¡Feliz 30º aniversario, Internacional de la Educación!
Susan Hopgood, Presidenta de la Internacional de la Educación (IE), Fred van Leeuwen, Secretario General emérito de la IE, y Robert Harris, cofundador de la IE participaron en una mesa redonda celebrada el 14 de julio para reflexionar sobre la creación de la IE y hacer balance de los progresos alcanzados por la federación mundial que representa al personal docente y de apoyo educativo, así como para examinar el camino a seguir para lograr la educación de calidad para todos y todas.
Fred van Leeuwen, antiguo Secretario General de la IE y Secretario del Secretariado Profesional Internacional de la Enseñanza (SPIE), y Robert Harris, antiguo Director Ejecutivo (Relaciones Intergubernamentales) de la IE y Secretario General de la Confederación Mundial de Organizaciones de Profesionales de la Enseñanza (CMOPE), hablaron sobre los esfuerzos que condujeron a la fusión de la CMOPE y el SPIE en una convención celebrada en Estocolmo para formar la IE en 1993.
Según Hopgood, “el éxito de la IE nunca fue inevitable”.
Según destacó van Leeuwen, existían razones prácticas y políticas para crear la IE. Explicó que la IE se creó con el objetivo de ser la voz de la profesión docente en la comunidad internacional.
“Hace 30 años, la globalización y las políticas neoliberales empezaron a incidir en los presupuestos nacionales para la educación. Pensamos que era importante ayudar a nuestras organizaciones miembros a lidiar con estos acontecimientos internacionales. Además, el Banco Mundial impuso políticas de desarrollo estructural a países de ingresos bajos, las cuales devastaron por completo los sistemas educativos de dichos países. De ahí surgió la idea de fusionar nuestras dos organizaciones”.
Recordó también la alarmante tasa de analfabetismo. “Millones de niños y niñas no podían asistir a la escuela y, en nuestra opinión, los Gobiernos y la comunidad internacional no estaban haciendo realmente su trabajo. Por tanto, consideramos que necesitábamos un instrumento sólido y poderoso para tratar todas estas cuestiones y pensamos que nos encontrábamos en una buena situación porque nuestras organizaciones ya tenían presencia en los organismos intergubernamentales que se supone que abordan estas cuestiones”.
Otra de las razones era de carácter financiero: “Vimos que el trabajo crecía y también nos dimos cuenta de que sería muy difícil para cada federación internacional obtener los recursos necesarios”.
“Antes de esa época, durante aproximadamente 100 años, diferentes grupos de docentes trataban de ver cómo desarrollar la unidad, y a menudo fracasaban. Había cuatro organizaciones internacionales en la década de los ochenta. Solíamos reunirnos para preparar una declaración conjunta para la reunión internacional de ministros y ministras de Educación en Ginebra cada dos años. No era suficiente. Quedaba mucho más por hacer. Teníamos que desarrollar nuestros recursos y concentrarlos, y superar la competencia, la cual consumía recursos que serían más eficaces si se destinaran a la labor de promoción en nombre del personal docente y los sindicatos en general. A finales de la década de los ochenta, vimos esta oportunidad y todos pensamos que era el momento de aprovecharla. Y eso es lo que hicimos”, señaló Harris.
Llegar a un acuerdo respecto de las estructuras de la nueva organización
“Tomamos elementos de nuestras dos organizaciones internacionales”, añadió van Leeuwen. “No fue fácil llegar a un acuerdo relativo al proyecto final de la constitución porque cada participante en la reunión pensaba que la estructura de su sindicato o asociación nacional era la mejor. Por ejemplo, los cargos de Presidente o Presidenta y Secretario o Secretaria: ¿serían cargos electos o designados? Otro obstáculo era si era conveniente tener estructuras regionales y si estas debían ser independientes. También se planteaba la cuestión de los límites de mandato”.
Necesidad de criterios claros de membresía
Otra cuestión muy importante era establecer los criterios y condiciones de membresía de la nueva federación sindical mundial.
“No había diferencia de opinión sobre el hecho de que la organización debía ser democrática e independiente de los Gobiernos, partidos políticos, la Iglesia, etc. Sin embargo, la pregunta era cómo determinar si una organización cumple esas normas”.
“El Presidente fundador de la IE, Al Shanker, tuvo la idea de que no era algo que realmente pudiéramos determinar nosotros mismos y que debíamos dejarlo en manos de un grupo de personas expertas: el Comité de Expertos”, dijo van Leeuwen.
Harris añadió que, a continuación, se estableció el Comité de Expertos, presidido por el antiguo Primer Ministro australiano, Bob Hawke. El Comité asesoró a la dirección de la organización, formuló recomendaciones claras y estableció un conjunto claramente definido de criterios que permitieron que la nueva organización creciera. Finalmente, la Confederación Sindical Mundial de la Enseñanza (CSME) acabó por sumarse a la IE en 2006.
