La urgente necesidad de redoblar los esfuerzos en materia de trabajo infantil y la educación como respuesta a los reveses masivos derivados de determinadas decisiones políticas, la pandemia, los conflictos y el cambio climático
El 10º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación (IE), reunido en Buenos Aires (Argentina) del 29 de julio al 2 de agosto:
Recuerda
Las precedentes Resoluciones de la IE sobre el trabajo infantil adoptadas por el Congreso, la última de las cuales se adoptó en 2019;
Los derechos fundamentales de los niños y las niñas, en particular el derecho a la educación, así como los derechos fundamentales de los adultos y las adultas, entre ellos el derecho a un trabajo decente.
Acoge con satisfacción
El compromiso asumido por numerosos países de defender los derechos fundamentales de los niños y niñas mediante la ratificación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de 1989;
Los avances logrados en pos de una educación para todos y todas y de la erradicación del trabajo infantil, tal como se expone en los Informes de seguimiento de la educación en el mundo y en los informes Estimaciones mundiales sobre el trabajo infantil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT);
La adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por parte de 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas en septiembre de 2015, entre los que figuran importantes objetivos en materia de educación (ODS 4) y de trabajo infantil (ODS 8.7);
El hecho de que, desde 2016, las Estimaciones mundiales de la OIT aborden la relación que existe entre educación y trabajo infantil;
El Llamamiento a la Acción de Durban adoptado en mayo de 2022 por parte de más de 1000 representantes de Gobiernos, organizaciones de empleadores, organizaciones de trabajadores, organizaciones internacionales y regionales y organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo, instando a los Gobiernos a redoblar los esfuerzos en el marco de un plan de seis puntos, entre los que figuran hacer realidad el derecho de los niños y las niñas a la educación y garantizar el acceso universal a una educación y formación gratuitas, obligatorias, de calidad, equitativas e inclusivas. El plan de acción reconoce la necesidad de apoyar a los sindicatos de docentes como parte de las medidas efectivas para hacer realidad el derecho a la educación;
La persistente labor de los sindicatos de la educación en lo que respecta a una educación de calidad financiada con fondos públicos y a la inclusión de todos los niños y todas las niñas, así como el papel que desempeñan en nuevas iniciativas (a menudo en cooperación con otras organizaciones de la sociedad civil) que arrojan resultados positivos, en particular respecto a la educación de las niñas y a la disminución del número de matrimonios y embarazos precoces;
La reiterada confirmación de las repercusiones positivas para los sindicatos de la educación que participan en la lucha contra el abandono escolar y el trabajo infantil; el hecho de que su trabajo esté dando resultados claramente positivos y sostenibles, no sólo para los niños y las niñas y sus familias, sino también para el profesorado en el ámbito del desarrollo profesional y para los sindicatos de la educación, que están experimentando un aumento del número de miembros y una mejora de su estatus y visibilidad como resultado de su participación.
Observa sin embargo (con gran preocupación)
Que el progreso en la consecución del ODS 4 sobre una educación inclusiva de calidad para todos y todas, así como el progreso en pos del ODS 8.7 sobre la reducción de la esclavitud moderna y el trabajo infantil, se han ralentizado de manera alarmante en los últimos años; se ha demostrado que, incluso antes de la pandemia de coronavirus, el número de niños trabajadores y niñas trabajadoras había comenzado a aumentar de nuevo (Estimaciones mundiales de la OIT para 2021);
Que cabe esperar que la pandemia de la COVID, los confinamientos, las restricciones para viajar y el cierre de escuelas, con todas las consecuencias que ello conlleva para la salud, los medios de vida, la escolarización y el aprendizaje, mantengan a millones más de niños y niñas sin escolarizar en los próximos años y los/las aboquen al trabajo infantil (en particular a formas de esclavitud moderna), siendo las niñas en general, y los niños y las niñas vulnerables en particular, los más afectados/as;
Que la inversión nacional en educación en muchos países sigue siendo muy escasa, incluso en los países donde hay crecimiento económico, este crecimiento no se traduce en mayor presupuesto para el sector. La baja inversión en la educación pública afecta particularmente a las familias más pobres, excluyendo niñas y niños de la escuela y haciéndoles más vulnerables al trabajo infantil;
Que la mayoría de los Gobiernos donantes no están contribuyendo económicamente a la educación en el ámbito de la cooperación al desarrollo; y que los pocos que lo hacían hasta hace poco, están restringiendo sus contribuciones;
Que en una serie de países las restricciones del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional sobre el gasto público inhiben gravemente los intentos de invertir en educación;
Que muchos Gobiernos siguen sin velar por el cumplimiento de las leyes, convenios (internacionales) o normativas vigentes en materia de educación y trabajo infantil, y sin aplicar sanciones adecuadas a quienes los incumplen;
Que la migración (forzosa), los conflictos, los brotes de virus y las enfermedades contagiosas, así como las catástrofes naturales, siguen manteniendo a niños y niñas sin escolarizar y los/las abocan al trabajo infantil;
Que el cambio climático no solo aumenta la probabilidad y la magnitud de los problemas mencionados, sino que contribuye también a una mayor incidencia del propio trabajo infantil (OIT 2023)1;
Que la actual privatización y comercialización de la educación socavan el acceso a la educación y la calidad de la misma.
