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El 10º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación pide con contundencia la paz

publicado 12 agosto 2024 actualizado 14 agosto 2024

Los y las lideres de los sindicatos de la educación que se reunieron en Buenos Aires con motivo del 10º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación adoptaron varias resoluciones en solidaridad con las y los educadores y estudiantes afectados/as por la guerra y los conflictos armados, y piden que se protejan las escuelas como santuarios seguros. Los y las sindicalistas también pusieron de relieve el papel que desempeña la educación en la construcción de la paz y la justicia en el mundo y pidieron a los gobiernos que den prioridad a la educación por encima del gasto militar.

Las consecuencias de la guerra en la educación y la infancia

En el 10º Congreso Mundial, los sindicatos de la educación advirtieron del aumento de los conflictos armados en el mundo y señalaron que algunos estados optan por ignorar las leyes internacionales que protegen las escuelas, la educación y a la población civil, especialmente a la infancia. La destrucción de infraestructuras escolares socava la prestación de la educación y tiene consecuencias negativas a largo plazo para naciones enteras, ya que fomenta el ciclo de la pobreza y la desigualdad durante generaciones.

Tras señalar que «la educación es esencial para promover una paz duradera y la democracia», las organizaciones miembro de la Internacional de la Educación (IE) se comprometieron a buscar la manera de utilizar la educación como estrategia de mitigación del impacto psicosocial que provocan las guerras y a fomentar el pensamiento crítico de las y los estudiantes para que las personas y las sociedades puedan hacer frente a la opresión, la tiranía y la desigualdad. Los sindicatos de la educación también se comprometieron a condenar la guerra y a los países cómplices de los conflictos bélicos.

Educación para la paz

En otra resolución, las organizaciones miembro de la Internacional de la Educación reafirmaron su compromiso con la educación para la paz y denunciaron el hecho de que, mientras el gasto militar mundial ha alcanzado un nivel sin precedentes, 400 millones de niños y niñas viven en zonas de conflicto o están huyendo de ellas.

Los sindicatos de la educación declararon que «las guerras y los conflictos son las mayores violaciones de los derechos humanos» y destacaron el papel que desempeña la educación a la hora de construir unas sociedades pacíficas, justas y sostenibles.

Las organizaciones miembro de la IE hicieron un llamamiento a todos los gobiernos para que adopten y apliquen la Declaración sobre escuelas seguras de la IE, comprometiéndose de este modo a proteger los centros educativos y el derecho a la educación en situaciones de conflicto. Los sindicatos también manifestaron su oposición al gasto militar desenfrenado e instaron a los gobiernos a centrar sus esfuerzos en utilizar todos los medios a su alcance para promover la paz mundial, entre ellos, la educación.

La educación y el bienestar de la infancia en periodos de conflicto

En total, 222 millones de menores en edad escolar se ven afectados/as por situaciones de crisis y emergencias, desde niños y niñas de Palestina que no tiene acceso a la educación más básica hasta niñas y niños de Ucrania que se ven obligados/as a estudiar en línea o en estaciones de metro, niñas de Afganistán a las que prohíben ir a la escuela o las y los menores que corren el riesgo de ser secuestrados/as por grupos armados que operan en Nigeria y la República Democrática del Congo. Un 35 % de esos niños y niñas (78,2 millones) no están escolarizados/as.

Las y los docentes que trabajan en situaciones de emergencia también se enfrentan a circunstancias terribles. Además de las amenazas a su seguridad personal, los y las docentes que trabajan en zonas de conflicto tienen por delante enormes desafíos a la hora de llevar a cabo su labor. La crisis mundial de contratación y retención de docentes es especialmente grave en estas zonas.

Conscientes de esta preocupante situación, los y las líderes de los sindicatos de la educación presentes en el 10º Congreso Mundial de la IE adoptaron una resolución para condenar los ataques contra estudiantes y docentes, así como para apoyar a sus compañeras y compañeros que trabajan en zonas de conflicto, pedir a los gobiernos del norte global que cumplan con sus responsabilidades con respecto al Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 relativo a la educación de calidad para todas y todos, y mejorar la cooperación con los sindicatos de la educación en contextos de emergencia.

