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El Índice Global de los Derechos pone de relieve la relación crítica que existe entre la democracia y los derechos de los trabajadores y trabajadoras

publicado 25 junio 2024 actualizado 8 julio 2024

“El informe de este año es de difícil lectura, una clara y urgente advertencia de que el futuro de la democracia y los derechos fundamentales suscritos por la mayoría de los países a escala internacional están en peligro”, manifiesta Luc Triangle, secretario general de la CSI, en la introducción del Índice Global de los Derechos 2024 de la CSI.

Las cifras presentadas en la última edición del informe de la Confederación Sindical Internacional (CSI) hablan por sí mismas. Casi 9 de cada 10 países del mundo han vulnerado el derecho de huelga en 2024, mientras que aproximadamente 8 de cada 10 países han denegado a los trabajadores el derecho a negociar colectivamente mejores condiciones laborales. En el 49 % de los países se ha detenido o encarcelado arbitrariamente a miembros de sindicatos. Pese a algunos signos de mejora, la imagen general que muestra el informe de la CSI es un “ataque implacable a las libertades civiles y los intereses delos trabajadores y las trabajadoras”.

El Índice Global de los Derechos de la CSI es un informe anual que evalúa la situación de los derechos de los trabajadores en todo el mundo. El Índice documenta las violaciones de derechos internacionalmente reconocidos por Gobiernos y empleadores y califica a los países en una escala del 1 al 5+, en función de su cumplimiento de las normas internacionales del trabajo que se derivan de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde 5+ indica el máximo nivel de violación de los derechos.

Los peores países del mundo para los derechos de los trabajadores

En el informe de este año, los diez peores países para los derechos de los trabajadores y trabajadoras identificados son Bangladesh, Belarús, Ecuador, Egipto, Eswatini, Filipinas, Guatemala, Myanmar, Túnez y Türkiye. Esta lista se hace eco de la labor realizada por la Internacional de la Educación en apoyo a sus afiliadas.

Dirigentes sindicales y activistas de los derechos humanos de Eswatini siguen siendo objeto de persecuciones implacables en el país, y los asesinatos y secuestros son ahora prácticas habituales. El 29 de agosto de 2023, Mbongwa Ernest Dlamini, presidente de la Swaziland National Association of Teachers (SNAT), organización afiliada a la IE, fue despedido de su función docente por presunto absentismo debido al desempeño de actividades sindicales. Desde 2020, Dlamini ha sido objeto de un acoso cada vez mayor y ha sido víctima de amenazas de muerte que culminaron con un ataque con arma de fuego.

En Guatemala existe desde hace mucho tiempo una violencia endémica generalizada contra los trabajadores. Participar en las actividades sindicales más básicas sigue siendo una cuestión de vida o muerte, y el Gobierno no brinda protección a los sindicalistas ni investiga y procesa los delitos que se cometen contra los sindicatos. En mayo de 2024, la Internacional de la Educación denunció la persecución que sufre la dirección del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), su organización miembro en el país.

Los trabajadores y los sindicatos de Filipinas siguen estando a merced de la famosa táctica de inclusión en la “lista roja” (lo que equivale a ser incluido por el Gobierno en una lista negra de supuestos comunistas o terroristas), y a merced también de la violencia, secuestros y detenciones arbitrarias. El Gobierno ha promovido un clima de miedo y persecución, silenciando la voz colectiva de los trabajadores. En la Conferencia Internacional del Trabajo celebrada este mes, la Internacional de la Educación documentó casos de acoso y rapto que han sufrido dirigentes de sindicatos de docentes de la Alliance of Concerned Teachers, incluido el miembro del Consejo Ejecutivo de la IE, Raymond Basilio, que escapó de un secuestro en una reunión sindical en la que intervenía en septiembre del año pasado.

