Francia: ¿Está a punto de mejorar la tan deteriorada situación de los docentes?
La situación de los docentes se ha visto muy deteriorada en Francia en los últimos diez años. Este deterioro se ha acelerado notablemente durante la presidencia de Nicolas Sarkozy. En lugar de considerarse una inversión necesaria para la sociedad, el sistema educativo se ha presentado como una carga costosa.
Durante esta época, los puestos docentes se consideraron uno de los puntos clave para el ahorro presupuestario. Desde 2007 a 2012, se han suprimido unos 80.000 puestos docentes en Francia mientras que, al mismo tiempo, el número de alumnos se ha mantenido prácticamente estable.
El planteamiento liberal de la educación como negocio A esta amplia reducción del número de docentes hay que añadir los cambios en el concepto de qué debería ser la educación. Hasta entonces, independientemente de los cambios políticos de gobierno, la educación se había considerado un derecho universal. Como tal, debía ser accesible a todos los jóvenes, sin importar su origen.
Para conseguirlo, la educación tenía que ser un servicio público, es decir, responsabilidad del Estado. En 2007, surgió un nuevo concepto de educación, liberal y de gestión. Este nuevo enfoque pretendía modelar el funcionamiento del sistema educativo de acuerdo con las líneas del mundo empresarial: competencia, rentabilidad, evaluaciones..., olvidando que la educación no puede tratarse como un producto comerciable.
Este cambio de modelo vino acompañado, tanto por razones ideológicas como presupuestarias, de la destrucción de la formación inicial para docentes. Al mismo tiempo, las medidas para prestar ayuda especializada a los alumnos con dificultades de aprendizaje se eliminaron en gran parte de la escuela primaria.
Además, la relación entre los docentes y sus superiores se volvió tensa. Esta situación está vinculada al deterioro de las condiciones de la enseñanza y a un modelo muy normativo de la gestión de los recursos humanos.
Un cambio de actitud hacia los docentes No solo empeoraron mucho las condiciones laborales, sino que hubo una ausencia de respeto y consideración hacia los docentes en los discursos de la mayoría política. Se negó su profesionalidad y no se les consideraba como especialistas educativos sino como meros implantadores de una política educativa que era, como mínimo, cuestionable.
Según el SE-UNSA, el sindicato de docentes de la escuela primaria y secundaria, este fue un periodo en que se sucedieron múltiples luchas sindicales para intentar frenar una política que iba en contra de los intereses tanto de alumnos como de profesores.
Además del malestar profesional entre el personal docente, había una sensación justificada de pérdida de estatus social. En contra de lo anunciado durante la campaña presidencial de 2007, la reducción de puestos de trabajo no supuso una retribución más elevada para los docentes.
Al contrario, su poder adquisitivo disminuyó y el aumento salarial prometido no se cumplió, a pesar de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reconoció que los salarios de los docentes franceses estaban entre los más bajos de los países miembros.
La participación de los docentes en la reforma es fundamental Este deterioro de las condiciones laborales, la formación inicial, la imagen social de la profesión docente y la poca remuneración han hecho que los estudiantes de hoy en día pierdan interés por la profesión docente.
Durante los dos últimos años, las oposiciones a profesor de secundaria ya no atraen a los aspirantes y muchos puestos permanecen vacantes. Esta situación es particularmente preocupante.
Una nueva mayoría ha accedido al poder en Francia con una política educativa radicalmente diferente. El respeto hacia los docentes ya se ha expresado en buena medida. Esto es importante pero no suficiente. Aún queda la cuestión del salario.
Por último, la participación del personal docente en las distintas reformas anunciadas es fundamental. En Francia, como en otros lugares, no se puede considerar a los docentes como meros implantadores de las políticas educativas.
Ellos son los diseñadores, los especialistas en enseñanza, aquellos que no cejan en dedicar su tiempo y energía por el bien de sus alumnos. Una sociedad que respeta a sus docentes y colegios es una sociedad que prepara bien su futuro.
Enlaces:
Vídeo de la entrevista con la Confederación de sindicatos de Quebec: