¿Son las nuevas tecnologías feministas?
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Es asombroso constatar que la mayoría del profesorado (el 70% de mujeres en Francia) está a favor de la igualdad entre niñas y niños. Sin embargo, en cuanto se pronuncian las palabras “pedagogías feministas” se observan la inquietud e incluso el rechazo. Es como si pudiera pretenderse estar a favor de la igualdad sin promover las condiciones para que esta se produzca. Las pedagogías feministas no son dictados educativos, son el cuestionamiento reiterado de lo que, en el aula, produce desigualdades. Son las estrategias minuciosas y contextuales desarrolladas para deconstruir las desigualdades con el fin de construir una emancipación real para todos y todas. ¿Qué ocurre con estas pedagogías en el mundo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación?
Dirijo el curso de formación sobre pedagogías feministas de la Fédération de l’Education, de la Recherche et de la Culture de la CGT, en Francia. El tema del 67º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las ONU, “Innovación y cambio tecnológico, y educación en la era digital para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas”, nos insta a abordar esta cuestión concreta.
En el contexto sindical son necesarios dos elementos previos: las nuevas tecnologías no son un fin en sí y no son necesariamente sinónimo de progreso educativo. Siempre tienen que cuestionarse en relación con los objetivos didácticos, los que a su vez han de ser cuestionados por nuestros valores. Además, las pedagogías feministas no deben ser un pretexto para descargar sobre las generaciones futuras nuestras responsabilidades políticas en materia de igualdad de género. Educar a la juventud para la igualdad no resuelve los actuales problemas sociales en el ámbito de la desigualdad.
Sin embargo, si podemos educar a la juventud sobre valores distintos a los del patriarcado, ¡es una misión apasionante!
Concienciar
Fuertemente influidas por la Pedagogía del oprimido [de la oprimida] de Paulo Freire, las pedagogías feministas dedican tiempo a la fase de concienciación. En el sur de Francia, donde vivo, la región de Occitania proporciona a cada estudiante un ordenador portátil al iniciar la segunda enseñanza. El intercambio de experiencias (con referencia a los grupos de discusión de mujeres de la década de los años 1970) entre el alumnado sobre el uso que hacen de esta herramienta y sus finalidades contribuye a crear conciencia. Una forma de deconstruir las desigualdades de género consiste en proponer a tres grupos (dos de un solo sexo y uno mixto) que se reúnan para hablar sobre el uso que hacen de la herramienta digital y luego comparen los resultados en el aula. El alumnado relata experiencias muy concretas, a veces incluso formas de adicción o modelos que producen una mala imagen de uno mismo o de una misma, y luego, juntos, toman conciencia de las representaciones estereotipadas de género y se reflexiona sobre ellas para deconstruirlas. Los turnos de palabra pueden ser compartidos, rotando la concesión y regulación de la palabra, de acuerdo con una alternancia de género en las intervenciones... En definitiva, un debate regulado por marcos no sexistas.
Construir habilidades de pensamiento crítico
El soporte digital también es interesante para trabajar la posición geográfica del alumnado en función de su género. Los estudios de microgeografía muestran que los lugares estratégicos de la comunicación o de la evitación son ocupados en el aula por los alumnos varones. Un medio eficaz para que el alumnado reflexione sobre estas cuestiones y adopte una geografía de ocupación del espacio que haga posible que todos y todas se expresen es proponer un mapa evolutivo del aula en formato digital. El alumnado rellena este mapa de acuerdo con el orden inicial para luego reflexionar juntos con el fin de encontrar una organización (modificable) en el aula que refuerce la expresión y la implicación de todas y todos.
Sin embargo, es sobre todo al analizar los recursos y los espacios donde la toma de conciencia resulta productiva. ¿De qué manera se estereotipan las representaciones de género? ¿Qué mandatos implícitos se deslizan en los soportes? Al igual que los soportes en papel, los digitales deben leerse con gafas de género. El corrector ortográfico en francés exige el uso de una ortografía no inclusiva. ¿Cómo transmite el lenguaje estos estereotipos de género? La autora bell hooks, aunque muy influida por Freire, ya cuestionó la forma en que éste transmitía ciertos prejuicios patriarcales. Ella nos anima a desconfiar de nosotros mismos y de nuestros prejuicios interiorizados: el entorno digital no está libre de ellos. ¿A quién llamamos para solucionar un problema técnico en el aula? ¿Por qué se recurre inconscientemente a los varones como si tuvieran un gen informático suplementario o una habilidad innata?
Cooperación
Es una falacia creer que el intercambio entre el alumnado está libre de prejuicios sexistas. Al contrario, durante el periodo de la infancia y la adolescencia, que son donde se buscan referentes, las posiciones pueden incluso caricaturizarse. Se trata de construir entre el alumnado relaciones basadas en la reflexividad del análisis: la forma en que se apropian y comparten los conocimientos es tan importante como aquello que se elabora. Por ejemplo, el padlet en línea, un muro utilizado por el alumnado para subir imágenes de un museo imaginario no es el objetivo en sí mismo, lo que importa es el análisis con perspectiva de género de lo que se sube en línea. En efecto, cuando el alumnado comenta los objetos que elige, podemos fijarnos en los criterios que motivan su elección y medir juntos lo que entra dentro de las representaciones sociales de género. También sabemos que el fenómeno de la identificación con la obra nos obliga, desde una perspectiva pedagógica feminista, a dar prioridad a las aportaciones culturales o científicas producidas por mujeres artistas, por mujeres expertas, teniendo en cuenta el carácter androcéntrico de nuestras sociedades. Permitir que los alumnos varones se proyecten en las reflexiones elaboradas por mujeres significa también conseguir que las respeten y, por lo tanto, que deconstruyan y luchen contra el continuum de violencias sexistas y sexuales.
Emancipación y creatividad
La experiencia individual compartida enriquece la experiencia colectiva y viceversa. Encontrar estrategias entre todos y todas, desarrollar producciones colectivas de las que cada persona se sienta orgullosa, elegir conjuntamente y discutir sus propias interpretaciones, tomarse en serio a si mismo/a... son situaciones didácticas que permiten progresar. Para ello, compartir el documento digital resulta muy eficaz. El alumnado investiga individualmente un problema del curso y reúne sus resultados en línea en un documento común que constituye el curso. Es lo que se conoce como aula invertida, ya que es el alumnado quien “elabora” el curso (con la salvedad de que la investigación se hace en clase para minimizar las desigualdades sociales). Sin embargo, ¿quién detenta el poder? ¿Quién se expresa? ¿Quién le da forma? ¿Quiénes son los expertos/as de referencia? Éstas son las preguntas que el análisis reflexivo debe permitir plantearse antes, durante la realización del trabajo y después, para regular las relaciones en el aula.
¿Qué se valora? La cuestión de la gestión de las emociones suele ser ignorada o denigrada en el aula. Ahora bien, esta carga mental y emocional no está reconocida en las profesiones en las que predominan las mujeres en Francia. La CGT lucha por el reconocimiento y la revalorización salarial de las competencias en las profesiones del cuidado y relacionales. En el aula, debemos valorar estas competencias: la calidad de escucha, el análisis, la interpretación y la aceptación del discurso de los demás. El alumnado capta y se apropia mejor estas competencias en actividades creativas. El soporte digital permite crear fácilmente vídeos cortos que captan diversas visiones del mundo y fomentan la autoexpresión de cada persona.
Las pedagogías feministas tienen gran interés en emplear las herramientas de las nuevas tecnologías, con la necesidad, como siempre, de replantearse y cuestionar constantemente la visión que nos ofrecen.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.