El profesorado se moviliza para desempeñar su papel en la eliminación de la violencia contra la niñez
La primera Conferencia Ministerial Mundial para poner fin a la violencia contra la niñez se celebra en Bogotá (Colombia) los días 7 y 8 de noviembre de 2024. La Internacional de la Educación es la voz del profesorado en esta importante reunión que congrega a gobiernos, niñez, juventud, supervivientes y alianzas de la sociedad civil para unirse en torno al objetivo común de erradicar todas las formas de violencia contra niños y niñas.
“La mitad de los niños y las niñas del mundo sufren violencia, y los esfuerzos mundiales para acabar con esta situación se están quedando cortos. Resulta imperativo actuar con urgencia y decisión. El profesorado de todo el mundo celebra esta nueva iniciativa para agilizar los progresos hacia un mundo sin violencia contra niños y niñas. Estamos decididas y decididos a proseguir con nuestro trabajo para poner fin a la violencia de género en el ámbito escolar, y solicitamos a todos los gobiernos que den prioridad a las medidas para prevenir y responder a la violencia contra la niñez en todo el mundo. El personal docente es nuestro aliado en esta misión vital”, recalcó Haldis Holst, secretaria general adjunta de la Internacional de la Educación.
La Conferencia Ministerial Mundial ha sido convocada por el Gobierno de Colombia, con el apoyo del Gobierno de Suecia, UNICEF, la Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños y las Niñas, y la Organización Mundial de la Salud. Esta Conferencia Ministerial promoverá cambios de políticas, movilizará recursos y demostrará que la prevención de la violencia es posible.
El profesorado es indispensable para fomentar unos entornos de aprendizaje seguros
El 6 de noviembre, en vísperas de la Conferencia Ministerial Mundial, la Internacional de la Educación participó en el evento satélite de la Safe to Learn Coalition titulado Ending violence is education's business too (Acabar con la violencia también concierne a la educación). Este acto, organizado conjuntamente por la UNESCO, UNICEF, la Coalition for Good Schools y la Secretaría de Safe to Learn, tiene por objetivo fomentar las asociaciones intersectoriales para poner fin a la violencia en la educación y a través de ella.
En su intervención en la mesa redonda sobre “Compartir soluciones: Estrategias escolares eficaces para eliminar la violencia contra niños y niñas en la educación y a través de ella”, Gina Pancorbo, coordinadora de Investigación, Política y Promoción de la Internacional de la Educación, destacó la labor realizada por el profesorado y sus sindicatos para hacer frente a la violencia en el ámbito escolar, así como su función en el fomento de unos entornos de aprendizaje seguros.
Pancorbo hizo hincapié en que es imposible “diseñar políticas o programas eficaces para luchar contra la violencia y la discriminación sin involucrar directamente al profesorado, al personal de apoyo a la educación y a sus sindicatos. Los y las docentes y sus sindicatos deben participar activamente en los procesos de toma de decisiones, sobre todo en los debates para abordar la violencia en la escuela y en su entorno. Constituyen alianzas indispensables en la formulación de políticas porque aportan información valiosa desde su experiencia de primera mano: están en contacto diario con el estudiantado y conocen a fondo la realidad de nuestras aulas, a menudo en contextos complicados. Sus conocimientos y experiencia son fundamentales para implementar cambios significativos. Las reformas educativas que no cuenten con el apoyo del profesorado tienen muchas probabilidades de verse abocadas al fracaso”.
El profesorado necesita apoyo para introducir cambios
Pancorbo advirtió que un estudio de la UNESCO revela que solo la mitad del profesorado incluido en la encuesta se siente preparado para intervenir cuando se producen actos de violencia en las escuelas, y que los y las docentes consideran que no disponen de apoyo suficiente para reaccionar ante estas situaciones. El mismo estudio muestra que solo una tercera parte de los y las docentes consideran haber recibido formación suficiente sobre cómo prevenir y abordar la violencia escolar. Los sindicatos desempeñan una función clave a la hora de facilitar actividades de formación entre sus miembros para que los y las docentes puedan discutir los retos que afrontan y cuenten con adecuada preparación para hacer frente a la violencia en las escuelas. Según una encuesta de la Internacional de la Educación, el 60% de los sindicatos ya están trabajando en diversas iniciativas para abordar la violencia de género, educando a sus miembros, concienciando y organizando campañas.
Asimismo, los sindicatos de la educación de África se han movilizado para poner fin a la violencia de género en el ámbito escolar en el marco de un ambicioso proyecto a gran escala con apoyo de la Internacional de la Educación, la Iniciativa de las Naciones Unidas para la educación de las niñas (UNGEI) y Gender at Work. El proyecto prosiguió durante la pandemia de covid-19 con reuniones presenciales y en línea. Reunido en círculos de aprendizaje, el profesorado debatió sobre cómo la violencia de género en el ámbito escolar estaba afectando a estudiantes y a miembros de sus sindicatos en el contexto del cierre y la reapertura de los centros escolares. Las reuniones ayudaron al liderazgo sindical a identificar nuevas estrategias para abordar estos retos. Mediante la adopción de principios feministas de escucha activa, respeto, apropiación y confianza mutua, los círculos de aprendizaje permitieron a los y las docentes debatir temas difíciles como la intimidación, el acoso, el castigo físico o las agresiones sexuales en el ámbito escolar, y hallar soluciones de manera colectiva.
En 2024, la Oficina Regional para África de la Internacional de la Educación relanzó su campaña para erradicar la violencia de género en el ámbito escolar y garantizar unos entornos de aprendizaje seguros e inclusivos para todo el profesorado y el alumnado.
Sin embargo, a pesar de su compromiso, el potencial de los y las docentes para implantar cambios en sus escuelas se ve a menudo limitado por obstáculos como, por ejemplo, regímenes antidemocráticos, guerras y conflictos, presiones por parte de movimientos de extrema derecha, falta de apoyo por parte de la dirección de las escuelas, presiones para impartir los planes de estudios y llevar a cabo otras tareas administrativas, las limitadas posibilidades de desarrollo y crecimiento profesional, unas condiciones de trabajo pésimas, y la separación de la familia y amigos en la asignación de puestos rurales.
Debido a la grave escasez de docentes, el profesorado también tiene dificultades para desempeñar su papel como agentes de cambio social. En África, más del 90% de las escuelas se enfrentan a una grave escasez de docentes, a raíz de lo cual se ven en la obligación de asumir una carga de trabajo excesiva y a gestionar aulas con un número de estudiantes excesivo.
Para favorecer el bienestar y el aprendizaje socioemocional del alumnado, el propio profesorado debe disponer de recursos suficientes. Los gobiernos deben dar prioridad al bienestar integral de los y las docentes, abordando cuestiones como la falta de financiación de la educación, la escasez de docentes, la sobrecarga de trabajo, la discriminación, la violencia en el lugar de trabajo y las condiciones inseguras.
Garantizar un entorno laboral seguro para las mujeres en la educación es esencial, e incluye ratificar e implementar íntegramente el Convenio 190 y la Recomendación 206 de la Organización Internacional del Trabajo, centrándose en el derecho a un lugar de trabajo exento de violencia y acoso, en particular de violencia de género.
En el marco de su cooperación con el Grupo de Trabajo Mundial para acabar con la violencia de género en el ámbito escolar, la Internacional de la Educación también firmó una carta abierta a la Conferencia Ministerial Mundial para poner fin a la violencia contra la niñez, en la que se solicita a ministros y ministras la adopción de medidas urgentes para prevenir y responder a la violencia sexual en centros educativos. Consulte aquí la carta abierta y agregue su nombre al llamamiento mundial.