En Myanmar, tras el golpe de Estado militar de 2021, la situación de los sindicatos y los trabajadores sigue siendo nefasta. El colectivo sindicalista, el personal del sector público y el profesorado continúan resistiendo activamente el régimen militar y trabajando por la democracia, pese a afrontar unas penurias y represión increíbles por parte de la junta militar. La Myanmar Teachers’ Federation (MTF) se esfuerza por mejorar las condiciones de trabajo y defender reformas educativas, y su presidente también actúa como viceministro de Educación del Gobierno de Unidad Nacional (NUG).

Ataques a los sindicatos de la educación

El informe también pone de relieve casos específicos de violaciones de los derechos que han sufrido diversas organizaciones miembros de la IE.

Los docentes iraníes han reivindicado legítimamente durante años unas condiciones de trabajo dignas y el reconocimiento de sus derechos y libertades fundamentales. En septiembre de 2023, las autoridades adoptaron medidas enérgicas contra los docentes y sus representantes sindicales con objeto de reprimir un resurgimiento de las concentraciones del Primero de Mayo de 2022, las primeras en desencadenarse tras la ejecución extrajudicial de Jina Mahsa Amini en septiembre de 2022. En la actualidad, 44 dirigentes y miembros del Coordinating Council of Iranian Teachers’ Trade Associations (CCITTA) permanecen detenidos de forma arbitraria por el desempeño de sus actividades sindicales. Se han enfrentado a graves violaciones de sus derechos más fundamentales.

El Índice señala que, en un número récord de países, las oficinas y las reuniones de los sindicatos fueron objeto de redadas organizadas por la policía y las fuerzas del Estado, que mermaron gravemente la capacidad de los sindicatos para operar con libertad y desempeñar su actividad. En Tanzania, la policía efectuó una redada en una reunión del Tanzania Teachers Union (TTU), y detuvo a su secretario general, Japhet Maganga, y nueve dirigentes más del sindicato. El Gobierno también bloqueó la solicitud de Maganga para desempeñar sus funciones en su calidad de delegado sindical. Finalmente, los dirigentes sindicales fueron puestos en libertad después de que la Internacional de la Educación y sus organizaciones miembros de África se movilizaran en su defensa.

El derecho de huelga es una herramienta vital para que trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones puedan proteger y defender sus intereses. Sin embargo, en muchos países tratan de socavar este derecho reconocido internacionalmente mediante la aprobación de leyes regresivas o extralimitadas. En Nepal, más de 50 000 docentes y miembros de organizaciones de docentes —entre ellas los sindicatos Nepal Teachers’ Association (NTA), Nepal National Teachers’ Association (NNTA) e Institutional Schools’ Teachers’ Union (ISTU), afiliados a la IE—, participaron en una protesta masiva en Katmandú para denunciar la Ley de Educación, en virtud de la cual se prohíbe a los docentes organizarse, protestar y manifestarse. Tras la manifestación, numerosos diputados exigieron que se modificara el proyecto de ley, de acuerdo con la Constitución nacional y teniendo en cuenta las reivindicaciones del personal docente.

La democracia y los derechos de los trabajadores y trabajadoras

El Índice Global de los Derechos destaca la gravedad de la situación actual de los derechos de la fuerza laboral en todo el mundo. “[E]xisten claros indicios de que gobiernos y empresas están acelerando sus esfuerzos para atropellar estos derechos básicos que sustentan la propia naturaleza de la democracia y el Estado de derecho”, señala Triangle. “Los trabajadores son el corazón latente de la democracia, y su opinión es crucial a la hora de garantizar la vitalidad y la sostenibilidad de los sistemas democráticos. Por el contrario, cuando sus derechos se ven vulnerados, restringidos y socavados, la propia democracia peligra”, añade.

La IE comparte la opinión de la CSI de que la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras es crítica para mantener la salud de los sistemas democráticos. Esta perspectiva pone énfasis en la importancia de la solidaridad internacional y la necesidad de una promoción y un respaldo continuos de los sindicatos en todo el mundo.