Día mundial de las personas refugiadas: El imperativo de salvar vidas y dar esperanza
El reciente naufragio en el Mediterráneo que se ha cobrado cientos de vidas pone de relieve una vez más la difícil situación de quienes huyen de los conflictos, la pobreza y la persecución. La Internacional de la Educación y los sindicatos de la educación de todo el mundo hacen un llamamiento a todos los gobiernos para que respeten los derechos de todas las personas refugiadas sin discriminación de ningún tipo. Hay que proteger las vidas y restablecer la esperanza.
El 14 de junio, un barco abarrotado que transportaba hasta 750 refugiados y navegaba de Libia a Italia naufragó a unos 80 km de la ciudad griega de Pylos. Sólo sobrevivieron 104 personas. Se cree que hay más de 500 desaparecidos, entre ellos muchos niños y niñas. Familiares de Pakistán, Siria, Palestina y Egipto buscan desesperadamente a sus seres queridos.
Este es el segundo naufragio más mortífero de personas refugiadas y migrantes, después de que un vuelco similar matara hasta a 1.100 personas en 2015, en la misma ruta de Libia a Italia.
Las peligrosas travesías por el Mediterráneo se han convertido en algo trágicamente habitual, poniendo en peligro la vida de miles de personas vulnerables desesperadas por ponerse a salvo. Las redes de contrabando se aprovechan de la desesperación de la gente y de la falta de oportunidades para solicitar asilo en la Unión Europea.
La Internacional de la Educación hace un llamamiento a la Unión Europea y a sus Estados miembros, así como a todos los gobiernos del mundo, para que respeten los derechos de todas las personas que huyen de la violencia, la persecución y las penurias y ofrezcan vías seguras y accesibles para obtener el estatuto de persona refugiada.
La Internacional de la Educación denuncia cualquier tipo de discriminación contra las personas refugiadas. Todas las personas que huyen de su patria deben ser tratadas con dignidad, independientemente de su nacionalidad, raza, etnia, religión o cualquier otro origen.
Además, la Internacional de la Educación pide a los gobiernos que garanticen la integración de personas refugiadas en las comunidades de acogida, prestando especial atención al acceso de niños, niñas y jóvenes refugiados a una educación de calidad.
Apoyar a las personas docentes que llevan esperanza a través de la educación
El Foro Mundial sobre Personas Refugiadas, que tendrá lugar en Ginebra en diciembre de 2023, es una oportunidad para acelerar el progreso en el avance de los objetivos del Pacto Mundial sobre Personas Refugiadas y cumplir la promesa de inclusión para millones de personas refugiadas en todo el mundo. Las personas en situación de desplazamiento forzoso no pueden permitirse más excusas.
La Internacional de la Educación está trabajando con socios de todo el mundo para defender los derechos de las personas refugiadas. La IE se ha comprometido a movilizar el apoyo a las personas docentes que enseñan al alumnado refugiado, así como a docentes desplazados, que construyen la inclusión a través de la educación y llevan esperanza a sus comunidades.
La falta de reconocimiento y la inadecuación de los sistemas de apoyo a docentes en situaciones de desplazamiento forzoso tienen consecuencias negativas para la satisfacción laboral, el compromiso y el bienestar docente, lo que repercute negativamente en la escolarización, el rendimiento, el bienestar y las perspectivas de futuro del alumnado refugiado.
Por lo tanto, es fundamental abordar los retos a los que se enfrentan las personas docentes refugiadas en las zonas de acogida de las personas refugiadas y permitirles ofrecer una educación de calidad a sus estudiantes.
La Internacional de la Educación aboga por:
- El reconocimiento justo de las cualificaciones de las personas docentes refugiadas en los países de exilio, para que puedan ser incluidos en los sistemas educativos nacionales y acceder a un estatus profesional pleno, incluido el acceso a iniciativas de desarrollo profesional continuo. Deben eliminarse las barreras legales y políticas que restringen el derecho al trabajo y al empleo de las personas docentes refugiadas.
- La mejora del estatus profesional de cada docente, garantizando una remuneración adecuada, condiciones de trabajo, términos de empleo y acceso a un desarrollo profesional continuo y de calidad. A través del diálogo social con los sindicatos nacionales de educación, deben diseñarse estrategias nacionales encaminadas a este objetivo, que incluyan a personas docentes en entornos de refugiados.
- La provisión de financiación pública predecible, fiable y sostenible. Esta financiación debe incluir los salarios de personas docentes refugiadas y los incentivos asociados para mejorar la contratación, la integración en los sistemas educativos nacionales y la retención de personas docentes refugiadas. Una financiación adecuada debe garantizar que las personas docentes refugiadas disfruten de unas condiciones laborales justas y decentes.