El sindicalismo de Rumanía se une y adopta medidas para apoyar al profesorado y al alumnado de Ucrania
Desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, la Fédération des Syndicats Libres de l'Enseignement (FSLE) de Rumanía ha llevado a cabo numerosas actividades en solidaridad con sus colegas y los niños y las niñas de Ucrania. El personal educativo de Rumanía colabora como voluntariado mediante la preparación de los centros escolares para recibir al alumnado ucraniano y la organización de una formación rápida del profesorado para aprender a trabajar con estudiantes que sufren traumas de la guerra.
El sindicato también ha brindado acceso a recursos didácticos de la UE a través del programa ERASMUS+.
Para la FSLE, “el sistema educativo rumano debe afrontar el desafío de integrar a una alta cifra de niños y niñas y de estudiantes. Es el momento de unirnos y tomar medidas para apoyar a nuestros colegas y a los niños y las niñas de Ucrania”.
El sindicato recordó que, desde el inicio de esta crisis, han entrado casi un millón de ciudadanos y ciudadanas de Ucrania en Rumanía. El flujo de personas refugiadas procedentes de Rumanía y Moldavia se está desplazando rápidamente hacia Europa Occidental, y la mayoría (más del 61 %) ya ha abandonado Rumanía para dirigirse a otros destinos de Europa Occidental (Austria, Alemania, Francia y España), lo que indica la presencia de familiares y amistades en esos países.
Según la información facilitada por las fuerzas de seguridad de Rumanía, de la cifra total de personas refugiadas que quedan en Rumanía, 31 385 son niños y niñas. Sin embargo, las estadísticas cambian a diario.
Registro de menores no acompañados
El Gobierno de Rumanía, por medio de la Autoridad Nacional de Protección Infantil, está preparando un procedimiento para registrar a los niños y las niñas que entran en Rumanía procedentes de Ucrania sin sus progenitores o sin representante legal. Los servicios de protección infantil se ocuparán de este colectivo en los condados fronterizos. La población infantil procedente de Ucrania que llegue a Rumanía sin acompañante se beneficiará de esta medida de protección. El Gobierno entiende por “menor no acompañado” a una persona apátrida o extranjera menor de 18 años que llega a Rumanía sin acompañante. Se ha creado un equipo de tareas para los niños no acompañados a fin de identificar rápidamente las medidas más apropiadas para proteger a los menores no acompañados. También se han emprendido acciones dirigidas a garantizar la infraestructura administrativa y los recursos humanos necesarios para proporcionar a las niñas y los niños refugiados de Ucrania la debida protección en una situación tan delicada.
La FSLE —a través de las organizaciones afiliadas de las ciudades de Maramures, Suceava, Botosani, Cluj y Bucarest— ha ayudado a las autoridades fronterizas por medio de donaciones de ropa, camas, alimentos y medicamentos, así como juguetes y suministros para la población infantil.
El personal educativo se presenta voluntario en la frontera entre Rumanía y Ucrania
Miles de docentes y personal educativo se presentan cada día en los pasos fronterizos voluntariamente para ayudar a guiar al flujo de personas refugiadas y facilitar información oficial y precisa sobre el tránsito a través de Rumanía, así como acerca de los derechos de los que disfrutan en el país.
Por otro lado, las donaciones en efectivo de las afiliadas a la FSLE se destinaron a la Cruz Roja de Rumanía y a UNICEF Rumanía, porque esas organizaciones cuentan con procedimientos y canales de apoyo para personas en zonas de guerra, algo que el sindicato no posee.
Además, se pusieron a disposición de las autoridades hoteles y otros alojamientos en las zonas fronterizas para recibir a las personas refugiadas, mientras que personal docente y educativo de Rumanía alojaba a familias refugiadas en sus hogares.
La FSLE puso de relieve que el principal problema en Bucarest y otras grandes ciudades es que las escuelas ya están repletas de estudiantes de Rumanía. La Federación se reunió con el Secretario de Estado Szekely, que accedió a empezar a identificar espacios en los centros escolares de Bucarest porque, si el conflicto continúa, la cifra de niños y niñas aumentará aún más. Aunque algunos centros educativos pueden aceptar la matriculación de dos o tres estudiantes, este problema se intensificará en otoño, cuando comience el nuevo año escolar, ya que Rumanía no está preparada para recibir un flujo de personas refugiadas de tal magnitud en un sistema educativo que ya debe abordar numerosos retos.
Entre otros aspectos fundamentales que destaca el sindicato de la educación rumano figuran:
- La falta de personal docente que sepa ucraniano.
- Evaluaciones del nivel educativo de las niñas y los niños refugiados.
- La carencia de libros de texto en ucraniano.
Las autoridades locales de Rumanía buscan personal docente refugiado de Ucrania, y el Ministerio de Educación está planteándose su contratación. Sin embargo, la FSLE insistió en que no existe actualmente ninguna norma o reglamento para una contratación de ese tipo.
Otra cuestión es la de identificar a la totalidad de las niñas y los niños refugiados, ya que la mayoría no se encuentra en centros de refugiados: una parte tiene familiares o amistades en Rumanía o ha accedido a permanecer en los hogares del voluntariado rumano.
La misión del CSEE
La FSLE participó en la organización de la misión solidaria en Rumanía de la oficina regional europea de la Internacional de la Educación, el Comité Sindical Europeo de la Educación (CSEE), y ofreció soporte técnico a la misión del CSEE en la República de Moldavia.
Los resultados de estas visitas fueron especialmente importantes para definir el contenido de la Resolución para la paz en Ucrania, adoptada en la Conferencia Especial del CSEE que se celebró en Lieja (Bélgica), y para decidir los modos de proceder futuros.
La delegación del CSEE se reunió con las personas responsables de la formulación de políticas, sindicatos de la educación y confederaciones sindicales, así como representantes de la Comisión Europea. También visitó varios centros de refugiados, escuelas y universidades que están integrando a estudiantes procedentes de Ucrania.
La delegación pidió más diálogo social entre el Gobierno y los sindicatos de la educación de Polonia, Rumanía y Moldavia, y un apoyo mejor orientado, incluida la sostenibilidad financiera, a los sistemas educativos y al personal educativo, que están haciendo todo lo posible para garantizar que toda la población infantil de Ucrania pueda sentirse segura y proseguir su educación.
Durante estas misiones, quedó patente la financiación insuficiente de la educación, así como la falta de herramientas de TIC y equipos didácticos disponibles, dado que la mayoría de las niñas y los niños ucranianos que llegan a Polonia, Rumanía y Moldavia aún siguen las clases en línea impartidas en Ucrania, que exigen equipos informáticos adecuados y una buena conexión a Internet.
Otra dificultad persistente en los tres países guarda relación con los sistemas de registro y seguimiento de personas refugiadas: un gran número de familias ucranianas considera estos países como países de tránsito o tiene previsto volver a Ucrania en cuanto le sea posible, por lo que no matricula a sus niños y niñas en el sistema educativo local. De hecho, la FSLE señaló que un número cada vez mayor de población refugiada ucraniana ya está regresando a su país.