El 10º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación (IE), reunido en Buenos Aires, Argentina, del 29 de julio al 2 de agosto:
Considera que:
Alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 (ODS 5), que aspira a lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas, así como garantizar que las escuelas estén libres de violencia y de toda forma de discriminación resulta indispensable para edificar un mundo más justo y equitativo. La discriminación aumenta la vulnerabilidad de las estudiantes y mujeres adultas frente a la violencia de género y viola su derecho a recibir una educación libre de discriminación.
Cuando las niñas se sienten seguras y apoyadas en los entornos educativos, aumentan sus probabilidades de permanecer en la escuela, sobresalir académicamente y avanzar hacia la educación superior y oportunidades profesionales. Las heridas psicológicas que dejan la violencia de género y la violencia de género relacionada con la escuela (VGRE) suelen perseguir a las estudiantes durante toda su vida.
Las estructuras sociales y las situaciones adversas, como guerras y desastres naturales, intensifican la violencia de género. Los periodos de confinamiento generalizado durante la pandemia de COVID-19 registraron un aumento significativo en todo el mundo de este tipo de violencia, convirtiendo a la violencia de género y la VGRE en la “otra pandemia”.
Los educadores y las educadoras, como miembros de la sociedad global, se ven afectados por el azote de la violencia de género de diversas maneras, incluida en su esencial función docente.
El acoso físico o mental y la violencia ejercidos en el entorno virtual, en el propio lugar de trabajo o durante los desplazamientos hacia y desde el trabajo son preocupaciones fundamentales para las mujeres educadoras.
El Congreso reconoce que:
La VGRE es una realidad en numerosos países y comunidades, normalizada por las estructuras patriarcales. Esta violencia tiende a intensificarse en escuelas que cuentan con residencias estudiantiles y entre el alumnado con discapacidades físicas o cognitivas, que tienen dificultades para comunicarse cuando son víctimas de dicha violencia. Además, la impunidad de los agresores es frecuente debido a la escasez de pruebas.
Las estrategias para enfrentar y mitigar la violencia por razón de género difieren de un país a otro, y son pocos los que logran abordar completamente estos silenciosos abusos a puerta cerrada. Los enfoques colaborativos, que incluyen la participación comunitaria a través de diversos medios interactivos, han demostrado su potencial para cambiar las actitudes y percepciones sociales respecto a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Afirmando que la VGRE afecta cada año a millones de menores y personal educativo en todo el mundo, y se define como actos o amenazas de violencia sexual, física o psicológica que ocurren en o alrededor de las escuelas y entornos educativos, así como en los desplazamientos hacia y desde la escuela; y que la VGRE abarca actos de intimidación (incluido el ciberacoso), acoso sexual, verbal o físico, tocamientos no consentidos, violación y agresión.
Afirmando que la VGRE es diferente de los ataques violentos de índole político y militar contra las instalaciones educativas, el estudiantado, el personal docente y de apoyo educativo, pero a menudo se intensifica en los países afectados por conflictos y durante situaciones de emergencia.
El Congreso declara que:
No es posible ofrecer una educación de calidad sin abordar la cuestión de la protección infantil y la seguridad del personal en los centros educativos y en los desplazamientos hacia y desde ellos, dada la especial vulnerabilidad de los y las menores, las mujeres y las personas LGBTQIA+.
La violencia de género y la VGRE son perjudiciales y limitan severamente el desarrollo del estudiantado traumatizado por estos comportamientos aborrecibles.
Las escuelas y el personal docente tienen la función pedagógica y la responsabilidad de educar al estudiantado para que rechace y no perpetre este tipo de violencia.
Según el Convenio de Estambul, los hombres y los niños están obligados a contribuir activamente para prevenir y combatir la violencia de género contra las mujeres y las niñas.
Es responsabilidad de las autoridades educativas y de las escuelas promover un cambio de comportamiento en los hombres y los niños para que contribuyan a la solución, previniendo y combatiendo la violencia de género y la VGRE contra mujeres, niñas y grupos vulnerables.
La violencia doméstica, tal como se estipula en el Convenio sobre la violencia y el acoso de la OIT (núm. 190), puede afectar al empleo, la productividad, así como la seguridad y salud del personal, del alumnado y de los y las escolares.