Según van Leeuwen, “todos los integrantes del Consejo Ejecutivo provisional, cuyo mandato duró desde 1993 hasta el Primer Congreso Mundial en Harare (Zimbabue) en 1995, eran muy conscientes de que el éxito no estaba garantizado y que teníamos que operar con mucho cuidado. Teníamos que aprender a trabajar con la diversidad ideológica que representaba esta nueva organización, y al principio era bastante frágil y no había seguridad de que fuera a funcionar. Además, fue particularmente difícil establecer estructuras regionales”.
“Tuvimos que desarrollar nuestra labor de promoción con organismos internacionales – como las Naciones Unidas, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la UNESCO y la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otros – y es fantástico estar hoy aquí y hablar del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre la Profesión Docente. Es la culminación del trabajo realizado y debe proseguir en el futuro”, destacó también Harris.
Señaló que, “al mismo tiempo, la nueva organización tenía que desarrollar sus servicios para los miembros, a fin de abordar cuestiones actuales e importantes, y que poder proporcionar la solidaridad necesaria para ello, por lo que trabajaba en ambos ámbitos”.
Harris indicó que la sociedad civil estaba muy activa en la época en que se creó la IE.
Recordó que, a finales de siglo, la Cumbre Social de Copenhague de 1995 desarrolló el concepto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que fueron adoptados en el año 2000 “en la reunión más importante de líderes mundiales jamás celebrada bajo la dirección de Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, y en ese momento había una especie de optimismo en cuanto a las posibilidades de avanzar respecto de algunos de los problemas importantes de pobreza y justicia y el futuro del planeta”.
Sin embargo, advirtió: “Entonces ocurrieron los hechos del 11 de septiembre, la guerra de Irak y muchas otras cosas, por lo que la historia no va en línea recta. Por desgracia, tiene altos y bajos y creo que, 30 años después, en realidad es mucho más complicada que en la época en la que se creó la IE”.
Un factor de democracia
“Creo que es muy importante que hayamos logrado cambiar el discurso sobre la educación y el personal docente en la comunidad internacional”, puso de relieve van Leeuwen.
“Hemos logrado situar la educación en un lugar prominente de la agenda internacional. Ha sido fundamental, ya que finalmente llevó a las Naciones Unidas a adoptar la educación con un Objetivo de Desarrollo del Milenio y, 15 años más tarde, como un Objetivo de Desarrollo Sostenible”.
“Y no olvidemos el hito del desarrollo de democracias que suscitó la Primavera Árabe”, continuó. “Las organizaciones de docentes desempeñaron un papel muy importante en la Primavera Árabe y hubo un influjo de sindicatos de docentes del mundo árabe en la IE”.
Para él, uno de los retos más importantes de cara al futuro es proteger la democracia. “Creo que proteger la democracia y ayudar a nuestros niños y niñas a comprender su importancia es posiblemente una de nuestras tareas más importantes actualmente”.
“Mary Futrell dijo al principio: ‘La lucha nunca acaba’, y esto es más cierto que nunca. Treinta años después, tenemos que seguir luchando. Y más allá”, dijo Harris.
Una defensora de la equidad de género
Cuando la Presidenta de la IE, Susan Hopgood, le preguntó si, para las mujeres, la IE es ahora una organización diferente, mejor en materia de participación de las mujeres que hace 30 años, van Leeuwen observó que, en términos de cifras, la participación de las mujeres en los órganos rectores de la IE es mucho más elevada que en 1995.
“Se han alcanzado muchos progresos, pero lo importante es que deben sumarse mujeres jóvenes a las mujeres que actualmente dirigen órganos responsables de la toma de decisiones en los sindicatos”.
También dijo que, además de apoyar a las mujeres y la igualdad de género, la IE ha sido una de las primeras organizaciones internacionales en respaldar también a los grupos minoritarios, como los pueblos indígenas y la comunidad LGBTI.
Harris también dijo que para la CMOPE y algunas de sus afiliadas principales era esencial contar con puestos reservados para mujeres en aras del equilibrio de género en el ejecutivo mundial.
“Es una de esas verdades evidentes y creo que ahora forma parte del ADN de la IE. Se trata de uno de los puntos principales de nuestro programa: en el Consejo Ejecutivo, el Congreso Mundial y a nivel nacional. Y es como debería ser”.
Añadió: “Poco después de la creación de la IE, un informe del Banco Mundial, basado en investigaciones sólidas, indicó que si ha de elegirse una inversión para un país, lo mejor es invertir en la educación de las mujeres y las niñas”.
Lea las reflexiones de Fred van Leeuwen sobre el 30o de la IE aquí.
La Presidenta de la IE, Susan Hopgood, también compartió sus pensamientos sobre la función de las mujeres en sus sindicatos y en la Internacional de la Educación durante las tres últimas décadas. Lea su artículo aquí.