El futuro del trabajo en la educación
El futuro de la educación depende del fortalecimiento de la profesión docente, de la mejora de la condición docente y de la mejora de las condiciones para garantizar que todos los alumnos y alumnas tengan un docente cualificado. Es necesario que se reconozca la experiencia del profesorado. El personal docente debe ser quien lidere el desarrollo y el futuro de la educación.
La tecnología y la inteligencia artificial están cambiando la educación tal y como la conocemos. La COVID-19 ha acelerado el ritmo de los cambios y está obligando a impartir clase en línea durante largos periodos de tiempo. A pesar de que la tecnología tiene el potencial de apoyar la enseñanza y el aprendizaje, también plantea grandes retos, como la grave brecha digital y el aumento de la desigualdad, la comercialización de la educación, los problemas que plantea la privacidad de los datos y el ciberacoso, por nombrar solo algunos.
La simple introducción de la tecnología educativa no conduce a una mejora del aprendizaje. La profesión docente tiene un papel fundamental a la hora de evaluar y decidir la tecnología adecuada para la enseñanza y el aprendizaje.
La crisis de COVID-19 ha demostrado que las relaciones entre el profesorado y el alumnado y las comunidades escolares son fundamentales para el desarrollo de los estudiantes y las pantallas no pueden sustituir estas relaciones. Abogamos por un enfoque del uso de la tecnología y la inteligencia artificial en la educación centrado en el ser humano y en el estudiante.