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Mundos de la Educación

GPE/Roun Ry
GPE/Roun Ry

Nuestra lucha por la educación es una lucha por los derechos de las mujeres

publicado 7 marzo 2024 actualizado 29 mayo 2024
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El derecho a la educación implica que cada niño y niña tenga acceso a una enseñanza gratuita y de calidad, impartida por personal docente cualificado y debidamente respaldado, en un entorno de aprendizaje de calidad, sin importar dónde resida, su origen, género, etnia o el nivel económico de su familia. Esta es la misión que guía nuestra labor como sindicatos de la educación y el principio fundamental de nuestra campaña ¡Por la Pública! Creamos Escuela.

Nuestra campaña es una iniciativa mundial que busca garantizar el derecho universal a la educación, especialmente de los grupos más vulnerables, la mayor parte de cuyos integrantes son niñas. Además, procura que nuestra profesión, ejercida predominantemente por mujeres en muchas partes del mundo, reciba el reconocimiento y el respeto que merece.

El reto que enfrentamos requiere de nuestra máxima atención y de una urgente movilización.

El derecho a la educación, en peligro

Los últimos años han estado marcados por una escalada de crisis de grandes magnitudes, desde la pandemia del COVID-19 y el incremento del coste de la vida, hasta el aumento de violentos conflictos, guerras y el agravamiento de la emergencia climática. Las personas más perjudicadas por esta situación son las mujeres, las niñas y los grupos marginados, lo que ha llevado a las Naciones Unidas a dedicar el Día Internacional de la Mujer de este año a la imperiosa necesidad invertir en las mujeres.

Las Naciones Unidas advierte de la urgencia de pasar a la acción para evitar que más de 342 millones de mujeres y niñas acaben viviendo en situación de pobreza para el año 2030. Paralelamente, los conflictos y la escalada de precios podrían forzar al 75% de los países a recortar el gasto público de aquí al 2025, lo cual repercutirá negativamente en mujeres y niñas, al restringir el acceso a servicios esenciales, incluida la educación.

Desde el comienzo de la pandemia, los presupuestos educativos han disminuido en un 65% en los países con ingresos bajos y medios, y en un 33% en aquellos países de ingresos medios-altos y altos. Tantos años de insuficiencia crónica de inversión han alimentado una alarmante escasez mundial de 44 millones de docentes. Dadas las circunstancias actuales, su contratación se ha vuelto una tarea inviable.

En muchos países, el personal docente enfrenta sobrecarga laboral, falta de valoración y remuneración insuficiente, lo que ocasiona escasez de aspirantes a esta noble profesión. Un creciente número de docentes está abandonando la profesión que tanto aman y que el mundo tanto necesita. Quienes aún se quedan en la profesión, frecuentemente tienen bajos salarios y cargas laborales abrumadoras, y experimentan una burocracia paralizante, precariedad laboral, ratios profesor-estudiante en aumento y muy poco respeto por su labor. Resulta revelador que, en muchos contextos, son principalmente las mujeres quienes mantienen a flote nuestros sistemas educativos, enfrentando estos terribles desafíos.

El personal docente refugiado y quienes trabajan en campos de refugiados soportan una responsabilidad aún más abrumadora. La voz de Stella Oryang Aloyo resonó con contundencia durante su intervención en el Foro de Alto Nivel "La educación no puede esperar": "Desearía que pudieran ponerse en mi lugar durante una hora. Así entenderían la realidad en la que vivimos. Ser una docente refugiada implica trabajar con 200 estudiantes en un aula, ayudar a los niños y niñas a desenvolverse en un lugar desconocido, con escaso material didáctico o apoyo, todo por un salario de 120 USD al mes, que no es suficiente para alimentar a nuestra familia y que ni siquiera se nos paga a tiempo”. Stella concluyó su intervención en el Foro con un llamado a la acción: "Yo estoy haciendo mi parte, hagan ustedes la suya".

Su llamado y el llamado de nuestra profesión no quedaron sin respuesta.

Transformar la educación empieza por invertir en el profesorado

La creciente escasez de docentes motivó al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, a convocar a un Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Profesión Docente, con el objetivo de abordar el logro de nuestras metas educativas comunes. Me enorgullece haber sido la voz de nuestra profesión en este panel, asegurándome que la realidad de docentes como Stella queden reflejadas en las recomendaciones del Grupo.

Hemos alcanzado un avance significativo. Las 59 recomendaciones del Grupo son progresistas y ambiciosas, y reconocen que invertir en personal docente bien cualificado y respaldado es una inversión en la calidad y sostenibilidad de nuestros sistemas educativos.

Las recomendaciones hacen eco de muchas de nuestras reivindicaciones sindicales, y hacen especial hincapié en la igualdad de género y la inclusión.

En resumen, el Grupo concluyó que al personal docente y al personal de apoyo educativo se les debe brindar apoyo, reconocimiento y una compensación que refleje su valor. El volumen de trabajo y las condiciones laborales deben favorecer el bienestar mental y físico de los y las educadoras. Los salarios deben ser competitivos con los de profesiones similares, y se deben de determinar en la mesa de negociación colectiva, junto con el personal docente y sus sindicatos. Es crucial garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres, así como promover el liderazgo femenino.

Las recomendaciones también abogan por entornos laborales educativos inclusivos, seguros y libres de discriminación para los y las docentes en toda su diversidad, incluidos aquellos que tienen discapacidades. El personal docente debe estar protegido de toda forma de violencia y acoso, incluida la violencia de género.

El profesorado que trabaja en contextos de emergencia también necesita apoyo. El Grupo hace un llamado a la comunidad internacional a que establezca un Fondo Mundial para los Salarios del Personal Docente que garantice a quienes imparten la docencia en situaciones de crisis, salarios suficientes que se reciban puntual y regularmente. Su labor docente y de apoyo a los niños y niñas más vulnerables es esencial.

Como dijo el secretario general Guterres en la presentación de la labor del Grupo: "Así como el personal docente nos apoya a todos y todas, es hora de apoyar al personal docente. Asegurémonos de que tengan el apoyo, el reconocimiento y los recursos que necesitan para brindar una educación de calidad y habilidades esenciales para todos y todas."

Indudablemente, estas 59 recomendaciones marcan un punto de inflexión en la formulación de políticas educativas a nivel mundial. Nuestra defensa colectiva y nuestra movilización en torno a la campaña ¡Por la pública! Creamos escuela nos han traído hasta este punto. Debemos seguir movilizándonos y organizándonos para que las recomendaciones se conviertan en una realidad para todos los y las docentes y estudiantes del mundo.

El próximo hito de nuestra campaña está a la vuelta de la esquina. Desde el 11 de marzo se celebrará en Nueva York la 68ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas. Gobiernos y activistas por los derechos de las mujeres discutirán la amenaza que representa el creciente índice de pobreza que afecta de manera desproporcionada a mujeres y niñas, y colaborarán para proponer soluciones. Nuestra delegación de mujeres sindicalistas de la educación estará presente para instar a los gobiernos a invertir en una educación pública gratuita y de calidad, asegurando que ninguna niña sea privada de su derecho a la educación, y que las mujeres que hacen posible la educación a diario sean remuneradas, respetadas y valoradas por la labor esencial que realizan.

Este Día Internacional de la Mujer, y todos los días, reafirmamos nuestro inquebrantable compromiso con los derechos de las mujeres y las niñas. Debemos seguir impulsando nuestra campaña ¡Por la pública! y exigiendo a nuestros gobiernos que financien una educación gratuita y de calidad para todos y todas. Juntos lograremos un cambio real para las mujeres y las niñas en toda su diversidad.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.