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Mundos de la Educación

Subvenciones a los combustibles fósiles y desempeño educativo

publicado 8 diciembre 2023 actualizado 22 diciembre 2023
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Cada vez son más las empresas, ONG, responsables políticos, personas académicas y ciudadanas de todo el mundo que exigen a los gobiernos la eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles fósiles (SCF) —una serie de medidas de apoyo al consumo y la producción de gas natural, carbón y petróleo— como paso fundamental para luchar contra el cambio climático y construir un mundo más justo y sostenible.

En vísperas de la Conferencia sobre el Clima de Dubái o COP28, como se la conoce en la jerga internacional, 48 países se han sumado a la Iniciativa de Reforma de las Subvenciones a los Combustibles Fósiles de la Organización Mundial del Comercio para eliminar las subvenciones ineficientes [1]. En el marco de su empeño por convertirse en el líder mundial de la acción climática, el Consejo Europeo ha destacado la necesidad de eliminar progresivamente a escala mundial los combustibles fósiles sin medidas de mitigación como parte de su posición de negociación para la COP28, anunciada en octubre de 2023. Hasta la fecha, más de 131 empresas, que representan casi un billón de dólares en ingresos mundiales, han firmado una carta abierta en la que instan a los gobiernos a eliminar progresivamente los combustibles fósiles e impulsar las energías limpias.

Los países que asignan una mayor proporción de su renta nacional a las SCF tienden a obtener resultados pobres en múltiples indicadores de desempeño educativo, como la inversión en educación y el nivel educativo.

Sin embargo, a pesar del compromiso nominal con la reforma de las subvenciones, la proporción de ingresos mundiales asignada a las SCF sigue aumentando. Según un informe de 2021 elaborado por el Fondo Monetario Internacional, las SCF ascendieron en 2020 al 6,8 % del PIB mundial (o 5 900 millones de dólares) y se espera que sigan aumentando hasta el 7,4 % del PIB para 2025. El creciente desajuste entre el compromiso nominal de eliminar las SCF y su financiación real ha incrementado el deseo de comprender las implicaciones de estas subvenciones en las dimensiones económica, social y medioambiental del desarrollo sostenible que sustentan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

En un informe reciente para la Internacional de la Educación, analicé la relación entre las SCF y la educación, y descubrí que los países que asignan una mayor proporción de su renta nacional a las SCF tienden a obtener resultados pobres en múltiples indicadores de desempeño educativo, como la inversión en educación y el nivel educativo. A nivel mundial, las SCF tienden a asociarse con resultados educativos bajos. Sin embargo, al parecer, son los países con ingresos bajos los más afectados, ya que incluso pequeños aumentos en el gasto en SCF (en relación con el PIB) en estos países se asocian a claros descensos en los índices de finalización de los estudios de primaria y secundaria. En cambio, en los países de ingresos altos el gasto en subvenciones a los combustibles fósiles no suele asociarse a malos resultados educativos. Las consecuencias de las SCF en la educación dependen en última instancia de las condiciones predominantes, como el nivel de dotación de recursos fósiles de un país, su dependencia de los rendimientos de los combustibles fósiles y su desarrollo económico, lo cual demuestra la necesidad de basarse en un enfoque caso por caso para entender los obstáculos (únicos) y las oportunidades de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en cada país.

Recomendaciones para el movimiento mundial de la educación

Gracias a sus vínculos con agentes locales que podrían permitir el desarrollo de nuevas competencias y la transferencia de conocimientos en todo el mundo, los sindicatos de la educación están bien posicionados para apoyar la reforma de las SCF en cinco ámbitos claves:

1. Educación y desarrollo de competencias ecológicas

El éxito de las reformas suele estar respaldado por amplias campañas educativas que enseñan a las partes interesadas los costes y beneficios potenciales de las SCF y su reforma. Sin embargo, más allá de esto, múltiples actores, incluida la juventud, los sectores de ingeniería, ciencias naturales, proveedores de energía, las personas responsables de la política y, en cierto modo, el público en general, tendrán que desarrollar una serie de "competencias ecológicas" claves para hacer frente y regular los cambios socioeconómicos más amplios que acompañarían a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