Condena también
Ciertas tendencias en varias regiones del mundo a defender, aceptar y/o legalizar el trabajo infantil, y a organizar a los niños y las niñas en sindicatos;
Ciertas tendencias en las respuestas al trabajo infantil a centrarse únicamente en la intervención en sectores específicos, como, por ejemplo, en las cadenas de producción, pasando por alto contextos más amplios;
Una falta de comprensión o claridad en cuanto a lo que constituye trabajo infantil (según la definición de la OIT), así como cierta confusión respecto a la terminología relacionada con el trabajo infantil (“trabajo infantil”; “peores formas de trabajo infantil”; “formas peligrosas de trabajo infantil”; “trabajo realizado por niños”; “trabajo ligero”; “trabajo adecuado a la edad”).
Reconoce
Que una educación inclusiva de calidad para todos y todas es clave para erradicar todas las formas de trabajo infantil, y que los sindicatos de la educación están en condiciones de desempeñar un papel crucial en la consecución de este objetivo.
El Congreso determina que la IE deberá
Continuar y, en la medida de lo posible, redoblar los esfuerzos para abordar el abandono escolar y el trabajo infantil desde la perspectiva de la educación para todos y todas;
Vincular, en la medida de lo posible, la labor de luchar contra el abandono escolar y el trabajo infantil a campañas de la IE de mayor envergadura sobre educación pública inclusiva, gratuita y de calidad;
Seguir cooperando con la OIT y participar en futuras Conferencias Mundiales sobre el Trabajo Infantil;
Seguir cooperando con las partes interesadas pertinentes y procurar establecer nuevas colaboraciones;
Seguir buscando financiación para apoyar a los sindicatos de la educación en su lucha por una educación inclusiva de calidad y contra el trabajo infantil;
Facilitar el intercambio de prácticas y logros relevantes entre sindicatos y sus socios;
Seguir promoviendo, e intensificando, en la medida de lo posible, los programas centrados en el enfoque por áreas / zonas libres de trabajo infantil;
Contribuir a una mejor comprensión de lo que constituye trabajo infantil y lo que no.
El Congreso solicita a las organizaciones miembros a
Seguir abogando por una educación pública e inclusiva de calidad como la mejor manera de erradicar todas las formas de trabajo infantil;
Contribuir a una mejor comprensión de lo que constituye trabajo infantil y lo que no;
Abogar por la ratificación, la aplicación y el cumplimiento real de los convenios internacionales sobre trabajo infantil, como, por ejemplo, los Convenios 182 y 138 de la OIT, para la adopción y el cumplimiento de la legislación nacional sobre trabajo infantil; apoyar proyectos o iniciativas contra el trabajo infantil y a favor de una educación pública inclusiva y de calidad para todos y todas;
Fomentar e implementar el intercambio Sur-Sur en el marco del cual los sindicatos de la educación proporcionan orientación, experiencia y tutoría a otros, y comparten prácticas relevantes desde el aula hasta el ámbito de las acciones sindicales;
Tratar de cooperar con otros sindicatos de la educación, con sindicatos de otros sectores y con organizaciones afines de la sociedad civil, a nivel nacional e internacional, para contar con una posición más sólida en las actividades de presión y defensa; y unirse a redes y grupos de presión para presionar a los empleadores y las empresas que siguen empleando a niños y niñas, privándoles de sus derechos fundamentales.