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por Claude Carroué, Internacional de la Educación.

Los alumnos corretean alegres en el patio de recreo, turnándose para dar vueltas en un juego de silla giratoria, junto a los pabellones modulares que albergan varias aulas hasta que entren en funcionamiento los nuevos edificios en construcción. En la escuela Bempt, en la comuna de Forest, en la región de Bruselas, el efecto dinámico generado por un proyecto escolar centrado en la inclusión y la inmersión de alumnos con discapacidad se ha hecho evidente con rapidez.

Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra cada 3 de diciembre, quise examinar el funcionamiento de esta escuela y de sus docentes, totalmente dedicados a hacer del derecho a la educación un derecho garantizado para todos los niños, como bien lo recuerdan la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.

"Con respecto a los niños o jóvenes con discapacidad, hay un texto europeo que dice que no se les puede negar el derecho a la educación gratuita, en Bélgica y en todos los países de la Unión Europea", comenta la directora de la escuela, Sophie Charlez.

Además, el Pacto por la excelencia en la enseñanza, que se está negociando actualmente entre los sindicatos y las autoridades públicas de la Federación de Valonia-Bruselas, tiene como objetivo la inclusión en todas las escuelas.

Un proyecto escolar buscado por los educadores

¿Cómo apoya a su equipo pedagógico a asegurar la inclusión de los alumnos? Poniendo a su disposición personal que les ayude en sus tareas diarias, trabajando concertadamente por el bienestar del niño, por su evolución, o celebrando consejos de clase tres veces al año con una escuela de enseñanza especializada, explica Charlez.

"Si hay un problema, los docentes vienen y buscamos una solución. Intentamos, con los medios que tenemos en el municipio, aplicar determinadas medidas o reorganizamos algunas clases”.

Estas son las "adaptaciones razonables" que ahora forman parte de la legislación. Estas adaptaciones no solo son materiales, también pueden incluir personas físicas. En la escuela Bempt, se hicieron instalaciones para acomodar a los alumnos en situación de inclusión, tales como rampas para facilitar el acceso a las aulas y sanitarios.

"Después de los consejos de clase", agrega Charlez, "hablamos con los padres para explicarles lo que hemos implementado, les damos nuestras observaciones. Por encima de todo, el docente está allí para señalar lo que le sucede diariamente con el niño y, en ese momento, se les explica lo que podemos implementar o cuáles son las reflexiones del equipo pedagógico para conseguir que el niño esté mejor integrado en la escuela”.

Un aumento de los recursos financieros necesarios

Sin embargo, lamenta que la financiación, que proviene del poder organizador, a saber, el municipio de Forest, y la Federación de Valonia-Bruselas, sean tan insuficientes.

Medios financieros inadecuados, éste es un obstáculo que también señala Miguel López, profesor de ciencias. "Este proyecto es muy bonito, ¡pero que nos den los medios necesarios! Porque en términos de ayuda para los alumnos en situación de inclusión, tenemos derecho solamente a cuatro períodos (de 50 minutos cada uno) por semana, ¡no es suficiente! Ya que queremos darles la bienvenida en las mejores condiciones posibles, para ellos y para nosotros”.

López indica que, para este curso escolar, "elegimos una logopeda para los dos niños en situación de inclusión. Para el tercer alumno, contamos con una ayuda externa de un compañero docente”. El año pasado venía a la escuela una docente de educación especial.

Una segunda logopeda también viene a observar lo que ponen en práctica los docentes de Bempt y les da "muchos consejos".

En Bélgica francófona, los docentes también reciben apoyo de dos asociaciones que ayudan a los padres de niños con discapacidad fuera del horario escolar.

El papel de los padres: importante y complementario al del equipo pedagógico

Además, López hace hincapié en que los padres desempeñan un papel muy importante en el desarrollo del niño, acompañando el trabajo de los docentes fuera de la escuela. Para desarrollar todo su potencial, los alumnos en situación de inclusión, al igual que el denominado "alumno normal", deben contar con un seguimiento continuo de la escuela al hogar.

"Lo que puede ser un freno", continúa López, "es el número de alumnos en situación de inclusión en la misma aula. Por elección, decidimos aceptar cada dos años un determinado número de estudiantes en situación de inclusión en la escuela. Este año hay tres”.

Admite que "afortunadamente tenemos una pedagogía activa, es decir, que los niños que están en situación de integración asisten a la escuela solo una semana de cada dos. Creo que es una riqueza. Pero también creo que no me sería posible mantener el ritmo si tuviera a estos niños en situación de inclusión todos los días con mis demás alumnos”.

¿Y la formación de los docentes? "Básicamente, aquí, en la Federación Valonia-Bruselas, los estudios corresponden a tres años", indica López. Al comienzo del próximo curso escolar, será de 4 años.

Sin embargo, lamenta que "en los estudios superiores no haya una parte dedicada a este proyecto de inclusión de alumnos en las escuelas, por lo que nosotros, los docentes, también seguimos los cursos de formación organizados por la Federación de Valonia-Bruselas”.

