El 10º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación (IE), reunido en Buenos Aires (Argentina) del 29 de julio al 2 de agosto de 2024, señala que:
El 24 de febrero de 2022, la Federación Rusa llevó a cabo una invasión de Ucrania a gran escala, continuación de la guerra de agresión que había iniciado previamente contra dicho país en 2014, cuando ocupó la República Autónoma de Crimea y zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk.
El liderazgo militar y político de la Federación Rusa niega abiertamente el derecho de los y las ucranianas/os de existir como estado independiente y soberano. La ideología rusa actual niega la existencia del pueblo ucraniano como nación independiente.
Debido a esta guerra, la de mayor envergadura en Europa desde la II Guerra Mundial, todas las esferas de la vida en Ucrania se han visto seriamente perjudicadas. El sector educativo se encuentra entre los más afectados. A fecha de febrero de 2024, 3800 instituciones educativas habían sufrido daños por bombardeos y fuego de artillería lanzados desde territorio ruso. En total, 387 de ellas han quedado completamente destruidas.
En estos dos años de guerra, al menos 535 niños y niñas han muerto y más de 1255 han sufrido heridas como resultado de la agresión rusa. Por otro lado, más de 19 500 niños y niñas han sido deportados/as a Rusia por parte de las fuerzas de ocupación. Tanto el alumnado que vive bajo ocupación como el deportado a Rusia está obligado a seguir una “reeducación rusa”.
El profesorado ucraniano bajo ocupación se ve forzado a impartir clases y a organizar actividades educativas que justifiquen la invasión rusa, a estudiar los símbolos y características del país agresor, a distorsionar y falsificar la historia de Ucrania, etc. El idioma y la literatura ucranianos y la historia nacional se han eliminado de la lista de asignaturas docentes, y el profesorado debe enseñar todas las asignaturas en ruso. Todos los actos criminales de las tropas rusas en territorios ocupados temporalmente demuestran que el objetivo de la invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa no se limita a ocupar territorios sino también a eliminar la identidad nacional de Ucrania y cometer actos atroces contra el pueblo ucraniano.
Un número significativo del alumnado estudia actualmente desde casa o con una modalidad híbrida porque sus centros educativos han sido destruidos, se encuentran cerca de una zona de guerra o carecen de protección adecuada en caso de ataque aéreo o fuego de artillería.
Gracias al Fondo de Solidaridad de la IE, el sindicato Trade Union of Education and Science Workers of Ukraine (TUESWU) proporciona asistencia a miembros sindicales afectados por la guerra. Además, dicho sindicato sigue protegiendo los derechos e intereses de sus miembros: lucha por conseguir mejores salarios y condiciones de trabajo y aprendizaje seguras, por evitar los recortes laborales y el cierre de instituciones educativas y por mantener a la juventud en Ucrania y motivarla para que vuelva, además de intentar que su postura se tenga en cuenta a la hora de desarrollar la política de recuperación ucraniana.
En 2023, tropas rusas destruyeron la central hidroeléctrica de Kajovka y, posteriormente, intentaron hacer lo mismo en varias ocasiones con la presa de la central hidroeléctrica de Dniéper, una acción que podría causar el ecocidio más importante de la historia de Europa. El desastre de la central hidroeléctrica de Kajovka ya ha contaminado a gran escala el mar Negro y amenaza con dejar sin acceso a agua potable a millones de personas en Ucrania, incluida la población de la región ocupada de Crimea. Estos crímenes demuestran la total indiferencia y el cinismo de Rusia con respecto al destino de los territorios ucranianos que ocupa y sus habitantes. A pesar de todos los desafíos climáticos mundiales, Rusia sigue atacando las infraestructuras energéticas de Ucrania, poniendo en peligro el sistema ecológico de la región e, incluso, el ecosistema global.
El acto de terrorismo nuclear de Rusia en la central nuclear de Zaporiyia no tiene precedentes; es la primera vez en la historia que un conflicto armado se desarrolla en un territorio que dispone de instalaciones nucleares importantes. Rusia se ha hecho con el control de la central nuclear más grande de Europa y está destruyendo su infraestructura.
