El 10º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación (IE), reunido en Buenos Aires, del 29 de julio al 2 de agosto de 2024, constata lo siguiente:
En la actualidad, 400 millones de niños y niñas de todo el mundo viven en zonas de conflicto o huyen de ellas, es decir, aproximadamente 1 de cada 5 niños y niñas del mundo, más de 315 000 violaciones graves de los derechos del niño en zonas de conflicto entre 2005 y 2022, y al menos 120 000 niños y niñas muertos/as o mutilados/as por las guerras en todo el mundo y en todos los continentes desde 2005, una media de casi 20 niños y niñas por día.
El gasto militar mundial aumentó por octavo año consecutivo en 2022 hasta alcanzar una cifra estimada en 2240 billones de USD, el nivel más alto nunca antes registrado por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz. Los Gobiernos de todo el mundo gastaron una media del 6,2% de sus presupuestos en el ejército, es decir, 282 USD por persona.
El artículo 38 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño estipula que “Los Estados Parte se comprometen a respetar y velar por que se respeten las normas del derecho internacional humanitario que les sean aplicables en los conflictos armados y que sean pertinentes para el niño”.
Las guerras y los conflictos son las mayores violaciones de los derechos humanos. La misión/objetivo fundamental de la educación debería ser estudiar el mundo a partir de la pregunta: ¿Cómo podemos vivir juntos en un mundo que nos es común? Todo plan de estudios debe tomar forma a partir de esta misión fundamental, a fin de poder contribuir a una sociedad pacífica.
Por ello, el 10º Congreso Mundial
recuerda la declaración de la IE de 2009 “Las escuelas deben ser santuarios seguros”, que condena los ataques violentos contra escuelas e instituciones educativas y exige la protección de docentes, el alumnado, científicos y científicas, estudiantes y de todos los trabajadores y las trabajadoras de la educación en general;
anima a todas las organizaciones afiliadas a apoyar la Declaración sobre Escuelas Seguras y a hacer campaña para que los Gobiernos firmen y apliquen plenamente las directrices para prevenir el uso militar de escuelas y universidades durante conflictos armados, trabajando en colaboración con otras organizaciones afiliadas y con la sociedad civil siempre que sea posible;
subraya las demandas de la resolución sobre "Educación, paz y justicia en zonas de conflicto" del Congreso Mundial de la IE celebrado en Ottawa en 2015 a fin de promover la resolución de conflictos y la educación para la paz y la justicia;
reafirma la resolución sobre “La promoción y la protección de estándares y valores en el mundo” del Congreso Mundial de la IE en Ottawa, 2015. Subraya que una educación de calidad basada en valores puede aportar contribuciones inestimables y que la mayor parte del trabajo para construir la tolerancia y la paz tendrá lugar en las aulas;
reafirma la resolución: “Educación para la paz - no invertir en armamento – libros en lugar de bombas” del Congreso Mundial de la IE en Bangkok, 2019 que se enlaza con la actual campaña ¡Por la Pública! Creamos escuela;
subraya la importancia del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 de las Naciones Unidas que promueve sociedades pacíficas e inclusivas para la consecución de un desarrollo sostenible;
acoge con satisfacción el Tratado de las Naciones Unidas de 2017 cuya finalidad es prohibir el desarrollo, la producción, los ensayos, la adquisición, el almacenamiento, el transporte, el emplazamiento y el uso de armas nucleares, y pide a todos los Estados que se adhieran al mismo;
se opone al reclutamiento de personas jóvenes para las fuerzas armadas por parte de personal de la Defensa Nacional o del ejército dentro de los recintos escolares. El profesorado y el personal de la educación en su conjunto deben tener autoridad formal para denegar a los reclutadores el acceso al recinto escolar. Deben poder negarse a aplicar el contenido y las disposiciones de los programas escolares que promueven el ejército y la resolución de conflictos mediante la guerra;
se opone a toda investigación con financiación pública destinada a seguir desarrollando armas de todo tipo y, en su lugar, pide que se amplíe la investigación sobre la paz y la resolución de conflictos y la enseñanza correspondiente;
se opone al gasto militar ilimitado y a la expansión del complejo militar industrial;
subraya que construir la tolerancia y la paz es una tarea que concierne a toda la sociedad. Los Gobiernos deben hacer todo lo que esté en su mano para apoyar a las escuelas en este sentido, de modo que puedan encontrarse formas de hacer realidad el importante papel que debe desempeñar la escuela.
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