Solidaridad con Ucrania

Las organizaciones miembro de la IE también rindieron tributo y reafirmaron su solidaridad con los y las estudiantes, educadores y el pueblo de Ucrania en plena guerra de agresión de Rusia.

Durante los últimos dos años, el impacto de la guerra en las comunidades educativas de Ucrania ha resultado devastador. En febrero de 2024, 3800 centros educativos habían sufrido daños por bombardeos y fuego de artillería, 387 de los cuales quedaron completamente destruidos. Al menos 535 menores han sido asesinados/as y más de 1255 han resultado heridos/as como consecuencia de la agresión rusa. Más de 19 500 niños y niñas fueron deportados/as a Rusia por la fuerza por parte de los invasores. Los y las menores bajo ocupación o deportados a Rusia deben someterse a una «reeducación rusa» forzosa.

Por otra parte, las y los docentes ucranianos bajo ocupación se ven obligados/as a impartir lecciones y llevar a cabo actividades educativas que justifican la invasión rusa y tergiversan y falsean la historia de Ucrania. La lengua y la literatura ucranianas, así como la historia del país, se excluyen de la lista de asignaturas escolares y los y las docentes tienen la obligación de enseñar en ruso.

En una resolución específica, el 10º Congreso Mundial de la IE rindió homenaje a la valentía y la dedicación de las y los docentes y educadores/as de Ucrania. En el Congreso también se condenó la invasión y se decidió mantener la presión internacional sobre la Federación Rusa para que ponga fin a la guerra y se retire del territorio de Ucrania reconocido internacionalmente. Los sindicatos de la educación se comprometieron a seguir apoyando al Trade Union of Education and Science Workers of Ukraine, el sindicato del personal educativo y científico de Ucrania, y a su membresía en su luchar por la libertad, la independencia, la paz, una educación de calidad segura y unas condiciones de trabajo decentes. Por otra parte, los sindicatos seguirán apoyando a los y las docentes y estudiantes refugiados/as de Ucrania en sus respectivos países.

Solidaridad con el profesorado y el estudiantado de Palestina

Desde octubre de 2023, la Internacional de la Educación ha pedido en repetidas ocasiones un alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de la totalidad de rehenes, el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria y el compromiso de alcanzar una paz duradera en la región.

En Buenos Aires, el 10º Congreso Mundial de la IE aprobó una resolución urgente que pedía que se tomaran medidas inmediatas para hacer frente a la creciente inanición en Gaza. La hambruna se está extendiendo por toda la Franja, donde más de 400 000 personas se encuentran en una situación de grave riesgo.

La resolución también hacía hincapié en el impacto que está teniendo la guerra sobre las y los docentes, el personal de apoyo a la educación y el estudiantado, así como en la destrucción de las infraestructuras educativas en Gaza. A fecha de 23 de julio de 2024, 8719 estudiantes y 397 docentes han perdido la vida, 497 de 563 escuelas han resultado dañadas o destruidas y 12 universidades han sido destruidas.

El Congreso Mundial de la IE reclamó la aplicación urgente de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un alto el fuego inmediato y duradero, junto con la entrada de ayuda en la Franja de Gaza, la liberación inmediata e incondicional de la totalidad de rehenes, la adopción de medidas para evitar los desplazamientos forzosos y el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino.

El Congreso también insistió en la imperiosa necesidad de que se reabriera el paso fronterizo de Rafah, única esperanza de vida para más de 1,5 millones de personas vulnerables, y de que se aumentara enormemente la ayuda humanitaria para evitar más sufrimiento.

A través de la resolución, los y las sindicalistas del sector de la educación también expresaron su apoyo a la solución de dos Estados como paso clave para la construcción de una paz duradera.