Apoyo activo de los y las docentes sindicalistas de Nueva Zelanda a sus homólogos/as de Myanmar
Los y las docentes de Nueva Zelanda están apoyando a sus homólogos y homólogas de Myanmar que participan en las protestas contra el golpe de Estado militar de febrero de 2021 y que se han comprometido a impartir una educación de calidad.
En el estado de Kayin, al sureste de Myanmar, 62 docentes en huelga, pertenecientes al Movimiento de Desobediencia Civil, encabezado por los sindicatos, están impartiendo clases de matemáticas, geografía, inglés y birmano a más de 475 niños y niñas de parvularios hasta 6º curso. Lo hacen a pesar de los riesgos que supone la presencia de los militares.
Las actividades de los y las docentes han recibido ayuda financiera del New Zealand Educational Institute - Te Riu Roa (NZEI) y la New Zealand Post Primary Teachers' Association (PPTA). Esta financiación se ha canalizado a través de UnionAID, la agencia de desarrollo del movimiento sindical neozelandés.
La responsabilidad particular de los sindicatos neozelandeses con respecto a los países de Asia-Pacífico
“Myanmar está en crisis con la junta militar, la cual está en guerra contra sus propios ciudadanos. Los sindicatos de Nueva Zelanda consideran que tienen una responsabilidad especial para con los países de nuestra región de Asia-Pacífico, aunque su situación no destaque actualmente tanto en las noticias internacionales como la de otros países”, subrayó Ross Wilson, presidente de UnionAID y ex presidente del New Zealand Council of Trade Unions.
Los y las docentes del estado de Kayin reciben a estudiantes e imparten sus clases en diversos lugares. Como actualmente es la estación seca, las clases pueden impartirse en zonas de sombra, incluso en edificios.
Wilson insiste también en que “los y las docentes también tienen familia, y UnionAID ha apoyado al Movimiento de Desobediencia Civil asegurándose de que se les pague”.
Interrupción continua de la educación de los niños y las niñas de Myanmar
Wilson recalcó que, desde 2020, la educación de los niños y las niñas de Myanmar se ha visto completamente perturbada, primero por la pandemia y, seguidamente, por el golpe militar de hace un año.
Al día siguiente del golpe de Estado, médicos/as y enfermeros/as de todo el país iniciaron una huelga, a la que se sumaron poco después otros/as funcionarios/as públicos/as, entre ellos/as los y las docentes, como parte del movimiento de resistencia. Miles de familias se han visto desplazadas por los combates, y el personal de la Administración pública les ha prestado voluntariamente servicios sanitarios y educativos, señaló.
Solidaridad internacional de los sindicatos de la educación
“Seguimos apoyando a los y las docentes de Myanmar que luchan por garantizar un futuro de paz, libertad y prosperidad para su país”, afirmó David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación. “También elogiamos a los sindicatos de la educación, de Nueva Zelanda y otros países, que vuelven a demostrar su fidelidad hacia uno de los valores fundamentales del sindicalismo: la solidaridad”.