad de resistencia y recuperación;
- Hacer de la educación un agente para la paz;
- Apoyo a las campañas de solidaridad.