Reconoce que:
Después de más de dos años de guerra entre Rusia y Ucrania a gran escala, el pueblo ucraniano representa un ejemplo impresionante de valentía, resiliencia, coraje y unidad para todo el mundo frente a un enemigo brutal que pretende exterminarlo.
La guerra agresiva de Rusia contra Ucrania supone un incumplimiento grave de la legislación internacional; además, está provocando que un alto número de civiles mueran o resulten heridos.
Los actos de Rusia suponen una amenaza sistémica y a largo plazo, no solo para Ucrania sino para todos los países democráticos.
Conseguir que Ucrania siga siendo un estado integral e independiente, cuyas fronteras sean reconocidas internacionalmente por todos los países del mundo, es una garantía de estabilidad global. La toma y ocupación del territorio de un país independiente por medios militares y terroristas, un acto de evidente incumplimiento de la legislación internacional destruirá el orden mundial y la unidad de los países democráticos. Además, demuestra que, en el siglo XXI, se pueden ignorar todas las leyes y normas con impunidad para lograr los objetivos propios por la vía armada.
Dado que:
Han transcurrido más de 2 años desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de la Federación Rusa y, a pesar de la defensa de los valores democráticos en todo el mundo, Ucrania es consciente de que apoyarla ha supuesto una carga económica para las sociedades de numerosos países durante este periodo.
Los constantes ataques con misiles a Ucrania provocan muertes y heridos, la destrucción generalizada de instituciones educativas, una reducción en el alumnado de los centros educativos y escasez de profesorado, un descenso en la calidad de la educación debido a las interrupciones continuas en el proceso educativo y la evacuación forzada de niños y niñas a zonas más seguras.
Las hostilidades del país agresor están provocando que la juventud ucraniana abandone el país en busca de un lugar seguro donde vivir y un futuro más fiable y alentador. Esta situación podría provocar una crisis demográfica en Ucrania en el futuro.
El estrés constante que sufren niños, niñas y jóvenes por la falta de seguridad tendrá un impacto catastrófico en la salud mental de la próxima generación de Ucrania.
El 10º Congreso Mundial de la IE:
Reconoce que Ucrania está luchando no solo por su existencia como estado independiente y soberano sino también por la paz, la democracia y la justicia en Europa y en todo el mundo.
Reconoce la valentía y la entrega del profesorado y el personal educativo de Ucrania, así como las consecuencias de la invasión del agresor en este país, que ha afectado gravemente al sistema educativo ucraniano, a la profesión docente, al estudiantado y a sus familias.
Rinde homenaje, por su valentía y heroísmo, a las mujeres y hombres de Ucrania que están defendiendo el país.
Sigue participando en las acciones de presión internacional a la Federación Rusa para que declare un alto al fuego inmediato, deje de bombardear infraestructuras claves y civiles, incluidos los centros educativos, y para que retire sus fuerzas militares y equipamiento de todos los territorios de Ucrania reconocidos internacionalmente.
El 10º Congreso Mundial pide a las organizaciones miembros de todo el mundo que:
Condenen todos los actos de agresión militar al territorio ucraniano y reconozcan el impacto de la guerra en curso en la educación y la profesión docente en Ucrania.
Apoyen al Trade Union of Education and Science Workers of Ukraine y sus miembros en la lucha por la defensa de la libertad y la independencia con el fin de disfrutar de una vida en paz, una educación de calidad y condiciones laborales decentes; sigan respaldando al personal educativo ucraniano afectado por los ataques, herido o cuyos hogares han sido destruidos.
Sigan apoyando al personal educativo y al estudiantado ucraniano en sus países de origen.
Se opongan a la propaganda rusa en sus países.
Apoyar al personal docente, académico y todo el personal educativo que se manifieste a favor de la paz y en contra de la guerra contra Ucrania en sus países y que, por ello, sean objeto de represión y encarcelamiento.
Insten a sus gobiernos a seguir proporcionando y reforzando su apoyo integral y de vital necesidad para Ucrania y su población.
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