Al reflexionar sobre el año, celebramos la dedicación y el arduo trabajo de nuestras organizaciones afiliadas. Han sido incansables en su compromiso de mejorar las condiciones de vida y trabajo del profesorado y el personal de apoyo educativo a nivel mundial.
No ha sido un año fácil. Hemos presenciado un aumento del autoritarismo, desastres climáticos y guerras devastadoras. Pero nuestra solidaridad nunca flaqueó, nos enfrentamos a los tiranos, persistimos a través de los desastres y continuamos haciendo de la educación un faro de esperanza frente a la guerra.
Somos una familia sindical, unida por la solidaridad.
Desde la Internacional de la Educación, queremos desearles una temporada festiva, y paz y esperanza para el nuevo año que se avecina.
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