Acabar con el déficit de maestros preparados
Es innegable el progreso en la realización del derecho a la educación en todo el mundo desde 2000, pero sigue siendo un asunto inacabado. El número total de niños que no reciben escolarización primaria y primer ciclo de secundaria ha pasado de más de 200 millones en 2000 a 132 millones en 2010, pero las cifras continúan siendo muy altas y se han estancado desde 2008.
Incluso para aquellos niños que asisten a la escuela, el derecho a la educación sólo es real si la escuela les proporciona una educación de calidad, una educación que, como se describió en el Fórum Mundial sobre Educación en 2000 “incluye aprender a saber, a hacer, a convivir y a ser”. Ciertamente esto no es la realidad en la mayor parte del planeta: al contrario, hasta tres cuartos de los niños de los países con más bajos ingresos no han aprendido a leer y a escribir después de dos o tres años de escuela, por no hablar de haber empezado a desarrollar habilidades y conocimientos más complejos. El déficit en educación de calidad es enorme, y superarlo es esencial para cumplir con el derecho universal a la educación.
La Campaña Mundial por la Educación (CME) y Educación Internacional (EI) creen que la razón fundamental de este déficit en la educación de calidad es la seria falta de maestros bien formados y bien respaldados. Es la presencia de maestros de calidad lo que determina si los niños aprenden y cuánto aprenden.