El informe de la OCDE basado en datos destaca el impacto de por vida que tienen las desigualdades educativas
El género, la raza y un origen inmigrante constituyen factores clave en el logro educativo y las oportunidades durante toda la vida. Eso es lo que afirma el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Panorama de la educación (EAG, por sus siglas en inglés) 2021.
La participación en la educación no tiene lugar en un marco de igualdad, lo que produce efectos colaterales para el empleo, según el EAG, que se publicó el 16 de septiembre. Junto con las propuestas políticas y un análisis actualizado de los indicadores de todo el sistema educativo disponibles para la OCDE, el informe también describe el progreso de los países en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas sobre la Educación (Objetivo 4).
El desempleo está relacionado con la finalización de la enseñanza
Entre sus principales hallazgos, el informe muestra que la tasa de desempleo de los adultos jóvenes que no han obtenido un título de enseñanza secundaria superior en los países de la OCDE es dos veces más elevada que la de los que sí lo han obtenido. Si bien la OCDE considera que el aprendizaje permanente es más importante ahora que en el pasado, la cifra prepandémica de menos de la mitad de los adultos matriculados en la educación para adultos ha crecido en los últimos dos años.
El EAG también señala que la tasa de finalización de los estudiantes de secundaria superior para los adultos nacidos en el extranjero es inferior a la del alumnado sin origen inmigratorio.
Impacto de la brecha de género
En relación al género, el informe de la OCDE pone de relieve que, aunque se espera que más mujeres jóvenes que hombres se gradúen con una titulación de educación terciaria (por un factor de 15 puntos), es menos probable que sus títulos pertenezcan a materias CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Además, esos títulos no se situarán en un nivel terciario superior, lo que indica una brecha de género en el nivel de titulación. El impacto para toda la vida de esta brecha de género queda patente en el hecho de que las mujeres ganan entre el 76 y el 78 por ciento de los ingresos de los hombres, aunque esta diferencia porcentual se ha reducido en un dos por ciento.
El informe también destaca que, en la enseñanza, la brecha de género se ha ampliado en los niveles primario y secundario y se ha reducido en el nivel terciario. Menos del cinco por ciento del personal docente de educación infantil son hombres, el 18 por ciento de primaria y el 40 por ciento de secundaria.
Financiación: diferencias públicas y privadas
En relación con la financiación, el EAG señala que, si bien los países de la OCDE han aumentado el gasto público en todas las instituciones educativas en un 10.5 por ciento desde 2012, todavía se mantenía a un ritmo más lento que el crecimiento del PIB (16.6 por ciento). No obstante, el gasto a partir de 2018 se verá afectado por la pandemia de la COVID-19, señala el EAG.
De manera significativa, el informe revela que, mientras que el sector público financia el 90 por ciento del gasto total en educación primaria y secundaria, el gasto del sector privado es más habitual en la educación preescolar (17 por ciento) y la educación terciaria (30 por ciento), subraya el informe.
Tamaños de las clases: cambios en los hallazgos
Por último, los hallazgos de la OCDE sobre el tamaño de las clases se desvían de su conclusión anterior que afirmaba que el tamaño de las clases no constituye un factor condicionante en el rendimiento del alumnado. Por ejemplo, el último EAG encuentra que existe una correlación negativa entre las clases más grandes y el rendimiento medio en lectura y que las clases más pequeñas resultan beneficiosas para los estudiantes provenientes de entornos desfavorecidos.
El EAG constituye un recurso inestimable para los datos educativos
El secretario general de la Internacional de la Educación, David Edwards, acogió con satisfacción el informe y lo calificó como “un recurso inestimable para los datos sobre educación en los países de la OCDE”.
No obstante, expresó su decepción por el hecho de que los hallazgos de este año muestran que, “incluso en la OCDE, la desigualdad es mucho más difícil de erradicar de lo que los responsables políticos habían anticipado. La clase social todavía desempeña un papel importante en la reducción de las oportunidades de vida. El género todavía se correlaciona con el logro y con el salario/remuneración. El gasto en educación no se ha mantenido a la par que el crecimiento económico general, y es probable que esto se haya agravado durante la pandemia”.
Los datos respaldan los esfuerzos para apoyar sistemas de educación pública ‘resilientes’
Sin embargo, Edwards insistió en que el EAG “transmite un mensaje de esperanza” y que los sistemas de educación pública están “demostrando ser notablemente resilientes”.
David Edwards concluyó: “Como muestran estos datos, el personal docente, sus organizaciones y las comunidades educativas están bien preparados para resistir cualquier deterioro de la educación pública”.
El informe de la OCDE se encuentra disponible aquí.