Añade: "Tenemos intercambios con una de las denominadas escuelas especializadas a fin de contar con herramientas que podamos utilizar, para tener pistas a seguir, porque en el equipo escolar de Bempt, nadie tiene una formación específica para acoger a alumnos con discapacidad. Gracias a los vínculos con la escuela de educación especial, pudimos turnarnos para asistir una tarde a visitar varias clases, ver el funcionamiento, el diseño de las clases, para poder adaptar las herramientas a nuestros alumnos en situación de inclusión en nuestras clases”.

La educación inclusiva, beneficiosa para todos

Entonces, ¿el estudiante con discapacidad es un estudiante como cualquier otro? "Personalmente", señala López, "la estudiante de mi clase es una estudiante como cualquier otra. No la veo como una alumna con discapacidad, sabiendo que tiene retraso mental y físico. Como cuestión de principio, considero que la palabra ‘discapacitado’ es peyorativa y cuando hablo de ella, siempre digo su nombre, está incluida en la masa de la clase cuando hablamos de la evolución pedagógica de los alumnos. Forma parte del grupo”.

Es igualmente categórico al señalar: "La integración es beneficiosa en ambos sentidos, como siempre se los digo a los padres, ya sea para el estudiante con discapacidad como para los demás estudiantes. Hay intercambios, una relación, una bella evolución a todos los niveles”.

"Los docentes que quieran venir a trabajar en nuestra escuela, dado que somos una escuela que se construye cada año, deben adherirse a este proyecto de integración, de lo contrario no les aceptamos", señala. "Y algunos quieren venir a nuestra escuela entre otros motivos por este proyecto, están interesados", afirma, no sin un cierto orgullo en la voz.

Repitiendo que "es un proyecto muy bueno, pero vuelvo lo mismo, con falta de medios", López señala que "las condiciones de trabajo, en relación con el número de estudiantes, también son importantes. Por ejemplo, este año, mi compañera y yo tenemos, para los aprendizajes, solamente 16 estudiantes, ¡es lo ideal!, pero no ocurre lo mismo en otras escuelas. Así que tenemos una suerte increíble, y contribuye a la evolución de nuestro alumno en situación de integración”.

Los sindicatos pueden ayudar a la inclusión de estudiantes con discapacidades

Observa, por otra parte, que para la mayoría de los docentes de la escuela Bempt que están sindicalizados, luchar por contar con buenas condiciones de trabajo es una de las principales funciones de los sindicatos.

Este afiliado de la Centrale générale des services publics–Enseignement (CGSP-Enseignement), una organización miembro de la Internacional de la Educación, también cree que, para apoyar la inclusión y la educación de niños con discapacidad, los sindicatos deben “dar a conocer la situación a nuestros ministros y funcionarios que deciden sobre los recortes presupuestarios, y proponer que acudan más a menudo sobre el terreno y se den cuenta de la realidad de la vida de todos los días”.

Además, a su juicio, el sindicato puede estar vigilante a la aplicación del proyecto escolar en el que se destaca positivamente el plan de inclusión o de integración. "Creo que esa es su función, porque el año pasado tuvimos otra dirección que frenó este proyecto. Afortunadamente nosotros, el equipo docente, luchamos y nunca nos rendimos. Ahora hay una nueva dirección, y desde el principio sabía que la escuela tenía este proyecto, y no tuvo otra opción”.

Movilización de la IE y de sus afiliados

Por su parte, la IE y sus afiliados actúan en todo el mundo para garantizar el derecho a la educación para todos, incluidos los niños con discapacidad, y para promover el empleo de educadores y educadoras con discapacidad.

La Resolución sobre derechos de niños y profesores con discapacidad, adoptada en 2015 en el 7° Congreso Mundial de la Internacional de la Educación, indicó que al Congreso "le preocupa que durante la mayor parte de los últimos 15 años el enfoque de la campaña Educación para Todos haya supuesto que las medidas específicas necesarias para la inclusión de todos los niños con discapacidades en la educación, generalmente no hayan sido puestas en práctica. Esto incluye el acceso, adaptación razonable en las instalaciones, apoyo personal, diferenciación en la enseñanza y el aprendizaje, evaluaciones flexibles, igualdad de los discapacitados, combatir las actitudes discriminatorias y el acoso, establecimiento de relaciones y autoestima, y acceso, por ejemplo, al lenguaje de signos o al sistema Braille. También resulta esencial que se emplee a más docentes discapacitados en el sistema educativo”.

El texto condena el hecho de que "los niños/as con discapacidades muchas veces se ‘quedan atrás’ en las campañas de promoción relativas a la alfabetización y competencias matemáticas básicas, educación en situaciones de emergencia, educación de niñas, financiación de la educación y formación profesional, etc.”

Como resultado, el Congreso de la IE ordenó al Consejo Ejecutivo de la IE "Intensificar sus esfuerzos para el acceso a la educación de todos los niños y niñas del mundo entero, incluidos todos los niños y niñas con discapacidades, garantizar que completen la educación primaria e incrementar sensiblemente el número de niños que realiza la transición a la enseñanza secundaria, terciaria y superior y/o programas comunitarios o de vida cotidiana asistida; y promover activamente la contratación y empleo de docentes con discapacidad y fomentar los estudios de investigación a escala mundial sobre la situación de los docentes con discapacidad".