2. Fomentar la confianza

Al ayudar a las partes interesadas a entender las concesiones asociadas a la reforma, los sindicatos de la educación podrían ayudarles también a formular opiniones bien fundamentadas sobre las SCF, lo cual aumentaría el compromiso y contribuiría a garantizar que la reforma se aplique a través de un proceso inclusivo deliberativo. El personal educativo podría incrementar todavía más la transparencia mediante la difusión de información accesible sobre el desempeño de los países en relación con la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

3. Organizar a los beneficiarios de la reforma

Los sectores beneficiarios de las SCF suelen ser grupos bien organizados, como los grupos de presión de los combustibles fósiles y los grupos beneficiarios de las subvenciones al consumidor, mientras que los sectores defensores de la reforma, como las empresas de energías renovables, sectores ecologistas, los servicios educativos y sanitarios y las personas pobres, suelen presentar mayor dispersión. Los sindicatos de la educación podrían utilizar sus conexiones con el personal educativo para unir a los posibles grupos beneficiarios de la eliminación de los combustibles fósiles y fomentar sinergias entre ellos.

4. Recoger el fruto de la rama caída

Los defensores de la reforma deben tomar decisiones críticas sobre: a qué sector o sectores dirigirse en primer lugar, el nivel de ambición (es decir, ¿el objetivo es eliminar las SCF por completo o reducirlas a un determinado nivel?), la elección de medidas compensatorias y quienes se benefician de forma prioritaria por la reforma. Los sindicatos de la educación podrían utilizar sus conexiones locales para acceder a conocimientos prácticos fundamentales y ayudar a las personas responsables políticas a diseñar estrategias a medida que aborden los retos específicos (a corto y largo plazo) de la reforma en su país.

5. Aprovechar los foros internacionales

La búsqueda de la descarbonización global y la neutralidad en carbono ha hecho aumentar el empeño de varias organizaciones internacionales por promover la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. En noviembre de 2022, el PNUMA, la OCDE y el IISD desarrollaron una metodología para ayudar a los gobiernos a recopilar y compartir estadísticas sobre las subvenciones a los combustibles fósiles (aunque pocos han presentado datos). Otros avances adicionales incluyen la creación del Fossil Fuel Subsidy Tracker de la OMC-FSRI, la OCDE y el IISD, así como la inclusión de datos relacionados con las SCF en la base de datos anual World Energy Outlook de la AIE desde 2016. Sin embargo, algunos acontecimientos recientes, como la pandemia de COVID-19 y la guerra de Ucrania, han llevado a muchos gobiernos a aprobar subvenciones nuevas para proteger sus economías de la subida de los precios de la energía y la escasez de suministro. En este momento crítico de mayor ímpetu reformista, por un lado, e impedimentos contradictorios contra la eliminación progresiva, por otro, los sindicatos de la educación pueden ayudar a inclinar la balanza a favor de la reforma colaborando con las organizaciones internacionales para sensibilizar sobre los costes, los beneficios y los requisitos de rendición de cuentas de la eliminación progresiva. Gracias a sus vínculos con las ONG locales y el personal docente, los sindicatos de la educación están bien posicionados para actuar como interlocutores en la difusión de las normas internacionales que se están formulando en torno a la eliminación de los combustibles fósiles y las necesidades globales de datos. Además, pueden servir de canal para que las partes interesadas locales transmitan a las organizaciones internacionales conocimientos sobre el terreno valiosos acerca de los costes y beneficios específicos de la reforma y los retos que plantea la rendición de cuentas en su propio país, lo cual podría ayudar a encauzar la financiación (internacional) y los conocimientos especializados necesarios para respaldar las vías de reforma nacionales.

1. ^

A saber: Albania; Alemania; Austria; Bélgica; Bulgaria; Chile; Chipre; Colombia; Costa Rica; Croacia; Dinamarca; Eslovaquia; Eslovenia; España; Estonia; Fiji; Finlandia; Francia; Grecia; Hungría; Irlanda; Islandia; Italia; Letonia; Liechtenstein; Lituania; Luxemburgo; Macedonia del Norte; Mali; Moldavia; Montenegro; Nueva Zelanda; Noruega; Países Bajos; Panamá; Paraguay; Polonia; Portugal; Reino Unido; República Checa; Rumanía; Samoa; Suecia; Suiza; Tonga; Unión Europea; Uruguay; Vanuatu.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.