La violencia de género y la VGRE deben ser universalmente proscritas tanto por ley como en la práctica.
Aspiramos a un ideal de escuela donde el estudiantado esté libre de miedo, trauma y entornos que cobijen y protejan a los agresores y las agresoras. (Combatir la violencia de género y la discriminación en las escuelas mejora el entorno educativo y genera un efecto dominó positivo que se propaga más allá de las aulas. Contribuye a romper el ciclo de violencia y a cultivar relaciones y actitudes más saludables hacia la igualdad de género en la sociedad en general).
Alcanzar el ODS 5, además de un imperativo moral es una inversión estratégica en un futuro más sostenible y próspero para toda la sociedad. Al priorizar los derechos y el bienestar de las mujeres y las niñas estamos propiciando sociedades más inclusivas y resilientes, donde cada persona tenga la posibilidad de prosperar.
El Congreso insta a la IE y a todas las organizaciones afiliadas a:
Promover e iniciar programas para abordar la VGRE en todas las escuelas y entornos educativos.
Presionar activamente a las autoridades educativas para que pongan en marcha programas de asesoramiento y asistencia a las víctimas de VGRE, así como a los perpetradores y las perpetradoras.
Iniciar programas para empoderar a las mujeres y las niñas en el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones para promover así su empoderamiento (ODS5, Meta #5b).
Presionar a los Gobiernos para que ratifiquen el Convenio 190 de la OIT con el fin de concienciar al personal docente sobre su derecho a alzarse contra el acoso y la violencia en el lugar de trabajo.
Persuadir y desafiar a los Gobiernos a desarrollar un Código de Buenas Prácticas que busque alinear las leyes nacionales vigentes con el Convenio 190 de la OIT y sus recomendaciones.
Trabajar para mitigar su impacto en las escuelas como lugares de trabajo, tal como dispone el Convenio 190.
Garantizar que las escuelas y los centros educativos dispongan de protocolos para abordar los casos de violencia y acoso sexual, así como de medidas de prevención alineadas con el Convenio C190 de la OIT.
Las estrategias para hacer frente a la violencia deberían ser interseccionales para garantizar la protección de todo el personal de la educación y estudiantes, incluidas aquellas que son LGBTQIA+. Las estrategias también deben involucrar positivamente a los hombres y a los niños para que formen parte de las soluciones
El Congreso encarga al Consejo Ejecutivo:
Reafirmar los llamamientos a los Gobiernos –en tanto que son los principales responsables de la seguridad en las instituciones educativas– para que proporcionen un marco jurídico y político bien definido que establezca las obligaciones del Estado en la prevención de la VGRE, y en la promoción de la protección de la infancia y del personal educativo en todos los ministerios gubernamentales pertinentes; y, además, para que impongan a los ministerios de educación e instituciones asociadas la obligación de incluir tanto a docentes como a sindicatos y organizaciones de educadores en el establecimiento de mecanismos sostenibles y holísticos para prevenir y responder a la VGRE en todos los entornos educativos.
Llevar a cabo o encargar estudios para comprender los desafíos y desarrollar estrategias para abordar la prevención de la VGRE en todo el mundo.
Establecer un programa para el desarrollo de capacidades intersindicales, enfocado en programas efectivos y prácticos tanto para las víctimas como para los perpetradores de la VGRE, que tenga un impacto positivo en su futuro y mejore sus oportunidades de tener una experiencia escolar positiva.
Reafirmar la colaboración con los organismos de las Naciones Unidas y otros socios estratégicos de la sociedad civil que se ocupan de cuestiones relacionadas con la VGRE en los ámbitos nacional, regional y mundial, con el fin de garantizar que los conocimientos, experiencias y perspectivas del personal docente, educadores y educadoras, y personal de apoyo educativo informen sistemáticamente, y se vean reflejados y reflejadas sistemáticamente en dicha labor.
Temas relacionados
Liderar la profesión
4 noviembre 2024
Informe de seguimiento de la educación en el mundo 2024: El liderazgo colaborativo en los centros educativos es crítico para conseguir una educación de calidad
Estándares y condiciones laborales
13 septiembre 2023
¡El contexto importa! Adaptación de la metodología de los Círculos de aprendizaje liderados por docentes para la evaluación formativa con objeto de obtener resultados satisfactorios en Malasia