Estados Unidos: Trump recorta la plantilla del Departamento de Educación como parte de los ataques continuos a la educación pública, el profesorado y el alumnado
Como parte de sus constantes ataques al derecho a la educación en los Estados Unidos, la administración de Trump ha ordenado una serie de recortes drásticos en el Departamento de Educación, incluido el despido de casi la mitad de la fuerza de trabajo del organismo. Los despidos forman parte de los planes de la administración de Trump de mermar y, en última instancia, desmantelar el organismo que, entre otras cosas, vela por el cumplimiento de las leyes contra la discriminación y distribuye fondos para apoyar a los estudiantes y las estudiantes desfavorecidos en todo el país.
“El despido (sin causa) de casi la mitad del personal del Departamento de Educación implica que la administración de Trump se está deshaciendo de los funcionarios y las funcionarias que ayudan a garantizar que el alumnado de nuestro país tenga acceso a programas y recursos que mantienen el tamaño reducido de las clases y aumentan las oportunidades de aprendizaje. No es posible que nadie crea que estás despidiendo a casi la mitad del personal y que, aun así, se va a responder a las necesidades del alumnado en todos los Estados Unidos”, declaró Becky Pringle, Presidenta de la National Education Association y Vicepresidenta de la Internacional de la Educación.
Randi Weingarten, Presidenta de la American Federation of Teachers, destacó que los despidos hacen “más difícil, si no imposible, proteger a nuestros niños y niñas y hacer llegar al alumnado los recursos que necesita para tener éxito”. En un artículo de opinión de MSNBC, Weingarten advirtió que “un departamento desmantelado implicaría menos docentes, clases con un mayor número de estudiantes y un aumento de los problemas de salud mental y de comportamiento para el alumnado. Probablemente se produciría un incremento del absentismo y una disminución de las tasas de graduación”. Una gran parte del presupuesto anual total del departamento se destina a facilitar préstamos estudiantiles a la población estadounidense que quiere obtener una educación universitaria, por lo que el desmantelamiento del organismo hará “todavía más difícil que las personas procedentes de familias de ingresos bajos y de clase media cubran los costes prohibitivos de las universidades y escuelas superiores”, añadió la dirigente sindical.
La Secretaria de Educación, Linda McMahon, declaró que los despidos son el primer paso para eliminar totalmente el organismo, como ordenó el presidente Trump.
El Departamento de Educación es uno de los departamentos federales más pequeños a nivel ministerial, ya que cuenta con unos 3.000 empleados en su sede de Washington y unos 1.000 trabajadores en sus 10 oficinas regionales. Su presupuesto solo representa el 4% del presupuesto federal.
Según los defensores y defensoras, el desmantelamiento del organismo privaría a 26 millones de estudiantes en situación de pobreza de servicios esenciales y a 7,5 millones de estudiantes con discapacidad de ayudas para la educación especial. Eliminaría la formación profesional y técnica de 12 millones de estudiantes, lo que pondría en peligro sus futuras oportunidades de trabajo. El recorte de los préstamos a estudiantes podría dar lugar a que 10 millones de familias de clase trabajadora no puedan permitirse sufragar los costes universitarios.
Además, la administración de Trump ha puesto fin a dos programas que proporcionaban a las escuelas públicas y los bancos de alimentos más de 1.000 millones de dólares estadounidenses para comprar alimentos a los agricultores locales. Con el aumento del precio de los alimentos, el fin de estos programas afectará a millones de estudiantes y familias en todo el país.
Los sindicalistas y las sindicalistas del sector de la educación de todo el país están aunando fuerzas con sus comunidades para organizar una marcha nacional a favor de las escuelas el 19 de marzo para exigir la protección de las escuelas públicas. Durante la marcha, los padres, educadores y estudiantes, junto con los vecinos y los líderes de la comunidad, se reunirán delante de su escuela 30-45 minutos antes de que empiece la jornada escolar. Las comunidades escolares se congregarán y escucharán los debates en los que los oradores explicarán lo que quieren para la escuela. A continuación, todos los participantes entrarán juntos en la escuela como muestra de unidad y apoyo a los programas esenciales que ayudan a las comunidades a prosperar.
Solidaridad internacional con el profesorado en los Estados Unidos
La National Education Association y la American Federation of Teachers, ambas afiliadas a la Internacional de la Educación, han aunado fuerzas para oponerse al plan de Trump de socavar la educación pública.
Los sindicatos han recibido numerosos gestos de solidaridad de colegas de todo el mundo.
“La administración de Trump y sus defensores multimillonarios tratan de eliminar el progreso, convirtiendo la educación en un privilegio y anteponiendo la propaganda a la verdad. Su visión consiste en subyugar a la mujer, negar los derechos LGBTI+, explotar a los trabajadores, perpetuar el racismo descontrolado y controlar las democracias mediante el poder financiero y militar”, declaró Mugwena Maluleke, Presidente de la Internacional de la Educación.
Maluleke hizo recalcó que “nuestros colegas en los Estados Unidos se oponen firmemente a estos ataques. No están solos. Educadores y educadoras de todo el mundo los apoyan. Como movimiento sindical mundial en el sector de la educación, nuestra fuerza radica en la solidaridad y la resistencia. Juntos, tenemos el poder de oponernos a la injusticia, luchar por los derechos de los educadores y estudiantes y reconstruir la educación pública como base para la paz, el progreso y la equidad”.
Los miembros del Comité Permanente sobre la Educación Superior y la Investigación del CSEE, la estructura regional para Europa de la Internacional de la Educación, también expresaron su solidaridad.
El Comité, que se reunió en Bruselas el 12 y 13 de marzo, adoptó una declaración en apoyo de los colegas y estudiantes estadounidenses, en la que destacaba que “este ataque inadmisible a la educación pública queda dramáticamente ilustrado por la intención declarada de eliminar el Departamento de Educación y por los recortes atroces y sin precedentes en la financiación de programas públicos de educación e investigación que son fundamentales, el ataque a la libertad académica y la imposición conexa de obediencia anticipada y autocensura en las instituciones educativas y de investigación.
Estas acciones ponen en peligro los cimientos de la sociedad democrática. Nos oponemos firmemente a cualquier intento de reprimir la libertad académica e instamos al Gobierno de los Estados Unidos a que defienda los principios que garantizan la integridad y la independencia de las instituciones educativas y de investigación”.